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Alfalfas, ideales para años secos

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Alfalfas, ideales para años secos
Recomendaciones para saber cuál se adapta a su región

Informe del INTA

La alfalfa es una forrajera capaz de enfrentar al déficit hídrico por su capacidad de extender las raíces hasta una profundidad de seis metros para extraer humedad de las napas.

“La alfalfa es una especie perenne con capacidades morfológicas y fisiológicas para tolerar el déficit hídrico”, aseguró Daniel Basigalup, técnico del INTA Manfredi –Córdoba– y autor del libro “El cultivo de la alfalfa en la Argentina”, quien, además, destacó que la planta “aumenta la eficiencia en el uso de agua, a medida que el estrés hídrico se incrementa”.

Para esto, cuenta con un sistema radical robusto y profundo, cuya función principal es la absorción de agua. “Sus raíces se pueden extender hasta una profundidad de seis metros para extraer humedad de las capas profundas del suelo, si no existen impedimentos en el perfil”, explicó.

“Esta fuente de agua puede suplir, parcialmente, las necesidades del cultivo, en mayor proporción a medida que la precipitación efectiva anual disminuye”, especificó Basigalup.

No obstante, el especialista advirtió que “si bien la alfalfa puede resistir largos períodos de sequía, esta situación la obliga a reducir la expansión de las hojas, lo que afecta la fotosíntesis, la intercepción y la eficiencia de uso de la radiación”. Esto provoca que la producción de materia seca se reduzca rápidamente.

De acuerdo con el especialista de Manfredi, la producción de forraje estará condicionada, principalmente, por la captura de los recursos agua y radiación solar, sumado a las condiciones de temperatura que pueden ejercer algún grado de limitación en la eficiencia de uso de aquellos recursos.

 

Un cultivar para cada región y actividad

La extensa distribución que la alfalfa tiene en la Argentina supone un amplio rango de adaptación a las particulares condiciones de precipitaciones, suelos, temperatura, plagas, enfermedades y modalidades de manejo de cada zona.

En los últimos 25 años, se inscribieron cerca de 300 variedades en el Registro Nacional de Cultivares (INASE). Si se descuentan las obsoletas y las fuera del mercado por diversas razones, los materiales disponibles en el mercado rondan los 130.

En este sentido, Basigalup recomendó que el productor ganadero, a fin de aumentar su producción y maximizar su rentabilidad, identifique aquellos cultivares que mejor se adapten a las condiciones particulares de su actividad.

“En líneas muy generales, las variedades sin reposo invernal (SRI) se recomiendan para el NOA, Cuyo y toda la Región Pampeana, las de reposo invernal moderado (CRIM) son ideales para toda la Región Pampeana y para algunas zonas de la Región Patagónica, mientras que las con reposo invernal (CRI) se aconsejan para la Región Pampeana Sur y la Región Patagónica”, señaló Basigalup.

Las SRI se utilizan en los sistemas pastoriles de producción lechera e invernada intensiva y, también, para la producción de heno bajo riego en las regiones del NOA y Cuyo.

 

Jornada sobre maíz en Laboulaye

El 12 de abril se llevará a cabo la “Jornada de manejo de cultivo de maíz”, en Laboulaye. La actividad, impulsada por el INTA del lugar, prevé un programa que iniciará a las 9 con una charla del doctor Lucas Borrás sobre “Ecofisiología del maíz aplicada a la producción; resultado red maíces tardíos Aapresid 2016/17”. Luego, recorrerán ensayos de maíces tardíos (Aapresid) y tempranos (INTA).

 

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