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Entrenadora local recibió una beca para viajar a Estados Unidos

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Entrenadora local recibió una beca para viajar a Estados Unidos
María Inés Vázquez, la responsable del básquet femenino de Sparta que viajará en julio al país del norte

La profesora María Inés Vázquez fue elegida entre muchas otras colegas que enseñan básquet femenino para estar dos semanas en el país del norte. Su historia fue decisiva para su elección y se la contó a EL DIARIO 

María Inés Vázquez, la responsable del básquet femenino de Sparta que viajará en julio al país del norte

María Inés Vázquez es entrenadora de básquet y acaba de ganar una beca para capacitarse durante dos semanas en Estados Unidos, que solo recibieron dos entrenadoras de la provincia y una docena en todo el país.

Luego de cinco años de estar impulsando el proyecto del básquet femenino del Club Sparta, será parte de un grupo de entrenadoras de distintas provincias que participarán de esta experiencia en la “cuna del básquetbol”.

Es bellvillense de nacimiento, pero está radicada desde hace varios años en la ciudad. Tiene 29 años y disfruta de enseñar básquet en el Club Sparta, en la Escuelita La Naranja Mecánica y en un playón barrial.

Apenas terminó la secundaria, vino a Villa María desde Bell Ville para estudiar en el Profesorado de Educación física en Trinitarios, aunque luego abandonó e intentó estudiar periodismo deportivo en Córdoba. La falta de adaptación le hizo regresar y con 21 años volvió a estudiar el Profesorado. Se recibió en 2012, siendo escolta bandera.

Los dos últimos años de su carrera fue becada para ayudar en las tareas del planillaje, cronómetros en el básquet y colaborar junto a Julio Vales en la escuadra del básquet femenino colegial del Trinitarios.

 

La beca

“La madre de una de mis jugadoras se enteró de esta beca. Había entrado en la web de la Embajada de Estados Unidos por unos trámites y la vio. Me lo contó y me motivó a anotarme. Entré, vi los requisitos: era para entrenadoras de básquet femenino que tuvieran rendido nivel 1, la edad de 25 a 35 y tener características de liderazgo y compromiso social”, señaló a EL DIARIO esta entrenadora.

“En el formulario no preguntaban acreditaciones académicas, solo eran preguntas como qué nivel había alcanzado en el básquetbol, dónde trabajaba, entre otras. Yo, además de trabajar en el club, estoy en la Escuela de Básquet La Naranja Mecánica, que es otro ámbito, y en un playón. Conté esas experiencias”, dijo.

María Inés cuenta que “la segunda etapa era una entrevista. Si eras del interior, era telefónica. Me mandaron un mail diciendo que había quedado preseleccionada y que se iban a comunicar conmigo. Me llamaron el día y puntualmente a la hora que me habían dicho”.

“Del otro lado había dos representantes mujeres de la Embajada, una de Estados Unidos, agregada cultural, la otra de Argentina que trabajaba en la Embajada, y Alejandro Cassettai, como representante de la CABB. Me contaron que habían recibido muchos formularios y me pidieron que les contara mi experiencia de cómo armé el básquet femenino en Sparta. Les conté que no era solo entrenadora, que a veces hacía de mamá o papá, organizaba ventas, buscaba sponsors. Estaba en un club consolidado pero mi lugar como mujer era todavía una lucha interna. También conté de mi experiencia comunitaria. Y quedé”.

“Las otras becadas tienen logros como entrenadoras de seleccionados, campeonas interprovinciales. El mío era haber logrado un espacio para el básquet femenino, año a año tener más chicas federadas y que tengan sentido de pertenencia al club”, relató con orgullo.

“Ya estamos en contacto con las otras chicas; ahora vamos a conocernos. Vamos a estar cinco días antes en Buenos Aires, para completar trámites. En esta beca nos pagan todo, estadía previa en Buenos Aires, viaje, estadía y viáticos en Estados Unidos. Hasta nos motivaron a quedarnos, de vacaciones unos días más para observar otras experiencias”

El viaje será entre el 1 y el 15 de julio y el primer lugar que visitarán es la Universidad George Mason en Virginia y luego visitarán dos o tres estados más y otras universidades

“La idea no es que solo conozcamos y tengamos experiencia técnica y táctica, sino que conozcamos a coordinadores de básquet comunitario”, agregó.

María Inés contó que “las otras chicas me cuentan que para nosotros vienen cosas grandes. Ellos apuestan al básquet femenino y nos necesitan para que siga creciendo. Para nosotras será un antes y después”.

