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“En el peronismo tiene que venir una renovación”

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“En el peronismo tiene que venir una renovación”

Nació en Villa María el 19 de abril de 1967. Es odontólogo, casado y tiene dos hijas. Comenzó su militancia en los claustros universitarios en agrupaciones independientes. En pleno auge de la democracia tuvo entre sus profesores a dos dirigentes históricos del radicalismo Ramón Mestre y Rubén Martí.  A los 15 años ingresó como aspirante al Cuerpo de Bomberos Voluntarios, institución en la que sigue participando. Su entrada a la política, en forma activa, llega de la mano del frente que lleva a Eduardo Accastello al Sillón de Viñas en 1999.  En ese período y hasta 2003 fue concejal del oficialismo. En 2003, durante la gestión de Nora Bedano, asume la titularidad de la Asistencia Pública, cargo que ocupa hasta 2007. Luego ingresa a trabajar en el ámbito de la Secretaría de Gobierno hasta 2011 que pasa al Consejo Municipal de la Salud. Hoy, es director de Relaciones Públicas de la Intendencia de Martín Gill

Escribe: Nancy Musa
DE NUESTRA REDACCION

Es un platicador por excelencia. Disfruta las conversaciones y siempre está atento para crear nuevos lazos amistosos, más allá de las coincidencias o diferencias. Está orgulloso de sus amigos, que son muchos y pertenecientes a diversos espacios.

Se encuentra a gusto en la casa más humilde o compartiendo la mesa de uno de los hombres más ricos del país. Siempre con una sonrisa, siempre la frase esperanzadora, siempre la disposición para la ayuda.

Algunos lo definen como “el hombre de los contactos” porque su directorio telefónico es sorprendente. Tiene una habilidad especial “para enterarse de todo”. Como si tuviera un radar en cada esquina. La charla duró cuatro horas, matizada por té y café.

Miguel “Querido” Sponer usó el humor, dejó caer unos lagrimones al hablar de su padre y se mostró agradecido por los afectos que la vida le brindó.

“Me ha dado mucho la política. No tengo enemigos, en todo caso tengo rivales”, dijo al empezar la entrevista y mencionar el honor que significa para él ser un colaborador del intendente, una de las personas que admira.

 

-Usted es una de las personas cercanas al intendente Martín Gill, en el trabajo diario ¿cómo es un día al lado de él?

-Se empieza muy temprano con la actividad, a veces intercambiamos algunos comentarios de los temas importantes del día. Con Martín se comienza muy temprano la tarea, todos los días, sábado, domingo, por ahí cuidamos que pueda tener tiempo para su relación familiar y los colaboradores más cercanos tratamos de tranquilizar los teléfonos.

 

-¿Son bravos los teléfonos, es permanente?

-Sí, Martín tiene una capacidad tremenda de trabajo. Es una persona que está a las 7.30 de la mañana en su despacho, atiende gente, va, viene y está siempre activo más de doce horas , almuerza en las oficinas, además de los viajes que tiene en su gestión. Es una persona híperactiva, es un ritmo que hay que estar muy preparado para llevarlo.

 

-¿Cuáles son las principales cuestiones que llegan, directamente, a la Intendencia?

-Martín empezó con una gestión a puertas abiertas y atiende a la mayor cantidad de personas posible. Hace unos momentos, estábamos con una cuestión acuciante como es un desalojo. El intendente está atendiendo a todos los que puede. Es una persona muy amplia, pone en su agenda no sólo los temas principales de la gestión sino su contacto directo con la gente.

Martín escucha a los dirigentes y a los vecinos. Su actividad es muy intensa.

 

-Usted tuvo la oportunidad de trabajar en el equipo de Eduardo Accastello y ahora, en otra función, está con Martín Gill si tuviera que marcar alguna diferencia entre ellos ¿cuál señalaría?

-Los estilos son diferentes porque son distintas personalidades. Los dos tienen una capacidad muy amplia de trabajo y una mente muy abierta con respecto a lo que Villa María era antes y lo que es hoy. No veo una diferencia para hacerla resaltar. En Eduardo destaco la visión y en Martín destaco además de la visión, las ganas de hacer y su forma de resolver los problemas cotidianos, que son muchísimos.

