Desde la Funesil, Orlando Pfaffen cuestionó a la UNVM por incumplir los convenios firmados. Recordó que la escuela lechera renunció, para apoyar la creación de la Universidad, a crear un instituto privado con títulos de grado

La articulación entre la Escuela Superior Integral de Lechería (ESIL) y la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) para el dictado de Agronomía, como se sabe, llegó a su fin. Ayer publicamos la visión de Germán Cassetta, decano del Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Básicas y Aplicadas (Iapcba), quien dijo que se agotaron todas las instancias de negociación, pero no pudieron llegar a un acuerdo con el terciario.

Orlando Pfaffen, presidente de la Fundación Cultural de Profesores y Amigos de la Escuela Superior Integral de Lechería (Funesil), habló con EL DIARIO y mostró la documentación que da cuenta por qué se puso fin a esa articulación.

“La universidad se había comprometido a acreditar la carrera en el orden nacional y nosotros en la provincia”, dijo. La ESIL acreditó en el corto plazo, en la Nación no ocurrió lo mismo. “¿Usted cree que se puede acreditar una carrera cuando el responsable de producir la acreditación es quien quiere que no siga la articulación?”, afirmó, recordando que Cassetta había prometido la gratuidad de la carrera de Agronomía cuando hizo campaña para ser decano.

En este punto, hay que señalar que los estudiantes abonaban la cuota del instituto privado y luego, en el tramo de la universidad, era gratuito.

“Si hasta para cumplir esa promesa de campaña se comprometieron a pagarnos las cuotas de todos los alumnos”, dijo, mostrando un acuerdo firmado con la exrectora Cecilia Conci, en diciembre de 2014.

Entienden que los alumnos avalen la gratuidad, pero advirtió: “Todo tiene un costo, lo puede pagar uno o lo puede pagar otro”, plantó.

La historia

Pfaffen rememoró la historia interrumpida de un proyecto de creación de universidad privada bajo la órbita de la Funesil. Señaló que estuvieron trabajando con la guía de especialistas de la talla de Oscar Campoli y que a mediados de los 90 tenían todo aprobado para iniciar la actividad académica.

“Sólo faltaba la firma del presidente, que entonces era Carlos Menem, y que depositáramos una caución que ya habíamos conseguido”, recordó.

Por una decisión política del Gobierno nacional, comunicada por quien entonces era funcionario de la cartera educativa, Eduardo Mundet, tuvieron que dar marcha atrás al proyecto para “dar un fundamento más a la creación de la Universidad de Villa María”, según le dijo Mundet.

“Nosotros teníamos un proyecto pedagógico de 2.000 páginas hecho a lo largo de cinco años y articulado con universidades europeas. Y la Universidad tenía un proyecto político de tres páginas en el que decía sólo que era lo que a Villa María le hacía falta”, planteó Pfaffen.

“No nos opusimos a la creación de la Universidad”, aclaró. “Se lo dije a Eduardo Accastello, que nosotros íbamos a apoyar, pero que no hacía falta que anulen los proyectos que teníamos en la ciudad”, dijo. En ese entonces, “Villa María no era un lugar perdido en el mapa, era un centro de formación pedagógico importante con más de 3.500 estudiantes terciarios”, recordó Pfaffen.

En ese contexto, en agosto de 1996 se firmó el acuerdo de cooperación entre la ESIL y la UNVM, que fue el que dio origen a la articulación de la carrera de Agronomía, entre otras.

Pfaffen señaló que trabajaron bien al principio, con el rector normalizador Carlos Domínguez, y también valoró la tarea conjunta que tuvieron con el exdecano de Básicas, Hugo Traverso. Pero luego, dijo, se complicó esa relación. La falta de acreditación de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau) fue el disparador del conflicto.

¿Negra o de oro?

El hecho de ser la única que no tenía el aval de la comisión de acreditación hizo que estudiantes y algunos directivos llamaran a Agronomía “la oveja negra”. “Nosotros aportamos el 35% del total de los egresados que tiene la Universidad en toda su historia y el 97% de los estudiantes de Básicas son de la ESIL. No nos pueden llamar la oveja negra, somos la oveja de oro que tenía la universidad”, planteó.

Dijo, además, que habían logrado un acuerdo pleno para el nuevo plan de estudios, desmintiendo a Cassetta. “Lo que pasó es que querían designar a dos docentes de la Universidad en cada asignatura nuestra y no podíamos avalar esa ilegalidad”, señaló.

“Los convenios se hacen para cumplirlos, se firman entre gente de bien. No cumplirlos es grave institucionalmente, pero también es grave por el mal ejemplo social”.

Y concluyó: “Los autores de esto, Accastello y (Martín) Gill, tienen la obligación moral de salir a corregirlo. Y que no me vengan con la autonomía, tienen la autoridad para hacerlo porque todos sabemos cómo se manejan”.

LAS CIFRAS (*)

35% DEL TOTAL DE EGRESADOS DE LA UNIVERSIDAD PROVIENE DE LA ESCUELA DE LECHERÍA.

32% DE LOS ESTUDIANTES QUE TERMINANDO EL TERCIARIO EN LA ESIL SE INSCRIBIERON EN LA UNIVERSIDAD LLEGÓ A GRADUARSE.

9,4% DEL TOTAL DE LOS QUE SE INSCRIBIERON EN LA UNIVERSIDAD LLEGÓ A GRADUARSE.

26% DE LOS EGRESADOS QUE RECIBIERON SU TITULO EL MARTES, SON ALUMNOS PROVENIENTES DE LA ESIL.

(*) Datos proporcionados por LA esil tomados desde el inicio de la unvm hasta la actualidad.