La mujer de Oliva y el bebé que está gestando, se recuperan bien de la brutal agresión sufrida. La víctima recibió el impacto de siete balas y el agresor, dándola por muerta, intentó suicidarse
Brenda Casas (24) sería dada de alta hoy del Hospital Pasteur tras recuperarse de las graves lesiones que le provocó su ex cuando le disparó a quemarropa. Ahora, tiene por delante la tarea de sanarse de las lesiones psicológicas que sufrió como víctima de violencia de género.
Ayer, la mamá de Brenda, Soledad Silva, dialogó con EL DIARIO en uno de los pasillos del Hospital Pasteur. “Está mejorando, sólo le tienen que enyesar el pie que tiene fracturado y hacerle una ecografía para ver el bebé. Mañana -por hoy- le hacen unos estudios y si todo sale bien le dan el alta”, dijo.
Brenda tiene un embarazo de tres meses y tanto ella como el niño se salvaron milagrosamente, pese a que de los siete balazos que le impactaron en el cuerpo, cuatro fueron directo a su vientre.
Los hechos que terminaron con Brenda en el hospital sucedieron el sábado 11 a la tarde, cuando José Caruso (35), su expareja, ingresó a la casa que habían compartido rompiendo una ventana y disparándole con un revólver calibre 22. También le pegó culatazos en la cara y luego, según dijeron en la Policía, intentó quitarse la vida con un balazo en la boca. Hoy, Caruso sigue internado en la terapia intensiva del mismo hospital.
“A Brenda le pudieron sacar seis balas. Le quedó una en la cabeza, pero dicen que no le va a causar problemas, aunque hay que cuidarla mucho. Estamos muy agradecidos por la atención en el Hospital, porque han hecho todo lo posible para sacarla adelante”, dijo.
“El bebé está bien. Aguantó igual que su madre, con valentía, todo lo que les tocó vivir”, agregó.
“Que no sea más parte de nuestras vidas”
Soledad relató que cuando su hija comenzó la relación con Caruso nada hacía pensar en el violento desenlace. “Aunque después del primer tiempo empezó a mostrarse como era. Hacía escenas de celos por todo: no la dejaba ir de su abuela, ni a mi casa. Lo irritaba cualquier cosa y siempre la amenazaba. Incluso, le había dicho que la iba a matar y que no la íbamos a encontrar más. Nosotros no creímos. Llegamos a pensar que son esas cosas que se dicen por decir”, relató.
Caruso, un porteño llegado al interior, se radicó en Oliva donde supuestamente se dedicaba al negocio de alquiler de campos. “Nunca supimos bien qué hacía”, dijo la madre.
Hace algo más de un año que comenzó la relación con Brenda. “Después del primer tiempo empezó a separarla de la familia y de las amigas”.
Hubo hechos previos de violencia, según pudieron saber en el entorno familiar. “Una vez le pegó, pero mi hija en esa oportunidad no lo quiso denunciar”, explicó.
En otro hecho, Caruso compartió públicamente una foto íntima de ella en las redes sociales. “Ahí mi hija sintió mucha vergüenza y decidió denunciarlo”, puntualizó Soledad Silva.
A raíz de esa presentación judicial, es que le dieron una orden de restricción, que Caruso violó para intentar terminar con la vida de la joven.
“Siempre hubo maltrato psicológico, el la menospreciaba, la insultaba. Una vez, en medio de una discusión grave, ella se defendió con un palo. ¿Sabés que hizo él? Fue a denunciarla y terminó mi hija, la víctima, como culpable. Me pregunto que dirá ahora la gente de la Justicia que le pintó los dedos a Brenda por defenderse del agresor”.
“Lo único que quiero es que mi hija y el bebé estén bien y que él no sea más parte de nuestras vidas”, remató.
Vivir con miedo
La vida de Brenda fue un calvario de permanente acoso. “El la seguía o la hacía seguir, la manipulaba, la menospreciaba. Creo que a mi hija le va a costar, pero estoy segura que es valiente y con la ayuda de todos va a poder salir adelante”, concluyó, esperanzada, la mamá.
Marcha
Soledad Silva dijo que junto a otras familias víctimas de violencia de género realizarán una marcha en la ciudad de Oliva para que “otra mujer no tenga que pasar por este calvario”. Aún no definieron la fecha.