Pero, los dos son dirigentes muy capaces, con Martín tengo más cercanía y un gran afecto que me une con él desde que fuimos concejales.

 

-Miguel, usted pasó por distintas etapas en cargos políticos, estuvo de concejal con la crisis de 2001, luego fue funcionario durante los años del kirchnerismo y hoy está en la función con un Gobierno nacional de otro sello político ¿qué comparaciones encuentra entre los diversos períodos?

-Es difícil hacer algo comparativo porque cada etapa ha marcado situaciones muy difíciles. Espero y le pido a Dios que no se vuelva a repetir lo de 2001 porque fue muy grave. Hoy estamos también pasando una etapa crítica del país, pero creo que hay mucho esfuerzo por parte del peronismo para sostener la gobernabilidad del presidente Macri. Uno de los sostenes del presidente son los gobernadores peronistas que privilegian la gobernabilidad y eso es algo muy importante.

 

-Hablando del peronismo ¿qué le pasa al peronismo?

-El peronismo viene de una etapa en la que se hicieron cosas muy buenas y se hicieron cosas que no tuvieron un buen final. Obviamente, esa crisis y además perder la elección hace que se empiecen a reagrupar los dirigentes y encontrar una alternativa posible para recuperar el poder. El justicialismo ha manejado el poder de distintas maneras desde Perón en adelante, con todos los matices que hemos pasado.

Pero, creo que el justicialismo tiene una deuda pendiente, tenemos una deuda pendiente con la gente. Con el ejemplo se tiene que pregonar, no podemos decir que estamos a favor o luchamos por más justicia social y tenemos dirigentes que se hicieron ricos gracias a la política o cambiaron su estatus de vida.

El peronismo tiene que ser una fuerza impactante, movilizadora como fue siempre y tiene que volver a las bases desde el punto de vista humano y pensando en los que menos tienen.

Hoy veo dirigentes muy ricos, cambiando de puestos, de espacios y de ideas.

Creo que en el peronismo tiene que venir una renovación. La renovación la pregonaron desde distintos estamentos y en distintas etapas pero ahora debe venir un cambio generacional.

Necesitamos un cambio generacional sin olvidarse de los viejos dirigentes que tiene el partido y que son excelentes cuadros, pero hay una camada política de los que tienen cuarenta, cincuenta años y vienen marcando el destino de lo que va a ser el peronismo.

 

-Desde hace años se habla de renovación, pero parece que nunca llega…

-Creo que avanzamos mucho en estos últimos tiempos. Tengo la suerte de acompañar al intendente, Martín es un joven dirigente y está al frente de la Intendencia de Villa María, y por él he tenido contactos con otros dirigentes jóvenes del peronismo, como Llamosas en Río Cuarto, Aresca en San Francisco, el vicegobernador Martín Llaryora, son todos muchachos del justicialismo que están realizando muy buenas gestiones y le van a dar al partido nuevas fuerzas. Son jóvenes, capaces, formados, humildes y pienso que es el nuevo peronismo que muchos queremos.

Repito, sin descartar a dirigentes de peso, pero sostengo que debemos purificar al peronismo porque de lo contrario no hay credibilidad.

 

-Cuando habla de purificación ¿piensa que la conducción del peronismo nacional debe seguir con la conducción de Cristina o también renovarse?

-Los mandatos largos hacen que se cometan equivocaciones y surjan los problemas en que terminó inmersa la expresidenta en los últimos tiempos. Pienso que debería haber un recambio, no le podemos discutir el liderazgo a la expresidenta, pero considero que ya marcó un tiempo político y es importante que haya una renovación de la clase dirigente.

No es bueno que un dirigente esté tanto tiempo en el poder porque nos termina llevando a cuestiones como la grieta, que siempre estuvo. Siempre estuvo la grieta, por ahí se achica, por ahí se agranda, pero tenemos el gran trabajo a futuro de achicarla lo más posible.

Como dice Francisco, nosotros tenemos que ser hacedores de puentes. No podemos hacer fisuras, tenemos que ir al diálogo. Nosotros a pesar de las diferencias con Cambiemos, tenemos diálogos con sus dirigentes, podemos debatir, pero nunca creer que el otro es un enemigo porque piense distinto.

