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Villa María piensa a Occidente

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Villa María piensa a Occidente

p18 - Daniel Lasa en el patio de su casa en Villa OesteEn el último mes, la UNVM y el Instituto Angel Diego Márquez (ex-Inescer) ofrecieron charlas abiertas a todo público.

El doctor Daniel Lasa abordó un problema crucial para la historia del pensamiento: el paso de la inteligencia metafísica a la razón tecnocientífica; mientras que el licenciado Néstor Ribota disertó sobre “El malestar en la cultura”, libro paradigmático de Freud.

Esta es la visión del mundo de dos de los intelectuales más brillantes de la Villa.

Si hay un dato que indica el movimiento intelectual de una ciudad es sin dudas la cantidad de conferencias públicas y gratuitas a cargo de sus pensadores más lúcidos. Sobre todo, si estas involucran a los centros de estudios más prestigiosos de la región.

p18 - Néstor Ribota en su consultorio de calle TucumánEn ese sentido, lo ocurrido en Villa María en octubre y noviembre se inscribe en la lógica de una ciudad que apuesta al debate de las ideas y ha decidido no permanecer ajena a los problemas de Occidente. De otro modo, no se explica que dos referentes de la talla de Daniel Lasa y Néstor Ribota hayan expuesto al unísono.

Sin embargo, el dato más curioso, amén de la sincronicidad, es que desde sus diversas posiciones políticas, filosóficas y religiosas, ambos coincidieron en su diagnóstico sobre el presente. Y es que tanto Lasa (un filósofo católico con orientación metafísica) como Ribota (un “ateo militante” como se autodefine) hablaron de la alienación del hombre en un mundo regido por la lógica del mercado.

 

Platón versus Bacon, el clásico que se juega en el corazón humano

En su conferencia del 29 de octubre en el local de “La Bancaria” (Entre Ríos 1245), el doctor Lasa habló para más de 50 personas sobre un tema crucial para entender la configuración del hombre contemporáneo: el paso de la “inteligencia metafísica” (marca registrada de la filosofía griega y cristiana) a la “razón tecno-científica” (copyright de una modernidad atea).

La pregunta del millón al doctor es si puede identificar un momento puntual en el cual se registre dicho pasaje.

Jacques Lacan. Francia (1901-1981)
Jacques Lacan. Francia (1901-1981)

“Sí, hay un momento puntual y es a partir del filósofo inglés Francis Bacon (1561-1626). Efectivamente, es Bacon quien le otorga al conocimiento la finalidad de dominar la naturaleza. A partir de él, la naturaleza ya no será considerada una realidad que tiene un orden intrínseco, sino algo susceptible de ser transformado de acuerdo a las prioridades que determine la voluntad del hombre”.

Y el doctor ejemplifica su pensamiento de este modo: “Cuando Bacon ve una paloma volando, no le interesa saber quién la hizo ni para qué, sino conocer el mecanismo gracias al cual vuela. Este conocimiento le permitirá crear nuevos aparatos que vuelen. De allí nos dirá Bacon que conocer es sinónimo de poder.

En adelante, sólo se buscarán aquellos conocimientos que otorguen dominio sobre un ámbito de lo real. Esta mentalidad domina hoy por hoy todos los ámbitos de la cultura, política, economía y religión”.

-¿A qué se debe el triunfo de esa razón tecnocientífica?
-Se podrían enumerar diversas causas. Un teólogo diría, probablemente, que se debe “a la vieja tentación humana de querer ser como dioses”. Un filósofo diría que “se ha clausurado el acto de pensar”. Y los dos tendrían razón. Sobre todo, el segundo, ya que en la actualidad la política ha creado un dispositivo pedagógico ordenado ya no al pensar, sino al adoctrinar. ¿O acaso la educación no transmite una visión utilitarista al decir que los conceptos son “herramientas”?

-¿Piensa que la imposición de esta lógica obedece a un plan determinado?
-Considero que la lógica tecno-científica conforma un ethos, es decir, un modo de ser del hombre actual. Y ha dado paso a un hombre que sólo tiene ojos para lo útil y no para lo verdadero, lo bueno y lo bello, como lo planteaba Platón. Esta visión, que ve a toda realidad en función de la utilidad que pueda brindarle, se une hoy a una razón sociologista que ha decretado que no hay verdades eternas y que todas nuestras categorías no son otra cosa que la expresión de un determinado contexto sociohistórico.

