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Dante regresará al comienzo de su historia

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Dante regresará al comienzo de su historia

Escribe: Juan Carlos Seia – Fotos: Vicky Araujo

 

P25-tres librosEl venidero jueves se presentarán tres libros del escritor villamariense Dante Alberto Olivieri.

Se trata de colecciones de cuentos referidos a tres etapas de la propia vida del autor, quien actualmente está afincado en La Cumbre.

El acto está titulado “Homenaje a una época”, y se concretará a las 19 del mencionado día, en el aula C12 del Instituto Rivadavia, cuya fundación organiza la presentación, que estará a cargo de los exdocentes Daniel Baysre y Yolanda Peretti, y de Juan Maldonado, director de Alción Editora, sello que comercializa los libros de Olivieri, quien cursó sus estudios secundarios en el mencionado instituto.

El primer tomo de cuentos lleva por título “La invasión de las mariposas verdes”; el segundo “Las mariposas rojas también tenían alas”, y el restante se denomina “Las mariposas en el jardín de las plantas carnívoras”. En estas páginas damos a conocer su biografía y una entrevista con el autor, quien a lo largo de su vida ha tenido una intensa militancia política, ha ejercido la función pública y la docencia, y actualmente se desempeña como empresario.

Las ficciones que plasmó en sus libros toman en parte la realidad que le tocó ver y protagonizar. Algunos de dichos cuentos se pueden leer en nuestro sitio web: http://es.calameo.com/read/002738614d1e3f92ab045

 

-Esta pregunta tiene que ver con una inquietud personal. ¿Por qué elegiste Villa María para presentar tu obra literaria?

-En mi imaginación esta ciudad esconde muchos secretos que explican lo que luego hice a lo largo de mi vida. Los libros, las lecturas inacabadas y luego la escritura, encuentran siempre una referencia con este lugar. Es como que       “acá comenzó la historia”. En realidad, regreso a un sitio de donde nunca me he terminado de ir. Mirar por el espejo retrovisor tiene mucho de esto, es ver una imagen que se aleja pero nunca se desvanece de manera definitiva, que se instala en la memoria y, de manera inconsciente, emerge cuando uno menos lo espera.

 

-¡La memoria! ¿Qué tema el de la memoria? En los cuentos hay historias que le demandan a la memoria más de lo que ella puede dar.

-La palabra es el hombre. La palabra se construye en base a una lente por donde uno mira y se reconoce como reflejo del otro, ahí está el hombre, la palabra lo construye. Recordar no es más que esto, escarbar en el pasado, es reconstruirse a imagen de lo que uno cree que hizo, fue o vio. No hay otra manera, la memoria y la palabra son hermanas gemelas. Lo que aconteció, no es como uno lo recuerda, la belleza es el atajo que utiliza la escritura para darle entidad. ¿Qué se puede hacer? Nada, sólo dejarse llevar. Lo que naturaliza el recuerdo es una suma imperfecta de sensaciones, sobre ello cabalga la memoria. Tras esta riqueza transita el escritor, la herramienta es la palabra.

 

-La certeza y la duda forman parte del ser, en varios de los cuentos se revisa este dilema. Los personajes en distintas circunstancias son atravesados por esta desesperante dicotomía.

-Los seres humanos necesitamos certezas, apropiarnos de lo absoluto. Por más inverosímil que sea, crear una historia tranquiliza. No sólo tranquiliza al autor, sino al narrador, al escenógrafo, y ni que decir, a los personajes. La escritura nos saca del barullo que crea la palabra dicha, para ubicarnos en un mundo más sosegado, el que crean los cuentos. Fugamos de la realidad y nos instalamos en un sitio alternativo, colmado de agradables paisajes. Este camino sólo se explora a través del corazón. La duda, en cambio, se ubica en otro sitio, se instala en el cerebro. La razón pura, las preguntas que taladran, las fricciones de la existencia, el hoy sin mañana, la angustia, suman para que los personajes sean coptados por las desproporciones que produce la condición humana. Ida y vuelta, entre el corazón y la razón, en este océano navega la escritura. En algún punto, los personajes enfrentan los dilemas que abordan al autor.  

