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De lo nuestro, lo mejor

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De lo nuestro, lo mejor

Fabricio Rodríguez interpretó con su armónica y se animó a cantar «Amor clasificado» entre el público. Cuerda y Cuero estuvo al inicio y Flor de Ceibo deslumbró con su coreografía

P10 fabricioEl momento previo al esperadísimo recital de Ricky Martin comprendió la actuación de dos valores villamarienses de alta factura artística.

En primer lugar, el conjunto foclórico Cuerda y Cuero estuvo a cargo de la denominada «previa» desde las 20.30 y apostado en el escenario alternativo, que habitualmente ocupa la Orquesta Estable del Festival.

La joven formación se ganó el aplauso y aceptación del público al entonar piezas clásicas del repertorio de música popular como «Zamba de mi esperanza» y «Luna cautiva», entre otras.

Además la voz principal, Matías Flores, apeló a su costado más histriónico e insolente cuando interactuó con la audiencia, haciendo bromas acerca de la asistencia de fans. «Nuestras fanáticas no pudieron venir porque las seguidoras de Ricky Martin habían agotado todas las entradas», lanzó jocosamente. Luego instó a los presentes a corear el estribillo de su tema propio «Cuerdaycueriando».

Tras la media hora de show, comenzaría a exhibirse el videoclip alusivo a nuestra ciudad («Zamba para Villa María»), dando paso a la primera entrada de Miguel «el Gringo» Borsatto apenas pasadas las 21.

Lo que primero remarcó el maestro de ceremonias (esta vez en «elegante sport»), fue la performance de la Orquesta Estable, dirigida por «Kuki» Soria que este año celebra 21 años de vigencia.

Luego, saludó a asistentes de Venezuela, Uruguay y Chile para luego auspiciar el ingreso de Villa María como «tesista» de ciudad turística.

Tras una emotiva arenga inicial (el tradicional «peña y corazón abiertos»), dio paso a «un joven que ha crecido mucho», haciendo referencia explícita a Fabricio Rodríguez.

El destacado armoniquista villamariense, que cosecha laureles en cuanto festival o evento se presente a lo largo y ancho del país, debía sortear una prueba más que compleja. Satisfacer con su repertorio y performance a los oídos de miles y miles de espectadoras que a esa altura prácticamente habían llenado el Anfiteatro, ansiosas y expectantes de escuchar al ídolo boricua.

Con una afiatada banda de acompañamiento (con sus históricos socios musicales Alexis Verdeen guitarras y Ariel «el Chino» Funes en teclados, más Lorenzo «Pulu» Soria en batería junto a un bajo y violín), Fabricio salió a enfrentar a la audiencia con guitarra en mano.

Cabe señalar que el artista volvía al Festival luego de dos años. La última vez también había teloneado a un crédito internacional, como fue Maná en 2014.

A su derecha, se ubicó un coro gospel invitado que nutrió de dulces melodías vocales a cada interpretación. El cantautor también contaría con dos parejas de baile en diferentes pasajes, tanto en un set de piezas folclóricas como en su particular versión del tango «La cumparsita».

Inició su show -previsto delante del telón- con «Un día a la vez», anticipo de su inminente disco homónimo, para luego procurar el intercambio de elección instrumental y pasar a su predilecta armónica.

Plasmaría su clásico y entusiasta tributo a la música celta con «Nashville» para posteriormente regalar una de las postales de la velada. A la manera de la española Rosana, que nos tenía acostumbrados con sus incursiones en medio de la gente, Fabricio descontracturó completamente su recital al bajarse del escenario e interpretar un aplaudido cover de «Amor clasificado», el clásico de Rodrigo. Con semejante entrega, Rodríguez se robó una ovación cerrada.

Para su cierre, y a modo de bis, escogió una sentida versión en español de «Tomorrow is a long time», de Bob Dylan, y la inexorable «Sólo le pido a Dios», de su idolatrado León Gieco. «Le voy a rendir tributo. Además lo extraño en todos los festivales del país», acotó el solista local sobre el creador de «La cultura es la sonrisa».

 

Destacada puesta de Flor de Ceibo

A continuación, regalaría un par de canciones el cantante Gonzalo Martín, de Pasco, presentado por el joven animador Hernán Lirio quien avisaba a los presentes que ya estaba Ricky en el Anfi. El ex-Los Yara y actual vocalista de Chebere es miembro de la Orquesta Estable del Festival.

Acto seguido, llegaría la última de las tres presentaciones de la academia Flor de Ceibo y Passion en el Festival. Con un despliegue increíble de cerca de 50 bailarines en escena, el ballet dirigido por los hermanos Germán y Marcos Macía logró recoger vítores de la audiencia con el espectáculo «Epocas», una destacada seguidilla de ritmos y estilos en la historia de la música. Distintos grupos de danza lograron recrear coreográficamente piezas como «Survivor», «Conga», «I just feel this moment» y el reggaetón «Candela», entre otros.

Era la primera vez que el elenco ingresaba al Festival una hora después del inicio de la velada. Y también, que contaba con todo el espacio delantero del escenario libre para su performance.

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