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Cecilia Fernández dijo que nunca le “terminó de cerrar” el acuerdo con el PRO

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Cecilia Fernández dijo que nunca le “terminó de cerrar” el acuerdo con el PRO
“Veo poca participación de la UCR en la toma de decisiones políticas” de Cambiemos, señaló

Entrevista con la exjueza de Niñez de Villa María, cuyo nombre suena fuerte como posible candidata a intendenta por el radicalismo

Confió que “preferiría no ser” candidata, pero abrió la puerta “si las circunstancias lo exigieran”. Señaló que ve “con gran preocupación” al Gobierno de Macri, cuestionó duramente al kirchnerismo y dijo que jueces y fiscales “son temerosos”

Fernández en el taller de impresión de EL DIARIO, previo a una charla de casi una hora

Escribe Diego Bengoa
DE NUESTRA REDACCION

Fue concejala del radicalismo cuando retornó la democracia, docente, superintendenta de Tribunales y jueza de Niñez durante más de dos décadas. Jubilada de este cargo, regresó a su partido y en las últimas semanas resuena su nombre como eventual candidata a intendenta.

Cecilia Fernández fue la protagonista de una charla con EL DIARIO en la que se navegó por los vaivenes políticos y los dramas de la niñez y la juventud.

-¿Ha vuelto a la política?

-Sí.

-¿De qué forma?

-Acompañando en el partido a las autoridades, trabajando con mujeres, estando en el comité. Brindando lo que está a mi alcance, con mi experiencia de vida y aggiornándome a una nueva militancia. Desde 1994 no militaba y cuando retorné encontré un panorama totalmente distinto. Me costó mucho entender la situación de mi partido con Cambiemos. Y no me termina de cerrar.

-¿En qué sentido halló una forma de militar distinta?

-En muchos. En esta realidad de compartir espacios políticos con otros partidos… Al que viene de un radicalismo puro le es más difícil, cuesta comprender. No tenemos ideológicamente la misma formación. Soy radical, alfonsinista y somos principistas, de defender la República. En función de recuperar la República me cerró esto de generar Cambiemos, pero todo es tan dinámico que tengo un montón de puertas abiertas.

-¿Al interior del partido hay muchas personas que piensan como usted respecto a esta alianza gobernante?

-Diría que en mi ambiente sí. Esta ciudad es muy particular. No hay una visión clara de un discurso de crecer como radicales en el marco de Cambiemos. Hay que analizar muchas cosas.

-¿Por ejemplo?

-Nos cuesta comprender algunas cuestiones políticas, esto sin dejar de desconocer ciertos casos, como el de (Mario) Negri como líder, como presidente del interbloque, alguien que me merece el mayor de los respetos y con quien coincido en varias cuestiones y en otras tantas no se ajustan a lo que pienso.

-Algunos dirigentes del radicalismo consideran que el partido es convidado de piedra en la alianza.

-Veo poca participación de la UCR en la toma de decisiones políticas, fundamentalmente en las económicas. No hemos sido lo más lúcido en el tema, pero deberían consultarnos. Hemos tenido un sentido social y ético de la política. Alfonsín hablaba de la solidaridad y la ética. Aquí se han tomado decisiones inconsultas, siendo que en el radicalismo hay mucha gente capaz y formada.

-¿La UCR local irá en soledad en 2019?

-No creo que sea estrictamente solo, pero por lo menos aspiramos a que quien nos represente sea un radical. Tenemos personas en condiciones de conducir el municipio. Estamos trabajando en un proyecto de ciudad, el que luego se podrá consensuar, trabajar en una idea que no sea sólo electoralista, sino que se adapte a las necesidades de la localidad. Hay muchos aspectos que en Villa María hacen agua. Se ven necesidades y carencias. Hay cosas que no se corrigen, irregularidades. Estoy analizando lo de la nueva modalidad de cobro del estacionamiento medido y si tengo que hacer una denuncia penal, la haré.

-Se la menciona a usted como posible candidata a intendente.

-Se habla de un montón de personas, posiblemente en mejores condiciones para desempeñarse en ese rol.

-¿Le gustaría?

-Preferiría no ser. Si las circunstancias lo exigieran…

-¿Y en otro papel? ¿Legislativo?

-Me gusta más, como concejala o como asesora en alguna área. Como sea, todavía es temprano.

-Cuando era jueza y cuestionaba las políticas públicas, un sector la acusaba de hacer política partidaria. En caso de volver a un cargo, surgirían esas críticas. ¿Qué reflexión le merece?

-No sería antiético ni inmoral ocupar ningún cargo. Mi función en la Justicia no fue de militancia política, mi interés fueron los niños. Sí tuve militancia en la Asociación de Magistrados en defender ciertas ejes.

-¿Cómo ve al Gobierno de Macri?

-Con gran preocupación. Y creo que no nos ha transmitido la realidad de cómo recibió al país, que estaba en una situación muy grave y por eso muchos ciudadanos que no son de ninguno de los partidos de Cambiemos lo apoyó, porque había muchas cosas que ponían en peligro la República. (El kirchnerismo) disfuncionó el Poder Judicial y va a ser muy duro recuperar la credibilidad. Creo en la Justicia. Está manejada por hombres, con posibilidad de errar… pero no se puede ser cómplices de quienes cometen delitos. Y uno ve que hay jueces que son contradictorios en sus fallos, que renuncian para no investigar, que son parciales, que tienen determinados objetivos. A nivel federal es más grave, pero en la Justicia provincial también la situación es mala, crearon, por ejemplo, el fuero Anticorrupción y no se hizo nada, siendo que en Córdoba hay y ha habido corrupción siempre.