 

-Usted dice “siempre estuvo la grieta”, y ¿por qué existe?

-Por diferencia de clase, diferentes posiciones y conquistas a los trabajadores que Perón aplica y molestaron a determinados sectores. Ahí se marcó el peronismo y el antiperonismo.

Bueno, por eso pienso que en el diálogo está el eje para avanzar en las pequeñas cosas que luego se transforman en grandes logros.

Recuerdo que siendo concejales con dos diputados amigos reflotamos el Juzgado Federal que estaba siempre archivado. Y con Martín y los legisladores pudimos lograr, después del trabajo de mucha gente, un juzgado que parecía inviable. Y con la importancia que ese organismo tiene para la ciudad.

Cuando se trabaja en conjunto se pueden lograr muchas cosas. Villa María hoy es totalmente distinta a la que era en la década del 90.

Hubo un antes y un después de 2000 en adelante. Encontramos una ciudad muy devastada, muy complicada.

 

-A usted la política y la vida le han dado muchísimas amistades, siempre lo relaciono con el tema “quiero tener un millón de amigos”

-(Risas) Roberto Carlos cumple los años el mismo día que yo. La política me ha dado excelentes amigos, no tengo enemigos, en todo caso tendré rivales, pero no enemigos políticos.

 

-Esa capacidad para relacionarse y tener una agenda llena de contactos de gente muy reconocida ¿a qué se la atribuye?

-A mi abuelo Pigni (se ríe). El padre de mamá fue uno de los hacedores de AERCA, estuvo en la creación del Sport Social, fue presidente del Rotary en la década del 60.

Mi abuelo, te cuento, estaba estudiando Ingeniería en Buenos Aires y se vino a trabajar a la carpintería del padre porque se venía la crisis y no lo podía mantener más. En la década del 30.

Siempre tuve charlas con mi abuelo y recuerdo que me contó que se vino a trabajar a Villa María y por un año no pudieron vender ni una mesita de luz.

Eso fue la crisis del 30 y yo le preguntaba ¿qué comían?, siempre me quedó eso.

También mi papá fue un hombre que tenía esa capacidad de relacionarse y creo que ese es mi mayor legado. La mayor herencia es mi apellido, cuando lo digo a personas de la política siempre dicen “sos hijo del flaco Sponer o nieto de Alcides Pigni”.

Familiarmente hemos tenido esa factibilidad y yo la he cultivado. Porque no sólo hay que tener muchos amigos sino que hay que cultivarlos, hay que estar con ellos en los buenos y en los malos momentos, así como puedo decir que mis amigos estuvieron conmigo cuando he tenido inconvenientes.

 

-Tiene recuerdos muy nítidos de su infancia, a ver cuénteme de sus recuerdos, de cómo era siendo niño

-Tuve la suerte de tener una infancia feliz con mi abuelo, mi padre, mi madre, mis hermanas pero además de eso, tener los Bomberos al lado, al fondo de mi casa, así que desde que nací fui bombero (se ríe).

Lo que más me marcó fueron las visitas que tenían mi padre y mi abuelo en mi casa. Gente proba, intelectual, muy especial de Villa María.

Mi padre tenía charlas con tu padre por el tema del teatro, vos lo sabés. Venir a casa Julio Nóbrega Lascano, un hijo dilecto de Sobral, Emilio Tais. En mi casa eran habitués todos los dueños de comercios del centenario de Villa María, por eso cuando me dicen vos conocés cada rincón, es porque eran amigos de mi padre y de mi abuelo.

Nosotros nos acordamos mucho de los políticos, pero hay también empresarios insignes que hicieron mucho por Villa María.

Además, pude conocer a la nieta de Cárcano o a los Valinotto, los compañeros del Banco Italia de mi papá que cuando yo nací después de cuatro hijas mujeres hacían fuerza para que viniera el varón.

La barra del Banco Italia fue famosa, lo que más recuerdo de mi niñez es haber escuchado a personas que me impresionaban por sus historias y sus intelectos.

