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Docentes y estudiantes de la UNVM harán una ficción sobre la “tragedia de Achala”

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Docentes y estudiantes de la UNVM harán una ficción sobre la “tragedia de Achala”
En primer plano, la actriz Alejandra Garabano. Detrás, en el espejo, la guionista Gabriela Naselli

En diciembre grabaron algunas escenas que servirán para buscar financiamiento para el largometraje. La guionista del filme y docente universitaria, Gabriela Naselli, comenta sobre el proyecto

En primer plano, la actriz Alejandra Garabano. Detrás, en el espejo, la guionista Gabriela Naselli

A mediados de diciembre una veintena de personas, entre actores, técnicos, guionistas y colaboradores partieron desde nuestra ciudad hacia la mismísima Pampa de Achala para grabar un teaser, una suerte de muestra o parte de una película que se utiliza para presentar ante productoras u organismos con el fin de conseguir el financiamiento global del filme.

La intención final es llegar a terminar el largometraje “Achala, el silencio de las piedras”, un ficcional que aborda las condiciones de vida dentro de un colegio de niños internados situado en esa vasta e inhóspita región de las Sierras Grandes, en nuestra provincia.

La idea central fue cristalizada por la docente y licenciada en Psicología Gabriela Naselli, quien se inspiró en la llamada “tragedia de Achala”, también conocida como “Los niños de hielo” (por el libro homónimo del periodista Sergio Carreras), ocasionada en septiembre de 1986, donde cuatro chicos de entre 9 a 11 años se escaparon de la escuela y murieron congelados.

“En esa época, los poderes (eclesiásticos, judiciales, políticos) hicieron todo lo posible para que el caso quedara como una travesura que salió mal y hubo presiones para que la prensa callara. Estábamos en una incipiente democracia. La verdad es que fue una fuga y nadie investigó realmente en ese momento cuáles fueron las causas de la misma”, comentó Naselli a EL DIARIO.

 

El rodaje también incluyó a niños que pertenecen a la zona de Traslasierra

Cuestionamientos a los sistemas de poder

“El filme -profundizó- va a relatar las condiciones de vida de los niños allí internados, que por diversas razones, como la extrema pobreza y el abandono, permanecen grandes lapsos de tiempo en la escuela, sin tener contacto alguno con sus familias. La escuela está regida por una orden religiosa y un grupo de maestras son las encargadas del funcionamiento. Los niños viven su infancia atravesada por grandes momentos de angustia. Extrañan a sus familias, no aprenden en la escuela, por las noches la mayoría se orina causando un gran malestar entre las maestras, que responden a este problema con castigos y humillaciones que son del orden de la tortura. Las aulas, los dormitorios, el comedor, se erigen en lugares de violencia y vulneración de derechos. Personalidades perversas aparecen en los adultos que son los encargados de ‘educar’ y ‘cuidar’ a estos niños. Sucesos violentos y castigos físicos y psíquicos son aplicados para corregir conductas”.

“Mientras, los niños también se las ingenian para generar momentos de juego, de libertad, de placer. Son muchos al cuidado de un grupo reducido de adultos, así es que en ocasiones se escapan de la escuela para jugar en los arroyos, pescar, jugar al fútbol. Construyen una choza en un lugar escondido y protegido de la mirada de los adultos. Despliegan sus habilidades para la recolección de materiales del lugar para la construcción de la choza, que se constituye en un lugar especial de la historia, ya que en ella los niños expresarán sus más ansiados deseos y temores. Roban frazadas para equiparla y una pata de cordero se suma al botín de tabaco y caramelos que han obtenido de un puesto-almacén cercano al colegio. Pero, además de los problemas cotidianos a los que deben enfrentarse, surge un terrible suceso: la choza se incendia y así es descubierto el secreto del grupo de niños protagonistas de la historia: Juan José, el mayor, de 12 años y de contextura robusta, aparenta 14 y que se erige en líder del grupo rápidamente, llegó al colegio por una orden judicial. Oscar, que fue llevado desde un pueblo de San Luis porque su abuela no podía hacerse cargo de él y su mamá lo había abandonado. Osvaldito, el más pequeño, enamoradizo e ingenuo, proviene de una familia numerosa que apenas puede alimentar a sus hijos y vive en un rancho precario. Manuel y Hugo también integran el grupo de amigos que comparte el secreto”.

Después del incendio de la choza, los niños son castigados durante toda una noche, obligados a estar de rodillas sobre granos de maíz. La sangre que brota de sus rodillas, la angustia y la desazón desata una idea: fugarse del lugar. Las amenazas del policía que vive en la zona terminan de convencerlos. Deciden salir un día soleado, escapando de la clase de canto religioso. El plan es llegar hasta la ruta y hacer dedo para llegar a sus hogares, movidos por la ilusión de que, al escuchar sus relatos, sus familias reaccionarán y les permitirán salir de la escuela definitivamente.

La fuga transcurre por lugares que los llevarán hasta la ruta: el cementerio, el encuentro de los Tres Arroyos. Los niños están decididos a llegar a sus hogares, salvo Juan José, que se detiene y llama la atención de sus amigos: “Volvamos -les dice-, algo malo nos puede pasar”. Ante la negativa de los demás, Juan José decide volver solo a la escuela. Pero el plan se complica por cuestiones climáticas. Ya en proximidades de la ruta, el viento frío, la lluvia y la nieve los sorprenden. El cansancio que los invade les impide continuar. Están desorientados, ya que no pueden ver el camino. Deciden esperar, pero la tormenta no cesa, la muerte los encuentra abrazados y un manto de nieve de varios metros cubre la zona”.

Naselli también señala que la película se propondrá cuestionar “de modo profundo a un sistema que abarcando lo educativo, lo político y lo judicial cercena derechos de la infancia desde todo punto de vista y los mecanismos instalados para el silenciamiento de estos problemas desde el poder”.

 

Actores y técnicos

El equipo de trabajo estuvo compuesto por Naselli, como guionista y productora; Hernán Rossi, en la dirección (viene de presentar el filme “Espejo horizontal”); en la faz técnica por Andrés Brarda, Matías Lucantis, Milena Araya y Florencia Borgognone, de la UNVM, y Ornela Taricco, Verónica López y Lisandro Civarolo,de la UNC.

En la faz de investigación, Marisa Warnier, de Trabajo Social. Los actores participantes son Alejandra Garabano, Víctor Trapote y Sergio Heredia, del grupo La Cochera; Ricardo Ferragutti, de Tancacha, y Teté Recalde, de Traslasierra. Los niños que intervienen también son de dicha región: Mora Recalde y Timoteo Correa. La música será de Alexis Galfré.

Según añadió la docente, el proyecto cuenta con el apoyo del rector de la UNVM, Luis Negretti.

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