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Villa Nueva y Villa María, ¿por qué dos ciudades?

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Villa Nueva y Villa María, ¿por qué dos ciudades?

Escribe Luciano Pereyra
ESPECIAL PARA EL DIARIO

El comienzo de la obra del nuevo puente, nos invita a pensar nuevamente en el destino común de Villa Nueva y Villa María, en la necesidad de facilitar el movimiento entre ambas ciudades, también interpretar la dinámica de una sociedad que trabaja, vive y se educa en ambas márgenes del río.

El objetivo de este informe es analizar principalmente los conceptos de conservadurismo y liberalismo que nos permiten acercarnos al origen ideológico de dos centros urbanos diferentes.

Hablar de Villa Nueva y Villa María es hablar de dos ciudades, dos proyectos, dos idiosincrasias. La posta y el ferrocarril, clericales y laicos, Ventura Soto o Pereyra y Domínguez, Alem y Alumni, los Carnavales y el Festival de Peñas, conservadurismo y liberalismo, tradición y progreso, “El Sol” y “La Verdad”, Granado y Pedernera o “Juan Candela” y “Angel Figurino” (seudónimos de ambos).

Es muy común que nos preguntemos o un foráneo lo haga… ¿por qué son dos ciudades? Si parece todo lo mismo. Los medios o vías de comunicación así como traen el progreso, desechan lo tradicional. En el caso de Villa Nueva, la posta y el tránsito de carretas, diligencias y troperos dejó de ser rentable, nuestro pueblo quedó a contramano de las nuevas vías comunicacionales.

Para los conservadores, la tradición es entendida como una forma de comportamiento, un modo de entender la libertad, una manera de organización social y política. La tradición tiene que ser respetada, mantenida y fomentada. La tradición es el centro del conservadurismo. Esa tradición tiene una serie de valores, son los límites y las reglas en la que ha de desarrollarse la vida social e individual, por lo que la libertad estará circunscripta siempre a los valores tradicionales. El conservadurismo intenta mostrar que la tradición propia es superior a las demás y transmitiendo esta valoración a toda la sociedad bajo el nombre de “patriotismo”, que también puede recibir la denominación de “localismo” en un sentido amplio.

Los conservadores consideran que los grupos sociales son la estructura básica de la sociedad. La familia es el cimiento de la realidad e institución inmutable por ser obra de la naturaleza, pero el asunto no acaba en la familia, sino en una afición por exaltar que todos los grupos sociales tengan cierta antigüedad. Ellos son los engranajes de la sociedad.

En cuanto a la valoración del cambio el conservadurismo siempre ve todo tipo de cambio con todas las cautelas. Los conservadores recelan de todos los cambios y sólo los aceptan cuando son hechos consumados, intentando atenuar al máximo las consecuencias que el cambio puede tener sobre la comunidad o la sociedad. Los conservadores tienen una “edad dorada” dentro de su cosmovisión, un periodo consciente o inconscientemente idealizado, al que siempre pretende acercarse.

Cuando hablamos de tradición, inevitablemente tenemos que acabar hablando de religión. La religión para los conservadores, independientemente de que personalmente sean fieles o no de una confesión, es una fuente de contenidos morales y de cohesión social y control social. La religión, sea en su forma confesional o disfrazada de moral, es la sangre de la tradición y su transmisión a través de la educación es un instrumento irrenunciable para los conservadores, no solo pretende una convivencia social pacífica, sino hacernos felices según sus preceptos y, en el caso de no conseguirnos la felicidad, al menos garantizarnos la salvación eterna.

Para los liberales debe ser no la tradición sino la Libertad lo que ha de ser respetada, mantenida y fomentada, ya que es una característica inherente y definitoria del ser humano, coincidiendo algo en este punto con Karl Marx. La economía, entendida como ánimo de lucro, es el motor de la sociedad, de la historia y el principio de acción de los individuos y todo esto puede ser explicado en términos económicos (1).

