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Acercando las distancias

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Acercando las distancias
Cachete Giraudo tira el avioncito para celebrar su segundo gol (el tercero de Colón), mientras Morre -autor intelectual- recibe la felicitación de su compañero. El Rojinegro se recuperó con triunfo y definirá su pasaje en La Leonera

LIGA VILLAMARIENSE – Apertura – 11ma. fecha – Zona A

Colón superó 3-1 a River y llega así a la última fecha con la ilusión de clasificarse. Giraudo (2) y Machado anotaron para el cabralense; Moreno de penal, facturó para el “millonario”

Escribe: Beto Arce

Colón dio un importantísimo paso en su afán por depender de sus propias decisiones y acciones de cara al último capítulo. Hizo lo que debía hacer para que el domingo le sonriera y el sol le brillara. Obtuvo lo que buscó, encontró lo que quería, y de la manera que desea: jugando.

Venció 3-1 a River en un por momentos incómodo partido, producto de que el Millonario también se presentó con las mismas intenciones. Cuando alguien juega a no ganar, la balanza se inclina sola… cuando los dos juegan a ganar, la balanza es del partido y también del tiempo… Bienaventurados los espectadores que se encuentran con esta realidad: cuando los dos quieren, cuando ninguno arruga; cuando los dos desean, cuando ninguno piensa en sufrir; cuando los dos se animan, cuando ninguno se resigna; cuando los dos son iguales, porque ninguno se cree menos, y porque los dos quieren más…

La vida, los vínculos, la pelota, el domingo, el equipo, los amigos, el humo del choripán, el mate en la tribuna, la transmisión de radio, y un grito de gol… Todo está ahí: vivo, presente, consciente, como ahora mismo en esta lectura. Fue Colón el que pudo un poco más ante un River que pudo un poco menos. La diferencia siempre está y seguirá estando en los arcos, por eso ganó Colón.

Una guapeada de Giraudo, arremetiendo, jugando con el valor de su cuerpo y confiando en él, abrió las puertas a la primera emoción a los 7m Gonzalo García lanzó un centro atrás, el “9” remató y fue obstaculizado, pero tomó el rebote, encaró y definió con fuerza y precisión junto al poste: 1-0. El domingo se viste de domingo, casi siempre, cuando aparece el primer grito sagrado.

Los dos trataron al balón con criterio y respeto siempre que pudieron, y eso no es poco. El domingo sonríe cuando se lo trata bien, cuando hay tiempo y cariño para darle, cuando no hay tanto grito suelto en vano, porque al fin y al cabo, los domingos suelen ser más felices cuando ella se siente a gusto, cuidada, valorada… Cuando anda por los aires, confundida, desea bajar a tierra para saber dónde está parada. Pide bajar a un lugar donde parece haber más seguridad, donde pisa suelo firme, donde gira casi sin esfuerzo y donde se siente más cómoda, sobre todo amada…

Garofani le dijo que no a la Pepa García a los 16 m enviando el disparo desde afuera al tiro de esquina; Ledesma contestó con un tibio disparo que Pedernera desactivó en dos tiempos a los 25 m; con todo el tiempo del mundo Genaro desperdició una situación inmejorable bajo el arco resolviendo con un elevado puntín a los 26 m; Machado volvió a exigir a Garofani con un fuerte remate que se clavaba en el ángulo derecho a los 32 m; pareció penal de Guillermo García sobre Genaro a los 36 m (el delantero fue asistido médicamente tras la acción, y el golpe le paso factura durante el resto del partido, ya que jamás volvió a ese ritmo furioso); un gran tiro libre de Moreno con destino de gol encontró a Pedenera bien ubicado para evitar la caída a los 43 m; y no pudo Aguirre contener la ansiedad al bajar a Ledesma dentro del área cuando el primer tiempo moría; resolvió Moreno la pena máxima, con un fuerte remate que el arquero adivinó, tocó, vio pegar en el palo, y también vio entrar: 1-1

En el inicio del complemento una bomba espectacular de Machado infló la red y el pecho de Colón. Un gol sensacional para usar las manos que andaban frías, guardadas en los bolsillos o amparadas dentro de las mangas. El aplauso resultaba inevitable, casi una necesidad, porque otra vez ella volvía a sonreír con un gritazo sagrado.

El ingresado Verón se la llevó de paseo por la derecha e intentó colocarla, pero Garofani bloqueó nuevamente el intento a los 25 m; por estos tiempos, Morre se da el gusto de ir a fondo convencido de que cada vez que lo hace es porque sabe lo que quiere: la pide, corre y la busca, llega hasta la última línea y levanta un centro, permanece en ataque, intuye que le va a caer de nuevo. Efectivamente es así, para que el gol del domingo le llene el alma de satisfacción. Giraudo fue el autor, Morre el incansable buscador. El 3-1, el cierre de la historia.

Golpeado queda River, porque con sus armas lo buscó, estuvo cerca, lo saboreó y le puso fichas al sueño de ganar, sabiendo quizás que corría en desventaja técnica ante el rival. En alza quedó Colón, porque hizo su tarea siendo fiel a su honesta búsqueda. Contenta quedó la protagonista del domingo, porque cuatro veces anduvo por donde más le gusta, y sobre todo porque la mayoría del tiempo fue tratada con paciencia, respeto, y amor… la misma razón por la que hay ceremonias cada domingo. La victoria trae esperanza, y las distancias… parecen acercarse.

 

El árbitro
Hugo Banegas

Dejó meter pierna y afortunadamente los jugadores no se cebaron ante este permiso. Quedaron dudas cuando pareció penal de Guillermo García sobre Genaro con el partido 1-0 a los 36 del PT. Por la diferencia en cancha y el resultado final, zafó de reprobar el examen.

La figura
Ramiro Giraudo

Fue el hombre decisivo en el partido. Sus goles aparecieron en los momentos más propicios, al iniciarse cada tiempo. Los García también tuvieron una buena actuación en el “rojinegro”. En tanto si no hubiese recibido tres goles, Garofani (arquero de River) pintaba para el mejor de la tarde.

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