Desde la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana aclararon que no tienen competencia para controlar el ingreso de menores, el consumo de alcohol ni “mucho menos de sustancias”

A raíz de lo que fue el frondoso allanamiento que se realizó en el tradicional boliche de Villa Nueva conocido como Quinoto el domingo por la madrugada, y que derivó en la clausura y detención de su dueño, la Municipalidad de Villa Nueva salió a aclarar hasta dónde llega su competencia, control y responsabilidad en los locales nocturnos.

El subsecretario de Seguridad Ciudadana, Mauro Bizzarri, aclaró primero que “todo lo que sea droga, ingreso de menores y disturbios, eso no está a cargo nuestro porque no tenemos la autoridad ni la competencia”.

En ese sentido, contó que “una vez al año, cada local de espectáculos públicos presenta una serie de documentación que nosotros le exigimos para lograr una habilitación que es de carácter anual”. “Todo lo que tiene que ver con planos, con el informe de seguridad e higiene, el personal que trabaja en el lugar con el tema de Libreta Sanitaria o certificados de antecedentes”, enumeró.

Sobre esto dijo que “esa documentación la tienen que presentar todos los años, si mal no recuerdo en abril, y se le da la rehabilitación por un año”.

Más allá de esto, agentes del municipio tienen una presencia activa y permanente cada vez que este boliche, como cualquier otro, abre sus puertas.

“Después, durante los días y horarios que funcione el espacio, por ordenanza y por competencia municipal y poder de Policía municipal, lo que hace es controlar el horario de inicio y de cierre, que no empiece antes ni se extienda más de lo que estipula la ordenanza; controlar la cantidad de personas que ingresan al lugar, es decir, que sean menos de los que se establece como capacidad máxima, de acuerdo al informe que es hizo anteriormente”.

También dijo que es responsabilidad de la Municipalidad “que las barras funcionen de acuerdo a lo que estipula la ordenanza, con horario de cierre anterior al cierre del boliche y que funcionen todos los dispositivos de seguridad como son las luces de emergencia, las salidas de emergencia, los matafuegos en condiciones”.

Bizzarri dijo que hasta verifican “que en los baños haya agua al comienzo, a la mitad y al cierre del local”.

“Debemos controlar las inmediaciones en cuanto a los que es el tránsito y la circulación de vehículos y transeúntes; y hacer el operativo de cierre, donde al final de cada jornada, en el libro de actas que tiene el boliche, como lo exige la ordenanza, deja sentado todo lo que se observó, tanto bueno como malo, como si hubo alguna pelea adentro, corte de luz, etcétera”, añadió el funcionario.

Insistió, incluso, que “este trabajo se hace cada vez que abre el boliche, es de rutina”.

Con respecto a la presencia o no de menores en el boliche, confió que “nosotros no tenemos la competencia ni la autoridad para solicitar identificación de nadie” y dio a conocer que “incluso, la ordenanza dice que la edad de ingreso al boliche es de mayores de 16 años, lo que no pueden hacer es consumir bebidas alcohólicas, pero sí  pueden ingresar”.

En ese sentido afirmó: “Menos tenemos la posibilidad de saber o controlar si han ingresado sustancias, primero porque no tenemos los conocimientos, ni las herramientas ni la autoridad para esas situaciones. Si hay disturbios o peleas dentro y fuera del local, tampoco podemos intervenir porque no tenemos autoridad ni poder”.

Bizzarri ejemplificó que “si se allanó el boliche porque el problema es que hay 4 mil personas en vez de 2 mil, por ejemplo, es responsabilidad nuestra”. “Si se allanó porque se cortó la luz y no funcionaron las luces de emergencia, o porque no había agua, o porque era un caos de tránsito, ahí si tenemos responsabilidad. O si son las 10 de la mañana y en el boliche sigue habiendo música o gente”, intentó graficar y desligar de responsabilidades al municipio.

En caso de que alguna de estas cosas ocurriese “se le hará la sanción que corresponde la boliche”.

De hecho, recordó que “ya no se reniega más con el horario de cierre como antes, se llegó a un acuerdo para que a las 6 paren la música, prendan las luces y a las 6.30, como dice la ordenanza, ya no haya nadie”, cerró.