Dueños del olvido

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Dueños del olvido

Desde el refugio Mi Protector, de Villa Nueva, se emitió este fuerte escrito para llamar a la reflexión de los vecinos. Una forma de movilizar mediante la palabra por el bien de los animales

Muchos son los que recorren las calles, los que pasan hambre o sed, los que molestan a algún vecino con su presencia, incluso por no hacer nada, a veces solo por existir o buscar un lugar de refugio en la noche.

Pero la verdad es que en esta sociedad lo que abunda más que los animales callejeros es la hipocresía, la simpatía por los pobrecitos que estando en un refugio, ya sea  Mi Protector, en Villa Nueva, o la Protectora, en Villa María, o el mismo CAM, jamás recibirán una oportunidad.

Ellos no serán adoptados, no serán visitados siquiera. Ellos solo verán la cara de los cinco o seis de siempre, que donan su tiempo para cuidarlos, y a veces serán discriminados hasta en el mismo Facebook, sin ganarse un solo compartir.

Por muchos años pareció que la problemática de los callejeros era un tema de animales, pero el problema es humano, de la ignorancia de no castrar, de la falta de corazón para abandonar, de la inexistencia de esa humanidad que debiera hacernos empáticos y proactivos hacia otro ser en necesidad.

La plaga, como les llaman algunos, no son los animales de la calle, sino las caretas de la gente. El vecino que usa al carrero y mira a otro lado para no notar su caballo desnutrido y cabizbajo, el que ignora al callejero que pide un pedazo de algo para silenciar sus tripas hambrientas.

Villa María y Villa Nueva son ciudades bellas llenas de gente y, entre esa gente, muchos con tiempo, pero sin conciencia, muchos “ooooohh, pobrecitos”, pero poca acción; mucho tiempo de selfies, pero poco de corazón mientras ellos mueren día a día solos, esperando lo que vos podés darles.

Sin embargo aquí seguimos, haciendo trabajo de estúpidos, enojándonos más y más y ensuciando nuestro espíritu con la desilusión y la pena. ¿Por qué? Porque no sé si seremos buenas personas, pero, señores, intentaremos, de seguro, ser menos huecos.

¿Y vos? ¿Adónde te parás? Suerte decidiendo, pero aun hay tiempo de ser y hacer mejor que otros.

 

 

Mi Refugio

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