Sigmund Freud. Austria  (1865-1939)
Sigmund Freud. Austria
(1865-1939)

Esta lógica admite como único límite el hacer por el hacer mismo. ¿Y cómo frenar un “hacer desenfrenado” que no reconoce nada fuera de sí? ¿Cómo volver al estado de contemplación inicial para entender la naturaleza del universo? ¿Cómo volver al ocio creativo que está prohibido por una lógica de producción permanente?

-Según este diagnóstico suyo, ¿ser cristiano es, hoy por hoy, un modo de ser subversivo?
-En cierto modo, sí. Pero “ser subversivo” es, literalmente, aquel que contraría la naturaleza. Y en ese sentido, los cristianos no somos subversivos, sino que lo son todos los “revolucionarios”, los que han sacado a Dios de su lugar para ponerse ellos mismos y manipular el destino del mundo. De allí el llamado de Marx en su Tesis XI sobre Feuerbach a “transformar” el mundo. Esta acción transformadora llevada a cabo sólo por las manos del hombre permitirá, a juicio de Marx, su salvación. Pero el verdadero salvador, Jesucristo, no vino a negar la naturaleza, sino a llevarla a su plenitud.

-¿Cuál fue el objetivo de sus conferencias en La Bancaria?
-Básicamente suscitar el acto de pensar, lo que permite que cada uno esté en condiciones de lograr un verdadero progreso, lo que siempre significa un “progreso en la verdad”. Y la verdad no es otra cosa que la respuesta adecuada a la pregunta formulada. Esa verdad alcanzada puede resultar incómoda, pero es siempre liberadora, ya que esclarecerá el sentido de mi existencia en este mundo.

Y aunque el doctor Lasa no lo dice, hubo un segundo objetivo desde su Cátedra Libre Jacques Maritain: la solidaridad. Y es que si bien las charlas eran gratuitas, había un costo de 50 pesos para quienes pedían un certificado. Y lo recaudado fue donado por el doctor íntegramente (y mediante la Fundación “Sí”) al “Comedor de Niños de Villa Nueva”. Porque con la Filosofía se come, se vive y se educa.

 

La “mala noticia” que trajo el Psicoanálisis

En la Alemania de 1930, con Hitler ascendiendo al poder y el inminente clima de la segunda guerra instalada, un maduro Sigmund Freud escribía su Unbehagen in der Kultur, traducido como “El malestar en la cultura”. Sin embargo, el término Kultur es más cercano al de “civilización”, y desde ese significado hay que entenderlo. Pero mejor será que el propio Néstor Ribota explique por qué eligió ese libro para trabajar desde su Seminario de Salud Mental con estudiantes de Trabajo Social y público en general.

“Lo elegí, precisamente, porque es el libro de Freud que mejor se adapta para ser leído en grupo y para el cual no es necesario tener una lectura clínica y psicoanalítica previa. Pero también porque ese texto, que es uno de los más oscuros de Freud, paradójicamente sigue arrojando luz sobre la condición humana. La idea del seminario fue releer el libro capítulo a capítulo bajo la linterna de la actualidad, sobre todo, desde lo que Lacan denominó “Los cuatro discursos”, especialmente la modificación de “El discurso del Amo”.

-¿Y qué dice la mirada “actualizada” por Ribota del libro de Freud?
-Que hoy todos los lazos sociales están regulados casi exclusivamente por una lógica de mercado. Y ésta es mi hipótesis: ha cambiado el síntoma de la época, pero el malestar en la cultura sigue existiendo. Y se sigue pagando un precio muy alto para “pertenecer” a la civilización.

-¿Cómo es esto?
-El planteo básico del libro de Freud es que la represión sexual, es decir, el acotamiento del goce, es absolutamente necesaria para la convivencia humana. Pero, paradójicamente, esa renuncia aumenta la culpa generando un malestar insalvable. Y ese “malestar” es la mala noticia que trae el Psicoanálisis.

Por otro lado, Freud habla de las posibles salidas a ese malestar: la religión, el arte, la política, el alcohol, los tóxicos… y va a criticar fuertemente la religión, que para él es una ilusión colectiva y un sustituto imperfecto del padre. Y dirá que el arte y la creación de la belleza son las manifestaciones más interesante de ese escape, aunque sólo son para unos pocos.

-¿Qué pensás de la religión?
-Yo me considero un ateo militante, o sea, coincido con Freud en que la religión es una ilusión. Y a esto te lo digo al margen de todo lo que respeto a las personas religiosas. Mucha de la mejor gente con la que he trabajado ha sido católica declarada.