 

-Miguel y de niño era curioso seguramente

-Sí, muy curioso. (se ríe). La escuela José Ingenieros me formó y ahí conocí a Javier Suppo, era mi compañero de jardín. Con Javier tuve un amigo en la política.

 

-¿Qué soñaba ser además de ser bombero?

-Soñaba con ser médico o abogado. Preocuparme por el otro en la parte médica o creo que no me hubiera costado nada ser abogado, no sé si hubiera sido bueno o malo (se ríe) pero tenía una formación por la escuela Trinitarios con Pilar Monesterolo.

Elegí Odontología, después de trabajar dos años, y me acuerdo que el viejo me dijo te elegiste la carrera más cara (risas). En ese tiempo, Odontología y Arquitectura era lo más caro.

Así que pasé toda la hiperinflación de la época de Alfonsín viviendo en Córdoba. Papá! (risas).

En la carrera tuve de profesores a Ramón Mestre y a Rubén Martí. Tipos muy capaces, Mestre se sabía el nombre de todos sus alumnos y Martí, con quien hablábamos o comíamos asado.

Ya en los claustros universitarios tuve la oportunidad de conocer a dos personajes grandes.

 

-Viene de una familia que tiene un historial político además

-Sí, mi tío Juan Sponer fue intendente de Ucacha y el padre de papá fue concejal demócrata en Etruria. Por eso cuando me aparece la posibilidad de ser concejal mi papá me hace recordar que mi tío Juan había estado con Perón en el año 45, mi papá defendía todas estas historias de Cárcano y los demócratas, en esa mixtura uno termina en esta actividad.

Creo que uno nace con la política, la trae desde pequeño. Por eso es lindo decirle a los jóvenes que la política es noble, es linda. En mi caso, jamás me invitaron a reuniones políticas feas o con cosas raras.

Compartí con Don Carlos Pizzorno, una persona humilde, inteligente, y siempre hablaba de los principios. Y consideré que eso era lo bueno de la política, tener principios.

Por eso hoy confluyo con dirigentes de distintos espacios, porque creo que la política es la herramienta para cambiar la sociedad.

 

-Durante su paso por la universidad usted estuvo en agrupaciones independientes…

-Sí, nosotros estábamos en un grupo independiente, en ese momento Franja Morada era muy fuerte y copaba todo.

 

-En ese período ¿militó en algún partido en especial?

-No, yo lo veía al doctor De la Sota como un dirigente muy capaz, sentía cierta afinidad, tenía mis profesores que eran radicales y los veía capaces también.

Por otro lado, escuchaba a Angeloz, el Pocho era imbatible en sus discursos. Córdoba ha sido una cuna de grandes dirigentes.

 

-Lo voy a llevar por el túnel de los recuerdos a otro momento, el día que fue a incorporarse a los Bomberos…

(Sonríe). Sí, febrero de 1982. Primero recibí la citación firmada por Juan Carlos Mulinetti, que la tengo guardada. Tenía quince años y me llega la citación oficial, fue un día miércoles, poco tiempo antes de Malvinas.

Los otros días lo recordaba con Quito Langer porque nosotros vivimos la guerra desde Bomberos. Juan Carlos Mulinetti era radioaficionado y teníamos contacto directo con Malvinas.

Pero, fue un día muy especial entrar como aspirante, estar cerca de cincuenta jóvenes que teníamos intenciones de ser bomberos voluntarios. Quedamos cuatro de esa época, el jefe Gustavo Nicola, Jorge Mulinetti hijo, José Verea que es el presidente y yo.

Siempre digo que esa es la universidad solidaria por excelencia que tiene Villa María, porque ahí no discutimos ni de religión, ni de política. De fútbol sí (risas).

Me acuerdo que acompañaba a papá como buen hincha de Boca al Casino (del cuartel) a ver los partidos y sufrir las cargadas si perdía o volvernos chochos, pero veíamos los clásicos con los muchachos.

Papá también dejó un gran legado en los Bomberos, mi papá era un tipo excepcional, vos lo conociste (se emociona, los ojos se le llenan de lágrimas) y eso me llena de orgullo.

(Pausa). Vos sabés que papá falleció el Día del Bombero.

 

-Y cuándo murió Mulinetti usted ¿dónde estaba?

