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El mozo y la inspectora a quienes Cabezas los marcó para siempre

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El mozo y la inspectora a quienes Cabezas los marcó para siempre
Aime: “Cabezas deja un buen recuerdo, como todas las buenas personas”

Susana Cepeda recordó un momento fuerte de su vida, mientras que Hugo Aime rememoró la inundación de 1983

Aime: «Cabezas deja un buen recuerdo, como todas las buenas personas»

Escribe Diego Bengoa

Hugo Aime ingresó a la Municipalidad el 1 de diciembre de 1971. Susana Cepeda, en abril de 1986. Ambos conocieron muy de cerca a don

l hombre que cuando gobernó Villa María los marcó para siempre. Por eso, ayer los dos estaban en sus puestos laborales en el ex-Palace Hotel muy emocionados.

El, quien se desempeña en el área de cocina, escogió de sus recuerdos aquellas imágenes de Cabezas con las botas puestas para hacer frente a la inundación que azotó a la localidad a apenas 15 días de haber asumido, en 1983, momentos de incipiente democracia. “Se puso las botas, todos los empleados hicimos lo mismo y salimos a la calle a colaborar”, dijo a EL DIARIO.

Ella, por su lado, expresó su enorme gratitud hacia su persona, contando que en un momento muy duro en lo personal el exmandatario la pasó a planta permanente. Vueltas de la vida, don Horacio firmó ese papel que en los 80 le dio estabilidad laboral y la sacó de su crisis y a Susana le tocó suscribir el decreto municipal por el cual anteayer se establecieron tres días de duelo por el fallecimiento del primer gobernante local tras la funesta dictadura militar.

 

“Me deja un gran recuerdo, fue alguien muy bueno, que no miraba colores políticos y veía a la persona independientemente de su partido. Fue un hombre muy honesto”, señaló Aime en el hall del municipio.

Comentó que últimamente lo veía todos los días, al residir a pocas cuadras de distancia. “Solíamos hablar, aunque últimamente no estaba bien”, confió, y resaltó que “deja un buen recuerdo, como todas las buenas personas”.

 

Cepeda: «La nobleza que él tenía no la palpamos en la actualidad»

«Genuino y noble»

A Susana, jefa de Despacho, la buscamos en su oficina. Una de sus compañeras nos avisó que teníamos que esperarla unos minutos porque estaba buscando recomponerse tras el paso del cortejo fúnebre. Efectivamente, Cepeda se encontraba muy conmocionada por la despedida.

“He visto pasar muchas cosas en muchas gestiones, a mucha gente, y el contador es de esas personas que he valorado, que ha sido accesible, alguien totalmente honorable, genuino y noble”, fue lo primero que expresó.

Con lágrimas en los ojos, sostuvo que “la nobleza que él tenía no la palpamos, no la observamos” actualmente.

Luego confesó que perdió a su padre cuando Horacio gobernaba. “Yo estaba contratada y necesitaba estabilidad porque quedaba como sostén de familia. Mucha gente habló para que yo quedara en planta permanente y él firmó el pase. Paradojas de la vida, tras superar muchas etapas en la carrera administrativa, me tocó firmar el decreto del duelo”, describió.

Cuando ingresó, fue inspectora y hacía valuaciones de propiedades. El municipio funcionaba en el viejo edificio viejo de Estados Unidos y Santa Fe, donde hasta hace poco estuvo el Inescer, y el despacho de Cabezas “era accesible y simple, así como lo fue su vida”.

“No había tanto filtro para llegar a él y venía y nos saludaba, andaba por las oficinas”, resaltó Cepeda.

En los últimos años lo continuó viendo porque el contador llegaba hasta su oficina para buscar material para sus libros.

“Me ubicaba desde entonces y venía y pedía decretos y ordenanzas. Le entregaba copias y en agradecimiento luego retornaba con una cajita de bombones. Tenía esa gentileza, era un ser generoso”, valoró.

“Lo que hacemos en esta oficina queda para la posteridad y su libro también, porque es de consulta”, reseñó mostrando el ejemplar que Cabezas escribió sobre las calles y avenidas.

“Nos deja la honestidad, la simpleza, la humildad. Siempre lo vi caminar en la calle y dándole la mano a cualquier vecino sin distinción de jerarquías ni de nada por el estilo. Todo el mundo lo quería y lo saludaba”, enunció.

“Llegó en una época muy especial en la vida de los argentinos, después de la etapa negra y nefasta, y él fue muy especial. También significó mi relación con la política porque participé activamente en el partido”, concluyó la entrevistada.

 

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