El “Soda Stereo Sinfónico” vino a coronar un año signado por el desembarco de tributos a la obra de la banda con mayor proyección en Latinoamérica y a la producción solista de su exquisito compositor, Gustavo Cerati.

Recuérdese que el grupo cordobés Planeador V arribó en dos ocasiones a Mundo Rojo y que el proyecto musical rosarino “Música para Volar” llenó el Verdi con la participación especial del Coro Nonino y del Ensamble de la UNVM, casualmente a cargo del mismo director de la Orquesta Sinfónica y con músicos que también formaron parte de la experiencia acontecida el sábado pasado.

Luis Nani tomó la batuta del concierto desarrollado ante más de 500 personas durante alrededor de dos horas y en el cual se abordaron 16 canciones provenientes de distintas etapas de Soda (desde “Sobredosis de TV” y “Te hacen falta vitaminas” hasta “Ella usó mi cabeza como un revólver”) y algunas piezas de la carrera solista de Cerati (desde “Amor amarillo” hasta “Sal” de la última placa del artista, “Fuerza natural”, inusualmente recreada en los homenajes).

Mediante el doble desafío de plasmar el legado “stereo” sin banda de rock de soporte (como sí ocurrió en el “Queen sinfónico”, desarrollado por el Ensamble), la orquesta forjó un sonido envolvente, cálido y respetuoso de las sonoridades originales, más allá de los arreglos elaborados por los integrantes del elenco.

El audio tan “limpio”, sin efectos de cámara, dejó en crudo también a los siete cantantes invitados, beneficiando a algunos en detrimento de otros, más habituados al acompañamiento de banda.

No obstante, la performance fue más que aprobada por el público, que pudo apreciar las intervenciones de Alexis Alassia (quien había vocalizado en el tributo a Queen), Nacho Standfield, Eric Peñaflor, Gabriela Ferrero, Fede Lattanzi más Nico Demarchi y Sergio Albarracín. En relación a la experiencia de “11 episodios sinfónicos”, comandada por Alejandro Teran y el propio Cerati en 2001, donde prevalecían los arreglos más barrocos y grandilocuentes, Nani prefirió un abordaje más cercano al despliegue compacto de la orquesta. Incluso, de aquel repertorio, sólo se repitió un tema: “Corazón delator”, recreado desde otra óptica.

Juan Ramón Seia