-En Buenos Aires. Mi padre nos llevó a conocer Buenos Aires en tren. Nos fuimos un miércoles y regresamos el domingo. El 23 de octubre de 1983, el día sábado Mulinetti tenía una reunión en Buenos Aires y me dijo que no sabía si iba a poder ir porque tenía un problema con las compuertas.

El domingo, cuando llegamos a Villa María mi abuelo nos fue a buscar a la terminal y vi que le decía algo al oído a mi padre y se le transfigura la cara. Noté que algo raro ocurría y antes de llegar a casa veía gran actividad de autos, ya era de noche, y en la puerta de casa estaba parado en la puerta Sergio Galoni. Y él me dijo que el jefe había fallecido.

Lo recuerdo como un día tremendamente triste. Yo siempre le había pedido a Dios que lo cuidara porque él vivía al filo.

Y después tuve un tiempo en que me alejé de Dios porque no podía entender la muerte de Mulinetti, me caló muy hondo, cerca de quince días no fui a la escuela. Para mí era mi segundo padre, un hombre que me formaba. Y vinieron muchos amigos de mis padres a hablarme.

Y hoy le agradezco a Dios haber conocido el héroe por excelencia que tuvo Villa María.

 

-Hablando de Dios, misionar es otra de sus actividades

-Sí, la fe siempre estuvo, mi casa es una casa de fe. Mi formación fue en los Trinitarios, con el padre José María, mi padre era conocido del padre Ramón Gotardi (párroco de la Catedral) y fue mi padrino de nacimiento. Un personaje que desde su tribuna del domingo fustigaba la política.

 

-Al peronismo principalmente.

-(Risas). Sí, y al peronismo. Fue una persona que me deleitaba estar en su biblioteca y yo le preguntaba “vos has leído todos estos libros que tenés” y me dijo “los he leído todos”.

Era ahijado de Gotardi y estaba en los boy scouts de Hugo Salvatto, estar en dos puntas.

También con Hugo el mayor de los afectos y haber estado en su acercamiento con monseñor Roberto Rodríguez con quien conservo una amistad que me enorgullece y tuve la suerte de que me vino a visitar para mi cumple.

Un hombre intelectual, muy capaz, muy amigo de Francisco.

 

-¿Le gustaría conocer al Papa?

-Sí, obviamente. Un tipo extraordinario, no he tenido la suerte y no sé si la tendré. Es un orgullo para los argentinos, me emocioné hasta las lágrimas cuando vi que el Papa era Jorge Bergoglio, el que andaba en el colectivo, en el subte. Una persona culta, jesuita, creo que ha marcado grandes cambios y es un hombre hacedor de puentes, ir a Cuba, hablar con Obama, con la Iglesia Ortodoxa.

Pero me parece que no hay que usarlo políticamente.

Dios está en todos lados, no hace falta ir a buscarlo a Roma.

 

-Volvemos a la política de la coyuntura, estamos en pleno año legislativo, ¿cómo van a jugar en estas elecciones?

-Bregamos por la unidad del peronismo, es muy importante. Siempre tendríamos que haber estado unidos, por algunas discrepancias de ciertos dirigentes no llegamos a ponernos de acuerdo, pero la unidad debe ser real. Hay lugar para todos, sacando lo bueno de cada dirigente.

La renovación de la política se viene, la actitud de Martín de volver a tener diálogo con el Gobierno de Córdoba ha sido muy importante.

Acá hay que ponerse de acuerdo y trabajar juntos en todo el Departamento. Tenemos grandes dirigentes, Rául Costa, Marcelo Frossasco y muchos otros. Tenemos que ir todos juntos, por no ir juntos tuvimos el resultado que tuvimos en las elecciones presidenciales.

 

-¿Quién va a encabezar la lista de diputados?

-Eso lo decidirá el partido, creo que el mejor posicionado es Martín Llaryora. Por eso han estado reunidos para que lo piense y resuelva su postulación. Respeto al doctor De la Sota en decir que nunca se subió y por eso no se baja y que va a jugar por la Presidencia en 2019.

Creo que De la Sota es el hombre potable para armar el peronismo rumbo a 2019. Es un hombre que nos puede representar muy bien, es un gran tiempista y lo veo con amplias chances para ser un precandidato presidencial del peronismo.