Los liberales sostienen por el contrario que la estratificación social se debe a las acciones de los individuos, a sus éxitos económicos y en definitiva se configura sobre el patrimonio y la renta que el individuo tiene. El liberalismo, para el cual todos los seres humanos son iguales por nacimiento, considera que la movilidad social es una de las características consustanciales al ejercicio de la libertad, mientras que los intentos de inmovilidad de las estratificaciones pretendidamente naturales son un impedimento para el ejercicio de la libertad.

El liberalismo se centra en el individuo. Es el individuo el que forma los grupos en uso de la libertad y los abandona. Los grupos se creados como consecuencia de sendos actos de la voluntad libre de los individuos. El individuo es el único actor verdaderamente importante en la vida social y la principal referencia a la hora de organizar cualquier estructura social. Incluir forzosamente a un individuo en un grupo constituye una violación de su libertad. Los liberales, por el contrario, son o deberían ser fervorosos creyentes de la religión del progreso. El liberalismo encuentra sus fundamentos en la Ilustración, en la creencia que un mayor conocimiento nos haría más libres y mejores, que la ciencia acabaría doblegando las determinaciones y el reino de la necesidad que la naturaleza nos han impuesto durante siglos. Al futuro y no al pasado se debe dirigir la acción humana.

La libertad, para los liberales, domina a los otros valores, de manera que estos solamente tienen importancia si son útiles para proteger, garantizar y ampliar la libertad. El Liberalismo mantiene, o debería mantener, la más absoluta libertad religiosa. Cada individuo tiene que ser libre de elegir la creencia religiosa que quiera, incluso si no quiere elegir ninguna. La separación entre lo religioso y lo político es la mejor garantía para conseguir la libertad religiosa.

Surgimiento de Villa María y dependencia comunicacional Villanovense

Las tierras ubicadas al norte del Paso de Ferreyra y que pertenecían a Doña Bonifacia Moyano fueron expropiadas por el gobierno de Manuel López en 1835, y entregadas a Mariano Lozano, que finalmente vende a su sobrino Manuel Anselmo Ocampo, quién tiene datos certeros por sus conexiones familiares y políticas de que el paso del ferrocarril se hará por la banda norte del río. Con la llegada del ferrocarril se planteó un angustioso problema y era que el viejo sistema de transporte en mensajerías, carretas o en tropas de mulas, desaparecería. Una multitud de criollos que dependían directa o indirectamente de los servicios de mensajerías, servicios auxiliares de las postas o de los talleres de reparación, quedaron sin su fuente de ingresos sin percibir ningún resarcimiento económico.

El anteproyecto, decía que no era conveniente ir en línea recta hacia Córdoba, sino que se debía seguir por el Camino Real, Cruz Alta, Fraile Muerto, hasta Villa Nueva , por existir allí agua buena , en el importante Paso de Ferreira, por donde cruzaban el Río Tercero, las mulas y carretas que venían con productos de la zona cuyana; pensando en dejar a la ciudad de Córdoba en ser receptora de la producción del norte del país, y así llevar toda la producción en tren al puerto de la ciudad de Rosario para exportar, tratando a la vez de que fuese una gran ciudad-puerto, mas importante que el de Buenos Aires. La extensión de esta línea, Rosario – Córdoba tendría 396 Km. de recorrido.

Por decreto del gobierno de la Confederación, de fecha 2 de abril de 1855, firmado por el presidente Urquiza y sus ministros, se autoriza la construcción del Ferrocarril Rosario a Córdoba. El gobierno se compromete a entregar tierras para el tendido de líneas, para la construcción de las estaciones, libre de todo gravamen, y las que fueren de propiedad de particulares, se las expropiarían. El negocio de las tierras fue fabuloso, ya que el gobierno entregó a la empresa una legua, o sea 5 km. a cada lado de las vías, 3.960 km2. Al ser derrotado Urquiza por las fuerzas al mando del general Mitre, en la batalla de Pavón en el año 1861, la conducción del país se centralizó en Buenos Aires, y la idea del ferrocarril gestada y proyectada por el general Urquiza, siguió su proceso durante el gobierno del general Mitre, quien es considerado el primer presidente argentino.

