Aunque sí lo hiciera el domingo pasado, cuando le tocó participar en la presentación de Galleguillo la organización no permitió el ingreso de las academias

La academia local Sueños de Tradición del barrio Los Olmos tenía que participar en dos oportunidades dentro del Festival de Doma y Folclore de Jesús María, formando parte del elenco de la Compañía de Danzas Norte Folclore.

El domingo pasado, efectivamente, se incluyó dentro del espectáculo “Abrazo latinoamericano”, dirigido por Miguel Quinteros y Sergio Dalmasso. Pero la cita programada para el jueves siguiente, en el marco de la actuación de Sergio Galleguillo, fue lisa y llanamente abortada.

“Pasamos por todos los estados”, comentó públicamente en las redes sociales Mariana Pedernera, la directora de Sueños de Tradición. Tras relatar la velada dominical, con una mezcla de orgullo y satisfacción, pero también con varias pálidas en el haber (“falta de seriedad en las informaciones sobre los días de ensayos generales, vestuario, seguro que no fue seguro, insolación, horas y horas de esperas”), la profesora villamariense comentó su versión sobre lo sucedido el jueves a la noche.

“Aquí estoy con un corazón roto, pero sincero. Pido perdón a mis bailarines que no merecieron pasar por todas esas feas situaciones y deseo sepan que todos los profes que allí estuvimos desconocíamos que esto fuese así. Hubo incapacidad de los directores y coordinadores y total desamparo por parte del festival que bien pudo salvar la situación abriendo una valla de acceso en el anfiteatro, a la cual prefirió mantener cerrada enviándonos el mensaje con ese gesto de que es un festival que no valora a los bailarines como artistas. Desconozco si Galleguillo cambió o no el repertorio y si estaba al tanto o no de que hacía tres meses que veníamos ensayando para esa presentación. Pero cuando estuvo en escenario no fue capaz de respetar a los bailarines, ya que a mitad de una coreografía pidió que abrieran los accesos al campo para que ingresara todo el público y, de ese modo, los bailarines fuimos simplemente uno más. Diferente la actitud de Emiliano Zerbini que pidió en reiteradas ocasiones que ingresaran bailarines, pero la comisión del festival nunca autorizó a la seguridad a que nos permitieran el paso”.

“Fue muy feo lo que vivimos”

Una de las bailarinas de la academia, Nicolle Gianinetto, comentó a EL DIARIO lo que vivió en ese momento: “Primero nos dijeron que nos iban a dar las pulseras para entrar al campo y que a la una nos encontrábamos a la entrada para bailar a la 1.50 con Galleguillo. Ibamos viajando y nos avisan que hubo cambios y que había q estar a las 21.30 allí afuera. Llegamos a las 21 y ya estaban bailando. Así como nosotros, muchos otros quedaron del lado de afuera porque, supuestamente, a las 19.30 avisaron que había que estar a las 20 y no habíamos llegado nosotros ni los demás. Galleguillo, aparentemente, habría cambiado su repertorio porque no quería que bailaran con él y por eso se hizo la presentación anterior, pero más temprano. La tristeza enorme de todos los que no pudieron entrar fue tremenda. Todos llorando abrazados afuera, las caritas de los nenes chiquitos que nadie podía calmar. Fue muy feo lo que vivimos”.