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Especialista planteó el jugar como una forma de conseguir inclusión educativa

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Especialista planteó el jugar como una forma de conseguir inclusión educativa
“El juego está muy pensando como lo didáctico o como instrumento, y el pensarlo así hace obstáculo” al planteo de verlo juego como una dimensión de la escuela y de toda actividad humana, señaló Filidoro

Dijo que hay que pensar en una de las condiciones centrales del jugar, la de que no hay riesgos. Y en ese marco dijo que los riesgos en la escuela hoy están asociados al fracaso

“El juego está muy pensando como lo didáctico o como instrumento, y el pensarlo así hace obstáculo” al planteo de verlo juego como una dimensión de la escuela y de toda actividad humana, señaló Filidoro
“El juego está muy pensando como lo didáctico o como instrumento, y el pensarlo así hace obstáculo” al planteo de verlo juego como una dimensión de la escuela y de toda actividad humana, señaló Filidoro

La licenciada en Ciencias de la Educación, Norma Filidoro, participó en el Centro Leonardo Favio de la Jornada Psicopedagógica impulsada por la Regional Villa María del Colegio Profesional de Psicopedagogos e invitó a tratar de pensar al jugar como una dimensión de toda actividad humana.

Reconocida en este ámbito, la profesional disertó en el Centro Cultural y dialogó con EL DIARIO. Precisó que su planteo “tiene que ver con esa posibilidad de gozar de aquello que tiene un valor simbólico” y estimular “el permiso para esto dentro de la escuela”.

Su visión es opuesta a la idea de que existe un tiempo para jugar y otro para trabajar, o aquella tesis de que “en las escuelas no se juega o que el juego solo consiste en las muñecas o en el ludo”.

En ese contexto resaltó que “también aprendiendo matemáticas hay una dimensión lúdica”.

“Esta posibilidad de poder introducir esta dimensión en la escuela se va tejiendo desde la infancia, después vamos perdiéndola y dejándola olvidada”, describió.

Filidoro indicó que hay que pensar en una de las condiciones centrales del jugar: el no tener riesgos.

“A partir de pensar en la posibilidad de que no hay riesgos podemos empezar a ubicar algunas cuestiones que tienen que ver con los problemas que se le presentan a los procesos de aprendizaje, los riesgos que se corren adentro de la escuela, que están asociados al fracaso”, explicó.

Cuando se le preguntó cuál es el objetivo de la incorporación de lo lúdico remarcó que se trata de conseguir a largo plazo la inclusión educativa.

Advirtió que en el ámbito escolar “el juego está muy pensando como lo didáctico o como instrumento, y el pensarlo así hace obstáculo a este modo de pensar. O se plantean cuestiones como aprender a jugar, como si jugar fuera algo que hay que aprender específicamente”.

En un momento graficó la resistencia a esta idea con la escena de pasar frente a un aula y observar que todos los chicos se están ríendo. Dijo que si se hace una encuesta la mayoría de las personas -o un alto porcentaje- dudaría que en esa aula se esté aprendiendo. “El acto de aprender queda asociado a lo serio y hasta diría al esfuerzo y un poco al padecimiento. Seguimos pensando que algo de la sangre tiene que correr para poder aprender”, cuestionó.

La profesional destacó que su planteo es que lo lúdico no sólo atraviese a la escuela sino pensarlo desde todos los ámbitos de la vida.

“Podemos pensar en distintas imágenes y aquello que hace que sea juego o que no sea juego, o que haya algo del juego puesto allí, no tiene que ver con lo que se está realizando en sí mismo. Puedo mostrar dos imágenes de niños lavando autos y vos claramente la ves y decis este está jugando y este no. No es la acción lo que determina el juego sino el sentido de que allí no hay riesgo y la regla central es de jugando y si es así puedo dejar de hacerlo, es reversible, se acaba cuando yo quiero”, detalló.

 

Doble jornada

Cabe subrayar que en el evento desarrollado el viernes y ayer (ver página 9), también disertó Horacio Ferreyra sobre “Aportes conceptuales y metodológicos para el análisis de las prácticas educativas. Perspectiva conductista, sociocognitiva y conectivista. Algunas pistas para el abordaje psicopedagógico”, mientras que también fue de la partida Alfredo Olivieri.

Por su lado, Mariana Etchegorry hizo eje en “reconocer diferentes contextos para “co-operar” e “inter-venir” desde la posición clínica y el pensar relacional”.

Además se plantearon las experiencias de Quijotada, Música Itinerante y Bibliotecas al sol.

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