El secretario administrativo del Centro Comercial e Industrial (CCEI) de Pozo del Molle, Walter Asín, describió la situación actual del ente comercial y empresario, refiriéndose especialmente a las exigentes labores que requiere la reconstrucción del edificio que es sede principal y se encuentra ubicado en pleno centro de la localidad.

El funcionario recordó que “empezamos 2016 con los interrogantes propios que genera el continuo ascenso de las napas freáticas, que produjo serios daños en nuestro edificio (sede institucional) y que requirieron la realización de tareas muy importantes; entre ellas la construcción de micropilotes, levantamiento de pisos, contrapisos y cambio de aberturas (seriamente dañadas), entre otras”.

“Por ello -agregó- la gestión prioritaria del Centro estuvo en el año concluido concentrada en tal aspecto, debido a que se ubica en un lugar preponderante de la localidad, y que en cierta medida fijaba una mala imagen a dicho sector urbano, sumado a la cantidad de construcciones del área central que sufrieron serias averías y anormalidades en su estructura y que hicieron (en nuestro caso) imposible su funcionamiento”.

Sostuvo que “el embate meteorológico en su magnitud fue algo inesperado, pero como en toda circunstancia adversa es importante templar el ánimo, tener los pies sobre la tierra y volver a pensar que Pozo del Molle merece retornar a la normalidad, avanzando en lo que hace a nuestra gestión y comunidad toda hacia cosas buenas e importantes”. Indicó posteriormente que “los inconvenientes de rajaduras e imperfecciones en el edificio comenzaron hace un año, luego con las continuas lluvias de marzo y abril cobró notoriedad el problema, más cuando descubrimos que el inconveniente estaba en la parte subterránea, así que nos avocamos de lleno a las tareas de apuntalamiento y reconstrucción”. “Los trabajos en micropilotes estuvieron a cargo de una empresa de Córdoba que se dedica especialmente a ellos, que son bastante complejos, se efectúan sobre la sección rocosa del subsuelo para poder sostener el peso del edificio, mientras que los trabajos externos y de mejoramiento se llevan a cabo con operarios locales”.

Con relación al tiempo fijado para conclusión de los trabajos, Asín estimó “que para marzo o abril podremos estar utilizando el edificio central dañado, ciertamente necesario por la diversidad de servicios que se prestan a la población, y que requieren la atención más inmediata posible a nuestro asociados y comunidad toda”.