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Cumple sus sueños quien resiste

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Cumple sus sueños quien resiste
Peñaloza (fue expulsado y se perderá el clásico con Alem) dirime una pelota con Marco Fernández, mientras espía la acción Delsole, autor del gol del triunfo

Liga Villamariense – Alumni le ganó un partidazo con nueve hombres a Unión Central, 1-0 en su estadio. Pese a la desventaja, nunca renunció a jugar y quizás solo por eso tuvo su premio. Elías Delsole, el autor de la única conquista en El Fortín

 

Escribe: Beto Arce

El título de la nota le corresponde a una bandera colgada ayer en la tribuna. Nada de casualidad… las causalidades construyeron la victoria.

Hay maneras y maneras de aguantar y es esta una cuestión que viaja más allá de los gustos personales. Es casi como una manera de entender el juego y sin más, aplicarla. Aguantar el paso del tiempo revoleando la pelota por el aire o tratarla con criterio, haciéndola correr en paralelo al reloj. Al fútbol se juega con la pelota y sin ella, simplemente es más difícil divertirse.

Alumni nunca perdió su centro y aunque por momentos la paso muy mal ante Unión, se adueñó de un triunfo con sabor a mucho, teniendo en cuenta que se puso en ventaja con 10 hombres y terminó con 9. En igualdad de condiciones, el elenco de Zucotti fue dominador de las principales acciones, pero perdió posibilidades inmejorables que luego serían cruciales para el resultado final. No estuvo fino, se fue disgustando con el trámite a medida que sus intentos se transformaban en fallidas acciones y pagó carísimo un trámite que estaba bajo control.

Las banderas no son simplemente de apoyo, sino que muchas veces tienen un mensaje que compartir. Pulgar arriba para el equipo fortinero que salió con un “Memoria, verdad y justicia” desplegado en la foto de la formación inicial, seguido de un “Nunca más”.

No llegó a conectar Olmedo en el área chica un buen centro de Brusa desde la derecha (12’); apenas besando el poste izquierdo de Scalzo salió un remate de Bustos (13’); un gran tiro libre de Guilhen superó la barrera y por poco no se clavó en el ángulo (18’) y nuevamente Bustos tendría una chance propicia para abrir la cuenta a los 34’: la inició Reinoso desde el fondo, la prosiguió Olmedo con un pase profundo y la culminó el delantero con un remate bien detenido por el portero. Unión era más, claramente, pero el resultado seguía inamovible.

Respondió Alumni con la figura del encuentro: Brugnaro enfrentó a Alanis y en el intento de ubicarla junto al palo salió mínimamente desviada cuando parecía que entraba (35’); un calco de la acción anterior con los mismos protagonistas dejó vencedor al “1” aurinegro en un mano a mano clarísimo (36’) y nuevamente Brugnaro sacó un centro que se colaba por el segundo palo, pero Alanis manoteó a tiempo y seguidamente Peñaloza la mandaría por arriba del travesaño. Se acomodó por entonces el equipo de Reano, aunque Unión seguiría insistiendo con las mañas de su experiencia y la desfachatez de los más talentosos. Antes del final lo perdería otra vez Bustos con un cabezazo que le sirvió Guilhen mediante un enorme pase (40’).

Creer o reventar. ¿Es posible jugar mejor en desventaja numérica? Difícil, pero… ¿es posible adaptarse en situaciones desfavorables? Sin dudas. Eso hizo Alumni y se fue fusionando con sus necesidades, aunque la estantería se le sacudiera y debiera rearmarse continuamente.

La sacó barata Geremía luego de un patadón muy a destiempo sobre Delsole y recibió la amarilla (6’); enorme intervención de Scalzo para desinflar un cabezazo de Bustos luego de un centro perfecto de Brusa (10’); cerca salió una media vuelta de Peñaloza (17’) y de la cancha saldría el mediocampista luego de ver la segunda amonestación tras una innecesaria infracción sobre Olmedo (21’). Baldazo de agua helada sirvió en la mesa Elías Delsole tras conectar con precisión la asistencia de Brugnaro por derecha para abrir y cerrar la cuenta del partido. Una combinación genial abrió el camino para sostener una victoria jugando a la pelota: 1-0.

Otra vez Scalzo agrandaría su presencia tras taparle un mano a mano a Geremía (29’); Torelli recibiría su segunda amonestación y Alumni quedaría con 9 jugadores (33’) y el ingresado Contreras no llegaría a darle destino feliz a un impecable cabezazo que salió junto al palo.

Alumni tocó, no se desesperó, entendió que el traslado y la posesión del balón era la única vía para no colapsar y darle lugar a la estrategia del rival y cerró un triunfazo con mucha personalidad. Quizás tiene sabor a mucho, por cómo se dieron las cosas, pero lo cierto es que siempre importa la forma, el modo, la intención. Sin revolearla, con criterio, jugando, fue desactivando la intensidad de un confuso Unión que terminó llenando el área de centros con pocas ideas.

Se va con bronca el que más buscó, evidentemente. Festeja el ganador, pero más celebra el modo. En la tarde de las banderas, de los mensajes, hubo un ganador, pero más importante es que no haya vencidos, sino resistentes. Eso también necesita el país. ¿Quién dijo que la política y la pelota no se entienden, si van de la mano? Cumple sus sueños quien resiste: Alumni, que ganó un partido importantísimo cuando el negro cielo se le caía encima; el Polo Navarro que hizo su nuevo debut con el Fortinero 12 años después de aquel histórico ascenso al Argentino A; y el propio Unión, que conserva casi los mismos rostros desde hace varias temporadas y confía a muerte en su identidad.

 

La figura: Nicolás Brugnaro: fue sin dudas el mejor. Muestra de técnica, velocidad, gambeta, asistencia, remate y personalidad, los atributos exhibidos del volante en la victoria ante Unión. Participó en el gol y en todas las jugadas de peligro de su equipo. Se llevó todas las miradas de asombro y deleite. Scalzo fue fundamental para sostener el triunfo.

 

El árbitro: Diego Dragonetti: dejó pegar demasiado y no midió con el mismo criterio situaciones similares. Algunos futbolistas le vendieron humo y “compró”. Acertó en ambas expulsiones y terminó su actuación sin sobresaltos, aunque el trámite estuvo caldeado y lleno de intensidad hasta la última jugada.

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