 

-¿Qué te llevó a la escritura? Por lo que observo, iniciaste las publicaciones no hace mucho tiempo.

-Existió un contexto. La etapa en el Instituto Secundario Bernardino Rivadavia, la del colegio secundario, la recuerdo como un momento de mucha libertad. De aquel tiempo, me quedó la idea de que al doctor Antonio Sobral le interesaba la diversidad como esencia creadora de la actividad pedagógica. En aquel lugar y ese tiempo, fines de la década del sesenta, aprendí el valor que tenía el libro y descubrí los secretos que escondían las bibliotecas y las librerías. Otra señal la ubico en la limitación de mi padre para escribir. Seguro no son las únicas. Ambas circunstancias, probablemente, han sido las que me empujaron a elegir letras, palabras, frases y párrafos, que terminaron en cuentos y libros. Las cosas suceden, no existe una explicación única y definitiva. Si el destello se produce, bienvenido sea, nunca es tarde cuando hay cosas para contar. Escribir fue la manera que encontré para regresar del exilio.

 

-Tres libros publicados ¿Cómo caracterizarías a los cuentos que forman parte de la trilogía? Intuyo que hay un hilo que los une.

Los cuentos, y desde luego los tres libros, expresan el despertar de una época intensa y de profundos contrastes que influyeron para que esta idea de André Breton de “esclarecer la alegría del recuerdo” fuese realidad. Los tres libros, cada uno a su manera, germinan como fragmentos contradictorios de alguien que participa y observa. Dentro de las pequeñas glorias y desdichas que viven los personajes en las historias, éstos sobreviven como pueden. En el primer libro “La Invasión de las Mariposas Verdes” se cuentan las utopías de un grupo de amigos; junto a la amistad, emergen, los senderos por los que transita el amor, los interrogantes acerca de la fe, el despertar de la conciencia, el deseo por cambiar el mundo y la esperanza como un punto en el horizonte. Las problemáticas que están en el universo social de la época, de manera dominante, se instalan en el corazón de aquel grupo de jóvenes. La fuerza de los sueños alimenta la bella idea de alcanzar lo imposible. En el segundo, “Las Mariposas Rojas también tenían alas”, los acontecimientos políticos e ideológicos perforan los límites del alma humana, la ilusión se entremezcla con la desmesura y se viste de camarada. El serrucho, el hacha, la máscara, la flauta y la brújula se convierten en elementos indispensables, en la eterna lucha que libra la especie humana, en defensa de los derechos humanos del hombre. A la distancia, ubicada sobre el final del trayecto, la ironía es utilizada como un recurso para desnudar la contradictoria precariedad que muestran los argumentos. “Las Mariposas en el Jardín de las Plantas Carnívoras”, completa la saga; matando el prodigio, pone en carne viva la tragedia humana, no como un síntoma, sino como parte de la existencia misma. La homogeneidad, como categoría social, se presenta como un estímulo imprescindible para adorar la muerte. Los medios que se utilizan se divorcian del fin, se divorcian de la moral y permiten que, en el entretiempo, el caníbal cumpla con el rito. A lo largo de los tres libros, un personaje central, Mateo, se aproxima y se aleja como observador o protagonista, según le convenga al narrador.

 

-En los cuentos Mateo está muy cerca de los hechos, es como si los hubiese vivido, muchas veces toma la forma de una persona absolutamente involucrado con la realidad.

