Esta vez fue el turno de la Escuela 1º de Mayo y el Jardín Juan C. Mulinetti

Apuntan a desnaturalizar las distintas formas de violencia y a diferenciarlas de las agresiones. El encuentro se realizó durante una reunión de padres en la que debatieron temas habituales, integrando esta problemática a la charla

La campaña “Un Trato por el Bueno Trato” llegó una vez más a una escuela local -la 1º de Mayo junto con su jardín Juan C. Mulinetti-, pero en esta ocasión fue con el objetivo de “tener llegada a los niños y adolescentes no solo desde el aula, sino también con un acercamiento a la comunidad educativa, que eso incluye a los padres”, reflexionaron integrantes del equipo de la organización no gubernamental.

En este caso trabajaron con padres de estudiantes que ya participaron en algunos de los encuentros anteriores, con talleres adaptados y en el marco de una reunión de padres.

Con la idea de “generar un espacio para reflexionar sobre esa información que circula en las redes, en la calle” intentaron “hacer un filtro y una reflexión crítica, poniéndola en común y charlando acerca de eso”.

También hicieron hincapié en diferenciar los conceptos de violencia y agresión. Mientras esta última remite a hechos donde se provoca un daño con el fin de preservar la vida o la integridad (como puede ser un empujón para evitar que nos choque un auto), la primera se genera a partir de que una persona utiliza su poder con fines personales.

Un ejemplo claro de esto, explicó el grupo de “Un Trato por el Buen Trato”, es cuando un policía ejerce el poder con fines que no benefician a la ciudadanía o bien cuando un padre no atiende a un niño que no lo puede hacer por sus propios medios.

“También hay violencia por omisión; no ayudar a ese hijo también es una forma de violencia”, detallaron.

También insistieron en que “la violencia genera más violencia” y que “ningún niño nace violento, sino que aprende por imitación las formas de expresar sus sentimientos”.

Un ejemplo del primer caso es la madre o el padre que es violentado en su trabajo y, por no poder hacerse respetar en ese ámbito, descarga el enojo con algún familiar sobre el que ejerza el poder.

Desde la Dirección de la institución expresaron que buscan “fortalecer   vínculos entre escuela y familia desde los acuerdos escolares de convivencia”.

“Desde esta propuesta las instituciones educativas  pretenden promover una comunicación fluida entre ambos contextos para que puedan ayudarse mutuamente en la labor educativa logrando una participación habitual de las familias en la institución, estableciendo así una escuela democrática, haciendo partícipes a los padres como parte activa e integrantes imprescindibles de la escuela y en la educación de sus hijos”, señalaron en un comunicado.