Mauro y Gisele contaron que hace diez años están anotados en los registros municipales. Dos de sus hijos dejan de respirar cuando duermen, por lo que usan respirador para esos momentos

Mauro Bruno y su compañera, Gisele, aseguran que llevan diez años anotados en los registros de la Municipalidad de Villa María esperando resultar adjudicados en algún plan de vivienda, sin suerte. Dos de sus seis hijos presentan una discapacidad, por lo que la posibilidad de acceder a un techo digno se torna más necesaria. Por eso, decidieron contactar a EL DIARIO y exponer su situación.

“Hace diez años que estamos atrás de una casa, anotados como todo ciudadano que se inscribe en una lista en el Estado. Hace siete años, cuando nació nuestro primer hijo con discapacidad, volvimos al municipio con una mayor necesidad de tener una vivienda”, comentaron sentados en una mesa de su hogar de calle Santa Fe, en barrio Nicolás Avellaneda, en un alto que hizo él en su trabajo, cuya sede está ubicada al lado de su actual residencia.

Explicaron que esa segunda vez concurrieron con el certificado de discapacidad del pequeño de 7 años y los empleados municipales les respondieron que iban a anexar ese documento a la carpeta en la que figuraban sus datos en la lista de inscriptos para los planes habitacionales. “Después de dos años, nos enteramos que no se habían agregado los certificados, pero nos dijeron que no había problema, que los iban a añadir”, indicó Gisele.

La pareja aseguró que quienes los atendieron en el municipio les dijeron que iban a acceder a una casa, atento a la situación especial de la familia. Sin embargo, “no tuvimos más ninguna novedad”.

Hace un año, Mauro y Gisele volvieron a tener hijos, esta vez mellizos, un varón y una nena. Ella nació con el mismo problema de salud que su hermanito de 7. A raíz de esto, “acudimos nuevamente a la Municipalidad” porque Gisele estuvo “nueve meses en Córdoba con la beba, por lo que pedimos que nos ayudaran con los pasajes”.

Señalaron que recibieron algunos pasajes y un bolsón de alimentos y se habló otra vez de la vivienda.

“Ante esto, vinieron muchas asistentes sociales a vernos y nos repitieron que tendríamos una casa, pero nunca tuvimos respuesta”, remarcó Gisele.

Los dos pequeños con discapacidad “necesitan muchos aparatos: los dos usan respiradores”. “Nos cuesta mucho ponernos al día con todo lo que necesitan. En este momento están compartiendo una habitación separada en dos espacios por Durlock, porque los dos tienen que tener cuidado de enfermería”, explicó la mamá, y mostró la pieza en la que dormían los niños, en ese momento bajo el cuidado de una enfermera.

La patología que presentan ambos es que cuando duermen dejan de respirar, un cuadro extraño que, según los padres, tiene pocos antecedentes en la Argentina. “Por eso necesitan estar asistidos con respirador”, explicaron.

Gisele dijo que “lo ideal sería que pudiéramos vivir realmente como corresponde para los chicos, pero se nos están acortando las posibilidades para tener una casa cómoda como ellos necesitan”.

“Tenemos obra social que nos otorga casi todo lo que necesitamos, lo que no nos da es porque realmente no está comprendido en la ley. Lo que necesitamos es una vivienda para que puedan vivir en un ambiente cómodo, sin humedad ni inconvenientes, y poder dejar de pagar el alquiler”, manifestaron.

Remarcaron que no quieren que les regalen nada. “No queremos un regalo, sino acceder a uno de los planes del Gobierno y poder pagar la cuota, como tiene que ser”, declararon, y añadieron que no quieren “sacar provecho de esto”.

“Simplemente buscamos que ellos puedan crecer bien y en esta casa se nos está complicando. Vemos que en Villa María se ayuda a muchas familias y nosotros cuando fuimos a pedir la ayuda en este sentido nos fueron pateando. Ahora creemos que es muy necesario que nos comprendan”, concluyó Gisele.