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El infierno está encantador

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El infierno está encantador
Camino a la final. Yrigoyen mostró fortaleza en los momentos más críticos del partido

Yrigoyen venció a Alumni 3-2 y cerró la serie de semifinales 4-2 en el global. Nieva y Bendazzi fueron las figuras del “Diablo”, que vuelve a la final para defender el título

Camino a la final. Yrigoyen mostró fortaleza en los momentos más críticos del partido
Camino a la final. Yrigoyen mostró fortaleza en los momentos más críticos del partido

Escribe Alberto Arce (h)

Vibrante, electrizante, caliente. Así fue el partido que clasificó a Hipólito Yrigoyen de Tío Pujio a su segunda final consecutiva de la Liga Villamariense de Fútbol (LVF). Con dientes apretados, sin regalar absolutamente nada y dejando en claro que la experiencia y los años adentro de la cancha pesan y mucho.

El “Diablo” le ganó 3-2 a Alumni con sobradas muestras de jerarquía, pese a que el encuentro tuvo ritmos y ánimos cambiantes. Capítulo aparte para el inoxidable “Gato” Bendazzi, que volvió locos a sus marcadores con las “mañas” propias de tener muchos campeonatos sobre el lomo.

El campeón defensor podrá defender la corona merecidamente, ya que fue más que su rival y aprovechó con lucidez los momentos justos y claves de un juego cargado de intensidad, producto de la instancia decisiva que estaba en disputa.

Con dos goles de Alvaro Nieva y otro de José Fernández, se impuso en una serie que lo dejó ganador por 4-2 en el resultado global.

El arranque fue muy auspicioso, con Alumni buscando ese gol que le permitiera igualar la llave. A los 30 segundos Barbuio avisó tras un avance de Ñáñez por el costado derecho y sobre los 5’ con un tiro libre que se fue apenas desviado.

Pero a los 6’ se pondría en ventaja por intermedio de Del Sole. La jugada se gestó con error defensivo: primero, porque Morre no pudo ante el anticipo de Federico Depetris y luego, porque Peralta no supo desactivar la corrida de Del Sole que llegó a la pelota prácticamente desarmado, pero igualmente se las ingenió para definir con precisión con cara externa: 1-0.

Alumni jugó bien los primeros minutos del partido y estuvo cerca de aumentar la diferencia. Esta vez con cabezazo sin marca de Federico Depetris tras un pase exquisito de Del Sole (13’). En ese mismo minuto el volante Waldemar Carranza sintió un tirón que arrastraría durante todo el partido, más allá de su aceptable desempeño.

Cuando el “Fortinero” estaba acomodando las piezas estratégicamente para dar un segundo golpe, apareció el primero de los tantos “cachetazos” que tuvo este partido. El arquero Luciani salió a cortar lejos sobre Fernández y dejó el tablero con espacios; el “9” fue a buscar al área tras el intento de Ferrero mientras toda la defensa se quedó pidiendo posición adelantada y no desaprovechó su oportunidad definiendo por lo bajo: 1-1.

 

El agua aclara las ideas

Un intervalo de refresco debido a la sofocante tarde en Plaza Ocampo resultó crucial para el desarrollo de la primera parte. Una charla técnica antes de tiempo, indicaciones precisas que serían determinantes para ambos bandos.

A los 33’, Bendazzi se comió un gol increíble tras una maniobra colectiva ensayada en dos asistencias: Nieva para Carranza por el costado izquierdo, y luego Carranza para Bendazzi que cabeceó con el “techo” de la cabeza y la mandó muy por encima detrás del arco que limita con el exaserradero.

Otro cabezazo de Federico Depetris estuvo a punto de transformarse en gol: una gran jugada de Del Sole que lo ubicó sólo dentro del área al delantero del elenco “Albirrojo” terminó en las manos de Pauletti, tras un tibio impacto.

“Pelé” Sánchez (DT de Alumni) se fue expulsado por reiterativos reclamos y marcó quizás lo que comenzaba a vislumbrarse dentro de la cancha.

Faltó la cuota de fútbol que podría haber aportado Daniel Ramírez. El enganche estuvo ausente en el juego y participó muy poco, de manera que el peso ofensivo quedó reducido, mucho más aun cuando Depetris se iría expulsado. Oscar Palacios le mostró la roja al “9” y también a Lucas Morre, a instancias del juez de línea que entendió que se habían golpeado mutuamente. Si bien Yrigoyen perdió al capitán, Alumni sintió mucho más la ausencia ya que nunca pudo recuperar el peso ofensivo que genera Depetris dentro del área. Lo particular de esta situación es que Morre se fue custodiado por seis policías que intentaban sacarlo de la cancha y el partido estuvo demorado durante cinco minutos que luego fueron adicionados.

Sobre los 47’ Barbuio fue volteado en el área por el arquero Pauletti y el juez debió sancionar penal, aunque sus ojos se quedaron en la trayectoria del balón que se iba derecho al fondo del arco, pero Peralta despejó oportunamente. Y antes de que finalizara el período inicial, Alvaro Nieva marcaría el segundo de Yrigoyen en medio de un Alumni desorganizado y descontrolado. La armaron Bendazzi y Fernández y el “Negro” definió al vacío ante el intento defensivo de Kranevitter que le puso más emoción y dramatismo al desenlace de la acción.

En el segundo tiempo Bianchi se retrasó unos metros en el “Rojo” y Barbuio se adelantó en el “Fortinero”.

 

Lucidez y oportunismo

Maximiliano Ramírez ingresó para torcer la historia y pese a que tuvo una gran intervención en el juego, no pudo quebrar la resistencia de Yrigoyen, que se fue adaptando con mucho oficio a un partido caliente. El propio Ramírez asistió a Barbuio sobre los 21’ que marcó la igualdad en un momento crucial, cuando Alumni estaba para el “cachetazo”: 2-2. Pero en menos de un minuto, Alvaro Nieva le devolvería la alegría al “Diablo” tras una gran maniobra de Bendazzi por la izquierda: 3-2.

De ida y vuelta, intenso, electrizante como en el inicio: así se vivieron los minutos finales, aunque el resultado final jamás se movería.

Quedó tiempo para que Agustín Coria viera la roja (32’) por doble amarilla, al igual que Joel Manzanares, y para que el “Cumbia” Luciani generara aplausos después de que saliera desde su propio campo hasta posición de ataque con el balón dominado y tirando “bicicleta”: un fenómeno. Los dos terminaron con nueve y exhaustos por el partidazo que estaba en juego.

Alumni sintió la ausencia de peso ofensivo e Yrigoyen cerró con jerarquía un escollo complicado. El “Diablo” vuelve a la final y sueña con repetir la corona que defiende.

 

La figura

Alvaro Nieva. Se destacó por su presencia ofensiva. Marcó dos goles y estuvo fino en los momentos justos del partido y supo llevar adelante a su equipo con muestras de carácter en el dominio del balón. Matías Bendazzi fue determinante por su condición de jugador experimentado y temperamental. Demostró que los años le sientan muy bien.

 

El árbitro

Oscar Palacios. Controló bien el juego, estuvo a la altura de una semifinal. En la doble expulsión actuó con referencia de su primer asistente, Diego Ortega, quien le marcó la agresión mutua. Respondió en las rojas de Manzanares y Coria.

 

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