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Colón, con aires de puntero

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Colón, con aires de puntero

Goleó 5 a 1 de local a 9 de Julio de Pasco y se transformó en el nuevo líder de su zona previo a visitar, el próximo domingo, a Rivadavia en el clásico de Arroyo Cabral

Encerrado. Peralta y Ripa dejan sin chances a Ismael Rodríguez. Colón mostró solidez
colectiva y eficacia para superar con un abultado marcador
a 9 de Julio

Escribe: Juan Pablo Morre

Bajo un cielo encapotado, un Colón compacto y contundente goleó 5 a 1 de local a 9 de Julio de Pasco y conquistó la punta de la Zona Sur, que lo tiene como nuevo y único líder tras el empate en Ausonia.

Pese a ausencias de relieve (Navarro y Morre), el Rojinegro expuso su papel más preponderante en el campeonato, por la victoria holgada y producción colectiva, y con el atenuante insoslayable que lo realizó previo al clásico ante Rivadavia y ante un rival que, en sus últimas visitas a Arroyo Cabral, había generado algunas patriadas recordadas.

Precisamente, 9 de Julio entró a la cancha con la intención de emular dichas actuaciones y hasta abrió el marcador, a los 8 minutos, con un hermoso gol olímpico -aprovechando el viento a favor- que anotó Ismael Rodríguez.

De igual modo, ese momento de dominio de 9 de Julio se esfumó rápidamente porque el anfitrión, con temperamento para sobrellevar ese inicio complicado y un Diego Gabetta influyente desde el centro del campo, desnudó todas las flaquezas colectivas del elenco de Pasco.

Entonces, a los 16’ y después de que Marcos Reynoso -otro de importante actuación- recibiera la infracción de Giovanini, Gabetta se hizo cargo del tiro libre, envió un centro venenoso que Giordano no logró conectar y la pelota quedó boyando en el corazón del área, donde apareció el botín del goleador, Ramiro Giraudo, quien llegó a tocar el balón previo a que Altamirano logré un control total del mismo y logró el empate veloz, tranquilizador y que potenció a Colón.

Es que, a partir de allí, y si bien no mostró fluidez para armar juego o un dominio absoluto, los dirigidos por Abate Daga atacaron con verticalidad a un rival que, sin encontrarle remedio a la posición de Gabetta, estuvo otra vez desatento en una pelota parada y volvió a pagarlo caro.

A los 28’, el juvenil Pablo Torelli captó -sin marca alguna- un rebote en la media luna del área grande y con una visual espléndida, encontró al solitario Gabetta. Este último llegó hasta las narices del arquero rival y facturó el 2 a 1, con excelente definición.

Con los minutos, el orden y constancia táctica del local se impuso ante la desorganización en la que ingreso el Patriota que, pese a las sociedades que intentaban sus jugadores de buen pie, careció de peligrosidad y ya no generó situaciones sobre el arco rival.

Ante esto, Colón dio el golpe de gracia en el cierre del primer tiempo; un centro pasado que superó a Altamirano, le permitió a Reynoso captar la pelota, eludió su marca y le cedió el gol Giraudo, quien anotó el 3 a 1, en un gol típico de “nueve”.

Ubicado para contragolpear, en el complemento creció la participación -acertada- de la última línea de Colón, función que además se vio facilitada ante un rival que, más allá de la vergüenza deportiva, la desventaja parcial y el adelantamiento de Westveer, intentó en vano romper el cerco que le propuso el Rojinegro.

Por lo tanto, y sin ensanchar sus ataques, los avances del Patriota resultaron previsibles y no inquietaron a Pedernera; de igual modo, el técnico Abate Daga desde el banco se inquietaba porque veía que su equipo resignaba posesión de balón y no usufructuaba los espacios que brindaba el rival en el campo rival.

Así las cosas, el Lunguito apostó al recambio que tenía en el banco y, también pensando en el clásico (remplazó a Giraudo y Luppo), ubicó acertadamente a Martín Barrionuevo (un exquisito volante que debutó en Universitario, se fue a Independiente de Avellaneda y ayer volvió a la Liga, pero en Colón) y al delantero Kevin Plaza.

Sobre los 31’, Plaza no dio por perdida una pelota larga y generó una falta que finalizó en el cuarto tanto del local que anotó Matías Sambrana, tras otra ejecución de Gabetta en la pelota parada.

Y, a los 41’, Barrionuevo selló la goleada. Recibió el cambio de frente de su hermano Marcos Reynoso, eludió su marca y, con un remate cruzado de zurda, marcó el 5 a 1 definitivo.

Así las cosas, quedó a las claras porque ambos equipos están en los extremos de la tabla: Colón, un líder con una estructura de tipos encumbrados del club y jóvenes que potencian sus virtudes ante la ‘presión’ constante de los grandes; y un 9 de Julio timorato, sin reacción y que se hunde en la tabla.

La figura – Diego Gabetta

Fue el ideólogo de la goleada, con apariciones determinantes -festejo incluido- que le permitieron a su equipo reaccionar rápidamente al gol tempranero del rival. Siempre fue un efecto contagioso para sus compañeros, ante la intensidad con qué jugó en todo momento.

El árbitro – Federico Vallé

Redondeó un buen trabajo, con una buena lectura del partido, lo que le permitió utilizar acertadamente las tarjetas, darle fluidez al trámite; bien ubicado y con temple para sobrellevar los momentos más críticos que tuvo el encuentro.

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