El profesional informático advirtió que crecieron los casos de grooming en el país y pidió que se tomen medidas de prevención para evitar dramas a menores de edad
El terrible caso de Micaela Ortega, la niña de 12 años asesinada por Jonathan Luna, quien la contactó usando el perfil de otra nena de la misma edad y entabló una relación con la víctima, volvió a exponer los riesgos a los que se someten los menores de edad en Internet.
En este marco, el delegado del Consejo Profesional de Ciencias Informáticas y policía recientemente jubilado, Sergio Martínez, señaló que en virtud de este caso y del “importante incremento de casos de grooming registrados en nuestro país”, el Consejo Profesional de Ciencias Informáticas de la Provincia de Córdoba preparó una serie de consejos o pautas básicas con la finalidad de aportar desde el conocimiento de esa profesión a la prevención de este tipo de ilícitos.
Como se conoce, se denomina grooming a las conductas y acciones deliberadamente emprendidas por un adulto a través de redes sociales u otros medios electrónicos con el objetivo de ganarse la amistad de un menor de edad, creando una conexión emocional con el mismo, con el fin de disminuir las inhibiciones del niño y poder abusar sexualmente de él.
“En la mayoría de las redes sociales podemos elegir si queremos que el perfil sea público o privado. Recomendamos mantener un mínimo nivel de privacidad, por lo que sugerimos revisar las configuraciones”, dijo Martínez a EL DIARIO.
No aceptar a desconocidos
Entre las medidas que sugirió el Consejo, se cuenta también la de no aceptar invitaciones de desconocidos. “Tener una lista de amigos no es una competición ni colección. Son los que tendrán acceso a toda la información e imágenes”, advirtieron.
Instaron a no revelar información personal “como dónde vivimos, estudiamos o el número de teléfono”. Martínez resaltó que “es fácil publicar información pero es difícil suprimirla”, o aunque se haga, “puede que ya haya sido utilizada”.
Además, los informáticos pidieron que no se compartan las contraseñas y que se modifiquen cuando uno tiene indicios de que puede haber sido vulnerada.
Entre las sugerencias principales, está la de avisar a los padres, docentes o a un adulto de confianza cualquier actitud sospechosa, mensaje o “lo que te haga sentir incómodo, molesto o agredido”.