-Esto que ocurrió durante el kirchnerismo, ¿no sucedió siempre? ¿No siempre se dio el hecho de que no se investigara a los dirigentes mientras están en el poder?

-La Justicia ha sido lenta. Jueces y fiscales muchas veces son temerosos. El Poder Judicial tiene cierta verticalidad, se depende del Tribunal Superior de Justicia, de la Corte Suprema. El juez no debe litigar con ninguna de las partes ni dejarse influenciar por un llamado telefónico.

-¿Cuando era jueza ha recibido esos llamados?

-No, pero sí para retarme por ser explícita en cómo encontraba a la Justicia. En el interior siempre tuvimos menos recursos. Villa María creció enormemente y prácticamente se mantuvo el mismo plantel: tres fiscales, cuatro jueces civiles.

-¿Cómo reaccionaba cuando la llamaban para retarla?

-Los escuchaba y les explicaba.

-¿Por ejemplo?

-Probablemente la mayor demanda fue la de exigir o pedir que se trabajara con mayor especificidad con los chicos que cometen delitos. Siempre entendí que no iban a los espacios que generarían el resultado buscado por la ley. Se ofrecían tratamientos muy elementales, no se trabajaba con el chico ni con la familia y eran bastante expulsivos: el joven volvía al mismo espacio de vida y a los dos o tres meses se repetía la situación. Y a los 18 años ingresaba a la cárcel, no por sus antecedentes, sino por lo que hacía en ese momento.

-¿Nadie nace “malo”?

-Creo que no.

-¿Por qué cree que delinquen?

-Por muchas razones, la principal es la falta de educación y de contención familiar y escolar. Algunas familias creen que el Estado tiene que darle de comer a sus hijos. Tuvimos un montón de planes sociales que hicieron que los padres no trabajaran y ellos ven eso. Además, la deserción escolar es grave, porque la escuela, aunque a ninguno nos haya gustado, sirve para ordenarte la vida.

-¿En qué se diferencian las características de la delincuencia juvenil de los últimos años respecto a sus primeros tiempos como jueza, en los 90?

-No tiene nada que ver con antes, ahora es mucho más violenta. Se ha perdido el respeto por la vida, la propia y la ajena. Hubo un avance impresionante de las drogas. En Villa María hay todo tipo de drogas.

-Siempre fue muy crítica de las políticas implementadas por el Gobierno provincial en la materia.

-Hizo agua y sigue haciéndolo. No sé si son conscientes de lo que implica limitar recursos para trabajar con niños y adolescentes.

-¿Adónde va un chico en conflicto con la ley?

-Unicamente al Complejo Esperanza, y ni siquiera a esto lo decide el juez, sino la SENAF (la Secretaría con competencia en la Niñez, Adolescencia y Familia, que depende del Gobierno cordobés).

-Un complejo muy cuestionado y denunciado, que hasta hace poco no funcionaba.

-No. Hasta el año pasado disfuncionaba. Hay algo que no se comprende, que el educar, prevenir y tratar las problemáticas nunca será un gasto, siempre será una inversión para una sociedad más sana.

-¿La crítica que hace a la provincia, también es hacia la Nación?

-Son políticas generales, pero casi todo esto está delegado en las provincias.

-¿Qué piensa de la baja de edad de imputabilidad?

-Lo mismo de siempre, que mientras no se modifique todo lo que mencioné, no tiene ningún sentido. ¿Vamos a seguir creando instituciones donde depositemos -porque es depósito- a los jóvenes? ¿Vamos a construir más cárceles?

Sí habría que analizar determinados delitos en función de la comprensión que los chicos de hoy tienen respecto a años atrás. Se tiene que hacer un estudio serio. La pregunta debe ser por qué hay cada vez más jóvenes en la delincuencia.

 

Muy crítica hacia Accastello y Gill

-¿Qué consideraciones hace de la gestión de Gill?

-No me cierra. Es más de lo mismo. No ha hecho nada que me impacte.

-¿Y de Accastello?

– Pésima, muy mala. No todo pasa por modificar la ciudad con obras públicas, algo en lo que ha sido muy bueno. Hay un manto de oscuridad en toda la gestión respecto al manejo de fondos públicos. Nunca justificaré eso de “hacen, pero se quedan con un vuelto”.

-¿La Justicia tiene una deuda pendiente sobre esto?

-Creo que sí.

-Respecto a la situación de la minoridad, ¿Accastello y Gill tienen responsabilidades?

-Por supuesto. El Estado municipal es el primer responsable de la gente que vive en su ciudad. Con Accastello no hubo políticas serias, fueron parches. La ley dice que la primera responsable es la familia y luego el Estado, para trabajar con la familia y el niño para que la familia sea funcional.

La ley es buena, el problema es quiénes la ejecutan. Basta de punteros, de colocar gente en esos lugares porque les debemos un voto. Y además, el voluntarismo en este tema no funciona.

Ningún juez puede tomar medidas serias si no tiene elementos. Los chicos no son expedientes, son personas. Siempre estuve en desacuerdo con que me pidieran estadísticas. Lo que se necesita son recursos para poder trabajar.

 

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