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Dos encapuchados se llevaron un cuantioso “botín” de dinero y oro

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Dos encapuchados se llevaron un cuantioso “botín” de dinero y oro

Ocurrió el viernes de la semana pasada, pero recién ayer se conocieron detalles del robo a mano armada que sufrieron Carlos Bertolissio y su esposa “Tury” Cerioli en su casa de barrio Lamadrid. Los delincuentes se alzaron con unos 100 mil pesos

En el secreter del placar estaban los 2.200 dólares. Los ladrones revolvieron todo en el dormitorio principal y se llevaron un cuantioso “botín”
En el secreter del placar estaban los 2.200 dólares. Los ladrones revolvieron todo en el dormitorio principal y se llevaron un cuantioso “botín”

Dos sujetos armados y con los rostros cubiertos asaltaron a un matrimonio villamariense y lo despojaron de dinero en efectivo y valiosas joyas de oro por una suma cercana a los 100 mil pesos.

El audaz robo se produjo en horas de la noche del viernes de la semana pasada, pero recién ayer pudieron conocerse algunos aspectos del hecho, ya que la Unidad Departamental General San Martín no difundió ninguna información al respecto.

Buscando dinero y joyas de oro, los delincuentes hicieron un gran desorden en la vivienda de Carlos y “Tury”
Buscando dinero y joyas de oro, los delincuentes hicieron un gran desorden en la vivienda de Carlos y “Tury”

Luego de algunas averiguaciones ante distintos vecinos, EL DIARIO pudo contactar a las víctimas del asalto, Carlos Bertolissio (64) y su esposa Buenaventura “Tury” Cerioli, quienes accedieron a contar detalles de lo sucedido en su casa de Entre Ríos 1655, es decir, a menos de cuatro cuadras de nuestra Redacción.

 

Noche calurosa

“Fue el viernes pasado, a eso de las 21.45. Como hacía tanto calor, abrimos uno de los postigos de la ventana que da a la calle. Habíamos terminado de cenar y estábamos viendo televisión cuando escuchamos un ruido en el living y los perros ladraron”, comenzó relatando Carlos, quien trabaja como empleado administrativo en la Estancia Yucat.

“Antes de que pudiéramos reaccionar, teníamos en la cocina a dos tipos encapuchados que empuñaban armas… una parecía una pistola tipo Luger, de color negro, y la otra era un revólver cromado; no puedo precisar el calibre, pero era grande”, agregó Bertolissio.

Por su parte, “Tury” Cerioli, una docente jubilada que se desempeñó como maestra de la primaria del Instituto La Santísima Trinidad, recordó que ambos sujetos eran más bien delgados y altos, de entre 20 y 30 años: uno se cubría la cabeza con una media negra y el otro usaba una gorra, la capucha de la campera y una cuellera para ocultar su rostro.

Los delincuentes estuvieron en el interior de la vivienda casi media hora. En el celular de Carlos quedó registrado que a las 22.17 llamó a la Policía, apenas un par de minutos después de que los ladrones escaparan.

 

Dinero y joyas

“Nos robaron unos 6.000 pesos argentinos, otros 2.200 dólares (alrededor de 33.000 pesos al cambio oficial) y muchos objetos de oro, como un reloj-brazalete, cadenas, anillos, pulseras y esclavas macizas”, señaló la pareja, al tiempo que Cerioli recordó con tristeza que las joyas eran una herencia que había recibido de su madre, por lo que para ella tenían más valor sentimental y afectivo que material, aunque eran igualmente muy costosas.

Los dólares estaban guardados en un secreter del placar de la habitación principal, mientras que el resto del dinero era efectivo que el matrimonio tenía a mano para pagar algunas cuentas. Incluso se llevaron hasta un billete de cinco pesos que había sobre una de las mesitas de luz junto a la billetera de Carlos.

“No nos dejaron ni para comprar el pan al otro día”, ironizó Bertolissio y agregó que tuvo que al día siguiente pedir dinero prestado para el cotidiano vivir y hacer frente a aquellos compromisos de pago.

Al relatar detalles del asalto, “Tury” contó que en un determinado momento, angustiada por la situación, le preguntó a uno de los asaltantes: “¿Por qué hacés esto?”, a lo que el sujeto le respondió enfáticamente: “¡Es mi trabajo! Callate la boca y no me mirés”.

En tanto, Carlos recordó que el otro sujeto le decía insistentemente “no me mirés o te pego un tiro”, pero que ninguno de los dos sufrió violencia física durante el atraco.

“Apenas entraron nos empujaron y estaban algo nerviosos, pero no nos pegaron. Y cuando uno de ellos encontró el arma de mi esposo (una pistola Bersa 9 milímetros nuevita, que estaba guardada dentro de la mesa de luz), la cargó y le apuntó a la cabeza. Recién ahí se tranquilizaron. Eso nos hizo dudar de que las otras armas hayan sido verdaderas”, agregó “Tury”.

 

La acción policial

Tanto Carlos como su esposa elogiaron la rápida intervención de la Policía (“hicimos la denuncia esa misma noche y nos trataron muy bien”, destacó puntualmente la docente), como así también de los vecinos que salieron en su ayuda instantes después del hecho, algunos de los cuales vieron que los delincuentes llegaron y se fueron en un Volkswagen Gol Trend, de color rojo y con vidrios polarizados, que estacionaron en la esquina de Entre Ríos y Colabianchi.

A bordo del rodado quedó un tercer individuo, quien luego de unos minutos corrió el vehículo unos metros más adelante y allí esperó a sus cómplices para darse a la fuga.

Hasta ayer la Policía no había logrado dar con los asaltantes, aunque sigue la investigación.

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