 

-Miguel, ¿piensa que Eduardo Accastello se equivocó al enfrentar el peronismo cordobés?

-No conozco la intimidad ni los detalles en sí de la pelea. Uno podría hacer un análisis relativo porque no he estado en las mesas de negociaciones.

Pienso que por el apoyo que tenía de Buenos Aires hizo lo mejor para traer obras para la ciudad. No lo puedo evaluar porque no estuve en la mesa chica, sí creo que ahora sus decisiones le traen problemas porque la torta se dio vuelta.

Eduardo es un dirigente importante y no creo que nadie pueda sacarlo del camino.

 

-¿Le gustaría ser intendente?

-Sí, claro, a quién no le gustaría serlo. Pero es bíblico, hay un tiempo para todo. Me gustaría ser, pero he visto tanto en Accastello, Bedano y Gill todo lo que resignan a nivel familiar.

Y no sé si lo consideraría oportuno. Además, el peronismo tiene muchos dirigentes más capaces que yo (se ríe), pero estar cerca del intendente eso para mí ya es un honor.

 

-Durante la charla, afirmó que apuesta a la renovación del peronismo ¿qué dirigentes tiene en vista para esta nueva etapa?

-El peronismo tiene muchas personas capacitadas y no dejaría a nadie afuera. El peronismo es un formador de dirigentes, el caso de Randazzo que quiere ir a las PASO. Cristina no sabemos qué va hacer. De los gobernadores hay muchos, legisladores muchos.

Y no podemos dejar afuera a dirigentes que se fueron y podrían insertarse nuevamente. Estas elecciones son de medio camino y van a dejar posicionados.

Me parece que Scioli ya cumplió su tiempo y tiene que dejar paso a otros. Hay que mirar más al interior.

 

-¿Cuál es su sueño hoy?

-Mi sueño es que la Argentina se encamine a un proceso de mejorar la calidad de vida de todos los que la están pasando mal. Es mi sueño como ciudadano que ha sido bendecido en un país que podemos darle de comer a cuatrocientos millones de personas y tenemos gente con niveles de indigencia.

Por eso, nos tenemos que poner de acuerdo todos los actores de la política para solucionar las cuestiones fundamentales.

El presidente Macri dijo pobreza cero. Es un eslogan, es difícil hacerlo, pero si convocamos a dirigentes de distintas fuerzas que son muy capaces lo podríamos lograr.

Debemos volver a las fuentes de la política, que es una herramienta para cambiarle la vida a la gente y no para cambiarle la vida al dirigente.

Hay que cambiar la vida de la gente, no cambiarnos la vida nosotros.

OPINIONES

Mauricio Macri

No lo voté, obviamente. Pienso que Macri no ganó, nosotros le dimos la posibilidad de ser presidente por nuestras decisiones desacertadas de los candidatos. Me parece que hay mucha gente arrepentida de haberlo votado, pero hay que acompañarlo al presidente hasta el último día de su mandato.

Es importante lo que están haciendo los gobernadores, respaldando la gobernabilidad. Después la gente dirá si se cumplieron o no las expectativas que les creó Cambiemos.

 

Juan Schiaretti

Tengo el mejor de los conceptos. Una persona muy preparada, con De la Sota han demostrado una sociedad cuasi perfecta para gobernar la provincia.

Le rescato su apoyo a la gobernabilidad y que sabe poner el freno donde que hay que ponerlo y también, como villamariense, el apoyo que nos está dando con obras. Y me parece que es para agradecerlo.

 

Martín Gill

Es un amigo. Martín es una persona que se formó, es humilde, sensible, con un porvenir tremendo. Es cuidadoso, muy culto y es un lujo para Villa María tenerlo de intendente.

Tiene un gran futuro, tal vez ni se lo imagina, y por sobre todas las cosas es un gran ser humano.

Me gusta
La reunión con amigos, disfrutar de mi familia, ayudar a los demás.

Me encanta
Viajar, conocer otras culturas.

Me divierte
Los niños, el humor sano.

Me entristece
La muerte anticipada de los afectos.

Me enoja
La injusticia, pero no soy de enojarme mucho.

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