-La profesora Yolanda Peretti en el prólogo del segundo libro dice… “todo es una especie de tensión entre evocación, fantasía y reflexión sobre la realidad social”. Esto significa mucho, casi define la intimidad que se entabla entre las impresiones que el autor tiene de un tiempo que ya no existe y lo que el narrador y los personajes hablan sobre lo acontecido. Los cuentos se convierten en letra muerta de un pensamiento vivo, o todo lo contrario, en letra viva de un pensamiento muerto. En muchos pasajes, Mateo adquiere vida propia, evoca, reflexiona y participa de circunstancias fantásticas que le pertenecen sólo a él. Pero cierto es, que las sensaciones de Mateo emergen porque otro se las transfiere para que haga y deshaga a su antojo. En el entrevero, el narrador cumple un papel decisivo, se separa del autor y se construye como propulsor de las historias. En otros pasajes, sucede lo contrario, el autor se apodera del alma de Mateo y no sólo se confunde fisonómicamente, sino que toma palabras e ideas. Lo hace nacer, lo saca de las páginas y lo instala en la cabeza del lector para que éste escuche los latidos del corazón. Los cuentos, y cada libro, se convierten en un ejercicio de iniciación, para que en este “volver a hacer” la curiosidad instalada en la memoria recree lo que ya fue. En este mundo contradictorio y ambivalente se desenvuelve la escritura.

 

Finalmente está el lector. Se supone que uno escribe para alguien, para que la obra sea leída. ¿Cuándo escribes estás pensando en quién te va a leer? ¿Qué importancia adquiere el lector?

Cuando uno escribe, desea que exista otra persona del otro lado que lea. Uno, dos, diez, cien, no importa el número, importa crear el ambiente para que el libro llegue al lector. No interesa que sea un existo editorial, sino que llegue adonde el escritor desea que llegue. Interesa primero que el libro llegue a las bibliotecas, que desembarque en las escuelas, que circule, que se difunda para que finalmente se instale en algún catálogo. Para que el acto se consume debe haber lectores. Existe un círculo próximo al autor que colabora en la actividad inicial. Luego están los medios gráficos y electrónicos que posibilitan que el libro editado se universalice y penetre en la sociedad. El autor debe trabajar duramente para que ello ocurra. Quien escribe desea tener lectores. La escritura es un acto de reflexión, instala una ilusión, entusiasma, libera, despierta el austero deseo de soñar un mundo alternativo. Cuando el libro circula construye una relación que favorece el encuentro entre el escritor y el lector. El escritor siembra letras, el lector las recoge y las multiplica. Todo concluye cuando éste, finalmente, se adueña de la historia. Esta pulsión externa consigue que el libro tome vida propia y se separe definitivamente del autor.

 

P25-Olivieri BIOGRAFIA COLORBiografía

 

Dante Alberto Olivieri, nació en 1950 en Villa María, pequeña ciudad de la pampa gringa ubicada en la provincia de Córdoba. Nieto de inmigrantes italianos, de fines del Siglo XIX; se crio en una familia de clase media baja donde el progreso estuvo asociado siempre al trabajo. La educación pública marcó toda su experiencia como estudiante; durante la segunda mitad de la década del sesenta cursó los estudios medios en el Instituto Secundario Bernardino Rivadavia. Se graduó de Licenciado en Economía en el año 1975, en la Universidad Nacional de Córdoba.

Los acontecimientos que rodearon su existencia lo llevaron por diferentes senderos; primero a la Universidad como Profesor, luego a la Administración Pública como Funcionario y, en las últimas décadas, a la Actividad Privada, como Empresario.

Su vida, plagada de hechos pocos estridentes, no consiguieron doblegar las convicciones más profundas, las que están dormidas y esperan su oportunidad para mostrarse. El deseo por reinventarse lo arrastraron hacia la escritura.

A los sesenta y un años, dio el primer paso, publicó “La Invasión de las Mariposas Verdes” (Alción Editora, año 2011). Tiempo después, realizó el segundo movimiento, presentó “Las Mariposas Rojas también tenían Alas” (Alción Editora, año 2013). “Las Mariposas en el Jardín de las Plantas Carnívoras” (Alción Editora, año 2015), constituye el eslabón final de la trilogía pensada por el autor.

Apremiado por alguna pulsión secreta, en pequeñas historias, el autor pretende a través de la obra “esclarecer la alegría del recuerdo” (André Breton, reflexiones acerca del valor de la escritura).

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