Podría llamar a licitación, pero no iniciará la obra de refacción del hito ubicado en el predio ferrourbanístico. Lo haría Martín Gill si es que así lo conviene con quien en diciembre le entregará el mando
El Gobierno de Eduardo Accastello no recuperará el túnel de los hermanos Seco. “Tal vez lo licitemos antes de finalizar nuestra gestión, pero no haremos la obra. Al intendente no le gusta dejar cosas inconclusas, a medias. La hará Martín (Gill)”, confirmó ayer una alta fuente oficial consultada por EL DIARIO.
El martes 24 de febrero pasado el mandatario había recorrido el sector del predio ferrourbanístico y allí anunció que se llamaría a licitación para la primera etapa de la obra de recuperación del túnel que une la avenida Mitre con la Yrigoyen, en el centro de la ciudad.
En esa ocasión anticipó que la licitación se iba a efectuar en 30 días y que parte de las tareas serían financiadas por la Municipalidad. “La obra contará con la accesibilidad necesaria, con grandes rampas en los dos extremos del túnel que además será iluminado para que la gente circule de noche, sin problemas, con visibilidad desde cualquier sector. La idea es continuar con el mismo criterio urbanístico del Subnivel, pero para el peatón. Se trata de una obra muy importante que han diseñado nuestros arquitectos del equipo”, detalló en esa oportunidad, estimando que la ejecución demandaría entre 90 y 120 días.
Con esto se había dado firmeza a una idea que comenzó a exponerse hace ya dos años y medio y que incluso contó Accastello en un paso por el Concejo Deliberante para brindar su informe de gestión.
El túnel tiene una historia centenaria y cobija a 12 alegóricos murales de cerámica esmaltada y horneada realizados en 1991 por alumnos de la Escuela de Bellas Artes Emiliano Gómez Clara.
Fue cerrado precisamente por el accastellismo, cuando se construyó el Subnivel. Para entonces el espacio venía generando incertidumbre entre varios vecinos, que lo veían inseguro. Y en sus últimos tiempos de apertura abundó el mal olor en su interior.
Hoy es un monumento cerrado y sucio. EL DIARIO lo recorrió un par de meses atrás y observó su mal estado, propio de tantos años en desuso.
Está muy deteriorado, con olor a humedad y presenta restos de todo, con leña y basura quemada.
Seguramente permanecerá así hasta que se inicien las tareas de refacción, lo que ahora se sabe le tocará al intendente electo Martín Gill, si es que así lo decide.