“Todavía no caigo de lo que voy a vivir. Espero absorber todo para regresar y volcar todo acá. Esto legitima más mi trabajo en el club. Muchos de mis compañeros están muy contentos, como yo, todavía no lo pueden creer”, relató

 

La experiencia en el barrio

La entrenadora contó que “en la entrevista me preguntaron de mi experiencia comunitaria, que había sido en el barrio San Nicolás, en el playón deportivo. Ahí tenía que dar futbol porque era el pedido puntual de ese sector. Di 10 estímulos de fútbol femenino y como había tableros sanos (en algunos no hay o los han roto), probé con el básquet y les encantó. Pude trabajar más armónicamente con tanta diversidad de edades y sexos con el básquet que con el fútbol. Los varones que sabían jugar al fútbol sacaban ventajas, pero en el caso del básquet, todos estaban aprendiendo. Fue una experiencia hermosa. Les sirvió para aprender valores, como cuidar la pelota, dar pases despacio (teniendo en cuenta que había chicos de hasta 5 años), que el contacto no debía ser brusco porque si no era falta. Construimos algo increíble. En pleno invierno los chicos picando la pelota, con un farol, con frío. Los padres los dejaban porque sabían que estaban conmigo, yo luego los acompañaba hasta la casa. Cuando se hizo el cierre de los playones, se hizo básquet y estaban felices porque ganaron. Claro, habían practicado y creo que otros playones no habían practicado. Yo estaba feliz porque habían disfrutado eso. Esa experiencia me hizo dar cuenta de que el básquet era mi pasión, que es una herramienta para la contención y que quiero estar en esa función social”.

 

Ahora en Parque Norte  

“Vivo en Villa María, me puse de novia, me casé con otro profesor (Ariel Monge) y vivimos en Parque Norte, muy cerca del playón”, cuenta y agrega: “Al año siguiente de la experiencia en el San Nicolás, presenté la idea de usar el playón del barrio Parque Norte, hablé con el MuniCerca y nadie lo usaba. Empecé a trabajar ad honorem con 18 chicos. Ahora mi idea está dentro del programa de todos los playones. Mi sueño es que podamos cerrar ese espacio y que quede cubierto”.

A comienzos de año pensó en renunciar, pero como comenzaron a cambiar algunas cosas, se quedó. Ahora su premio por no desistir de la lucha para que el básquet femenino siga creciendo será disfrutar de la experiencia que vivirá en pocas semanas.

 

Su experiencia en Sparta

“Apenas recibida, presenté un proyecto para iniciar el básquet femenino en Sparta, para que esta actividad no fuera solamente escolar. Junté a varias chicas que jugaban al básquet, compañeras de Bell Ville que jugábamos en el Club San Vicente, pero que vivían y estudiaban acá. Armamos la Primera división y fue lo primero que hicimos formalmente como club. Al año siguiente comenzamos a fusionar la escuadra colegial con el club y a federar a las jugadoras. Ahora tenemos Mosquitas, Premini y desde Mini para arriba, todas las categorías. Este es el quinto año y el proyecto es que estén todas federadas. Hoy son 55 chicas que están en los equipos”, cuenta María Inés, a EL DIARIO.

“Muchas familias todavía tienen una visión de que es un deporte masculino. Nosotros hemos tenido un número de hasta 100, pero estamos en una sociedad machista, con demasiados prejuicios. Ahora estamos en un proceso de cambio y de reconstrucción, no solo a nivel del club, sino también a nivel local y provincial. La Federación los últimos años está haciendo más y mejores torneos, nivelando con los varones para tener torneos paralelos y de la misma calidad”, cuenta.

“El primer año fueron todos amistosos en varios lugares. En 2015 nos federamos, competimos en el Provincial con todas chicas del club. Fuimos campeonas de la Copa de Plata, quintas en el torneo. Fue una gran experiencia. El año pasado no pudimos participar, por razones económicas, pero tuvimos el torneo local, y ahora por segundo año”.

 

El encuentro Mario Bachiochi

El lugar para el básquet femenino es un espacio que comienza a ganarse. La entrenadora cuenta que “En el primer año del Encuentro Mario Bachiochi, a las nenas no las habían invitado. Sobre la marcha logramos que nos dieran una hora durante el almuerzo. El segundo año fuimos cinco equipos, el tercero, en 2016, fuimos 12. Y ahora, este año, ya hay un montón de equipos que quieren venir. Muchos de los equipos de las chicas que viajarán conmigo a Estados Unidos quieren venir”.

 

 

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