Es lo que dijo a EL DIARIO la directora de la institución, Verónica Valentín. Desde septiembre rige un acuerdo con el municipio por el cual el Estado local solventa el tratamiento de 20 personas por mes

El costo mensual de un tratamiento para superar las adicciones en la Casa Esperanza de Asociación Nazareth es de entre nueve y 12 mil pesos. Las obras sociales están pagando, a lo sumo, cuatro mil.

Lo dijo Verónica Valentín, la titular de la casa villamariense, al ser entrevistada por EL DIARIO. Incluso comentó que hay coberturas de sólo 500 pesos o menos. “Apross nos da 200 o 500 pesos”, aseguró.

Este cuadro pinta lo difícil que se le hace a muchas familias que atraviesan el drama de las adicciones. De todas maneras, en este contexto se dio un salto cualitativo cuando en septiembre pasado empezó a regir un acuerdo de esta institución con la Municipalidad de Villa María para que se atiendan mensualmente gratuitamente 20 personas. Este cupo se vio superado por la fuerte demanda, según confirmó Valentín.

“Hasta ahora siempre atendimos más de 20, unos 30, 40 o hasta 50, y se sostiene la atención”, señaló. Ya hubo más de un centenar que fueron recibidos mediante este nexo con el Estado local.

Ante la pregunta de este diario, Valentín dijo que el monto de ayuda oficial sigue siendo fijo para una veintena y que para paliar la demanda buscan conseguir becas ante Nación o Provincia. En relación a estas dos últimas jurisdicciones, afirmó que hasta ahora no reciben dinero fijo porque no han firmado ningún convenio hasta el momento.

“La dificultad que teníamos era que la gente quizás no comprendía que somos una asociación civil que se autogestiona, que tiene un costo para sostener a los profesionales, no se busca un lucro”, graficó.

“A través del servicio social de la institución perseguimos que esta persona que no puede llegar en primera instancia porque no tiene plata pueda ser atendida y que si tiene algún tipo de cobertura después ésta se haga cargo, dejando la beca para quien lo necesita”, explicó.

Dijo que atienden todas las obras sociales, pero que se presentan problemas con varias.

En la asociación se brinda un programa intensivo, desde el cual se trabaja con la intoxicación y luego buscando la inserción educativa, laboral y familiar. Dura nueve meses y después se hace foco en la inserción.

Ante preguntas, Valentín subrayó que por la Ley de Salud Mental “hay que trabajar mucho más con la familia, porque la compulsión está fuera de lo que implica la atención”, por lo que el tratamiento es voluntario salvo que medie una orden judicial. “O cuando hay violencia puede ser internado en una institución pública”, ilustró.

Cuando se le planteó en qué porcentaje de casos el tratamiento da resultado, la directiva señaló que “el sistema de comunidad terapéutica en el mundo es el mayor porcentaje de recuperación, más del 70%, y nosotros estamos en más del 75%”, teniendo en cuenta a quienes se sostienen dentro del programa desde el ingreso hasta el alta.