El origen de Villa María, contemporáneo al conflicto en Paraguay, fue el principal factor del estancamiento económico de Villa Nueva y el comienzo de la dependencia comunicacional. Los primeros bautismos y matrimonios se asentaron en la parroquia de Villa María en el año1875, ocho años después de su fundación, hasta allí los registros de bautismos, matrimonios y defunciones se asentaban en Villa Nueva. Según Bernardino Calvo, la presencia totalmente asimétrica de la diagonal Garibaldi, revela indudablemente su preexistencia al trazado en damero, es el dato fidedigno de la presencia del camino Real al sur de la ciudad de Córdoba o en la llanura y la dependencia histórica de Villa Nueva.

El mentor de Villa María, Manuel Ocampo, pertenecía a una familia terrateniente de la provincia de Buenos Aires. Fue un empresario agroexportador que buscaba beneficiarse con el paso del ferrocarril por su estancia o con la venta de tierras ante el vertiginoso aumento de este recurso en un contexto internacional que recibía a nuestro país como productor de materias primas.

El servicio del ferrocarril se libra el 1 de mayo de 1866, hasta Cañada de Gómez (punto donde las armas porteñas aplastaron a los restos de las tropas de la Confederación, 300 muertos). El 1 de septiembre de 1867 se habilitó el tramo ferroviario Bell Ville-Villa Nueva. Los rieles traían el progreso pero también las pestes. A fines de ese año comenzaba la trágica epidemia de cólera. La obra se detiene por falta de fondos. En 1869 se habilita el tramo hasta Oncativo (batalla decisiva con triunfo Unitario, donde los federales pierden el interior argentino en 1830). Los rieles llegan a Córdoba en marzo de 1870, el primer día de ese mismo mes había concluido la guerra del Paraguay, con el triunfo del liberalismo porteño y la destrucción de un proyecto de país. Sarmiento inaugura la vía. ¿Casualidad?

Cuando se trasladó la administración de correos a Villa María, imposibilitando la llegada del telégrafo a Villa Nueva por diez años, cuando Pereyra y Domínguez movilizó juzgados y secretaría municipal del Tercero Abajo y además suprimió el pago del pasaje valijero, sumado a cuestiones naturales harto conocidas, todo esto terminó por dar el golpe de gracia a la autonomía villanovense comenzando la dependencia comunicacional.

La historia nos dice que la experiencia de la municipalidad del Tercero Abajo (única administración en conjunto) no fue feliz. Siempre se habló de anexión desde la margen norte del río, concepto inaceptable para los villanovenses. El hermanamiento que tanto se criticó del lado sur, tuvo más prensa que acciones concretas, para eso está la historia, para aprender de ella. Estratégicamente, es imposible pensar dos ciudades separadas sin un trabajo mancomunado, el conglomerado urbano está estrechamente relacionado con el flujo económico de la región centro. ¿Qué pensarán las futuras generaciones?

(1) SCALABRINI ORTIZ Raúl, (2009) “Historia de los ferrocarriles argentinos”. Reimpresión. Lancellot, Buenos Aires.P 115

Esquina Mitre y Ocampo en barrio Sarmiento, en Villa María. ¿Casualidad?

No se saben los motivos por los cuales en lugar de pasar la línea ferroviaria por la margen derecha del Río Tercero hasta el Paso de Ferreyra en Villa Nueva para llegar a Córdoba, se hizo por Carcarañá el cruce del río, así el ferrocarril extendió sus líneas por la margen Norte del Tercero, dando lugar a la instalación de la estación en los campos de Don Manuel Anselmo Ocampo, siendo este el primer paso para la fundación de la ciudad de Villa María.

A Mitre y Ocampo, los unían lazos familiares, los suficientes para establecer suculentos negocios con el ferrocarril y las tierras.

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