-¿Cuál es la diferencia en el plano sexual desde la época de Freud a la actualidad?
-En los años 30 el mundo occidental estaba regido por una moral victoriana cuya represión nada tiene que ver con la actualidad, donde se habla todo el tiempo de “libertad sexual” en un sentido casi toxicómano y ya no hay represión. Lo que hay ahora es un goce circular que niega sistemáticamente la experiencia inconsciente. El discurso capitalista asociado al cientificismo ha generado una relación de goce directa e imposible de cortar. Y eso lleva a la muerte.

-¿Querés decir que la estimulación a gozar es una estimulación a morir?
-Exactamente, porque eso es el goce sin límite. Hoy el sujeto está puesto en la lógica de consumo permanentemente, a tal punto que él mismo se ha vuelto un objeto de consumo. Y el consumidor por excelencia es el toxicómano. Hoy ya no consumimos sólo objetos, sino imágenes identificatorias de la felicidad. Hay un imperativo de gozar, de ser feliz, de suturar la falta. Hoy no se puede estar mal porque lo que importa es que no se detenga la rueda del consumo. El ocio está mal visto y no hay lugar para la experiencia de lo inconsciente.

-Si no hay lugar para lo inconsciente, ¿quiere decir que no hay lugar para el amor?
-¡Claro! Lacan dice que el Discurso Capitalista excluye el amor porque excluye la castración. Pero no sólo el amor. También excluye la política en su más alto sentido, que es el de la búsqueda de una salida colectiva. Y por cierto excluye el discurso poético, que va por fuera del mercado. El Discurso Capitalista en Lacan es una modificación del “Discurso del Amo”.

-¿Lo podrías explicar?
-El “Amo” clásico era el de “Las Mil y una Noches”; el califa que tiene el poder absoluto sobre la vida de una persona. Hasta que aparece Sherezade, es decir “La Histeria”; y ella lo hace desear al “Amo”, lo deja esperando hasta el otro día. Pero el Discurso Capitalista ya no da lugar a la espera y eso es lo que se ha modificado. Hoy sólo importa la satisfacción inmediata del deseo que tengas. Y la inmediatez de la satisfacción genera, además, un aumento del dolor. Se trata de un discurso circular y ciego donde no hay más Sherezades.

-¿Algo como el placer del dolor?
-Lo que tiempo después Lacan llamará “el goce”. A esto lo descubre Freud en los años 20 analizando a las personas que habían estado en la guerra y que no dejaban de regodearse en sus experiencias horribles.

Freud entiende que ese “placer en el dolor” es la condición humana por excelencia. Hay tres cosas que nos diferencian de los animales: el hecho de tener un discurso, la sexualidad (que en nuestro caso no es sólo reproductiva) y, por último, esta cuestión oscura de insistir con lo que nos hace mal.

-¿Por qué el ser humano se regodea en sus miserias?
-Es la paradoja de estar inmersos en la cultura. El ser humano en el útero vive en un estado de plenitud donde todo en su cuerpo es placer. Pero al nacer, empieza la demanda. Primero te sacan del útero, donde no te faltaba nada; luego te sacan el pezón de tu mamá, que conllevaba un goce erótico; luego te sacan de la cama de tus padres… y cuando el niño se empieza a transformar en humano, ya se han producido en su interior una serie de pérdidas irrecuperables.

-¿Es el precio por estar en la civilización?
-Sí, porque el hombre para pertenecer a la civilización debe renunciar a muchos placeres. Crecemos con duelos permanentes y estamos hechos de los sedimentos de todas nuestras renuncias. Y ésta es, también, la mala noticia que trajo el Psicoanálisis. Porque cuando una persona se analiza no se vuelve otra, sino que, a lo sumo, logra asumir sus propios límites. La idea es saber arreglártelas en la vida siendo vos mismo y no “siendo otro” como indica la autoayuda.

-¿Qué pensás de la “autoayuda”?
-Que es el brazo armado del mercado. Te da todo el tiempo técnicas para cambiar, para adaptarte y ser otro; nunca para conocerte a vos mismo. Y no te permite estar mal, siendo que la única tramitación de la pérdida es el dolor. El Psicoanálisis es lo contrario a la autoayuda: vas a descubrir quién sos, te guste o no te guste, te llevés bien o no con la moral de la época. Es una mala noticia que tenemos la obligación de dar. Y, paradójicamente, sólo esa mala noticia nos hará libres. Estar mal es parte de la vida y en ese sentido el Psicoanálisis no estafa a nadie.

Iván Wielikosielek

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