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Julio y Minga se fueron juntos, como no podía ser de otra manera

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Julio y Minga se fueron juntos, como no podía ser de otra manera
Julio y Minga en una foto que por estas horas hacen circular los vecinos de Pasco en las redes sociales

Cuando el amor, llega así de esta manera… Cuando dura toda la vida… Puede que ni siquiera la muerte logre separar a los protagonistas. El, Julio Sabena, cumplió los 88 años el 1 de julio. Ella, Minga Sforzini, los hubiera cumplido ayer

Julio y Minga en una foto que por estas horas hacen circular los vecinos de Pasco en las redes sociales

Escribe Sergio Vaudagnotto
De nuestra Redacción

Esta bella historia, que apenas tiene un único costado triste, pertenece al pueblo de Pasco, a sus vecinos, que fueron llamando a nuestra Redacción transformados en organizados corresponsales, para que no se perdieran detalles. Ellos se fueron pasando la posta de mano en mano, para que hoy domingo esta página llegue a ustedes lo más completa posible.

Hace 88 años, la vida en Pasco era de esfuerzo cotidiano, de cultivar la tierra y la amistad. Incipiente el comercio, incipientes los trabajos “para afuera” que podían brindarse de una casa para las demás… Todo estababa por empezar.

“Suspiramos en silencio
lo que callamos a gritos”
Ulises Sánchez

En ese guadal de amor propio que conducía al futuro crecieron dos niños, que en el ingreso a la adolescencia, a los 13 concretamente, comenzaron a cruzar miradas tibias, sonrojadas, que no flechaban los ojos porque iban directo al corazón.

Tuvieron que pasar unos años de esa manera, suspirando en silencio lo que callaban a gritos, como dice el poema de Ulises Sánchez, hasta que un día la mano se Julio se posó sobre la de Minga… para toda la vida.

El trabajaba en el campo junto a varios de sus diez hermanos, ella realizaba tareas del hogar en casa de sus padres y también aportaba a la economía familiar con sus dotes de costurera.

“Lo mío fue un acto de justicia
te robé un beso
porque tú llevabas meses
robándome el sueño”

Mario Benedetti

Casi una década después, cuando ya tenían entre 25 y 26, contrajeron matrimonio. Al cabo del primer año de vida matrimonial tuvieron a su única hija, que les daría dos nietos varones, los que ahora ya cuentan con 30 y 28 años.

Pero la historia de amor que aquí se cuenta desbordaba desde los dos protagonistas hacia la familia primero y hacia los demás habitantes del pueblo después; hacia toda la localidad, porque Julio y Minga participaban en cuantas comisiones de fomento se conformaran, en cuantos eventos benéficos se pusieran en marcha… De ahí también que todo Pasco sienta mucho por estas horas la partida de ambos.

Julio llevaba diez años haciéndose diálisis, pero eso no había cambiado su humor, sus ganas de hacer… “En Villa María dan fe de ello quienes lo atendieron, desde el doctor Ancarani y la doctora Gabriela, hasta el enfermero Martín. Ellos le pueden decir que fue él quien consiguió que los pacientes pudieran ser visitados mientras se dializaban, que se les diera de comer mientras se dializaban”, nos cuentan.

“Lentamente ascendió el balón en el cielo.
Entonces se vio que estaba lleno el graderío.
En la portería estaba el poeta solitario,
pero el árbitro pitó
fuera de juego”.
Günter Grass

A pesar de la enfermedad, su espíritu estaba intacto. Por eso es que no faltaba ni un domingo a la cancha, para alentar al “Patriota”, a 9 de Julio. Inclusive en esta última campaña en la que no le fue tan bien en la Zona Sur de la Liga Villamariense y no llegó a clasificar a la instancia siguiente.

Todo por el club, todo por la escuela, todo por los demás. Y por Minga, la vida.

El virus toma entonces
las riendas
de mi maquinaria…
hace cientos de copias
de sí mismo…
me hacen huésped
y ciudad de su gobierno
María Eloy – García

Diez años de diálisis se dice pronto, pero es demasiado. Por eso, cuando los familiares y las amistades hablaban de enfermedades, siempre se pensaba y se decía que Julio era el más delicado; el que más cuidado necesitaba y necesitaría, más allá de la saludable lucidez con la que había alcanzado los 88 años el 1 de julio último.

Pero el jueves pasado, 27 de julio, fue Minga quien sufrió una isquemia por la que se ordenó su urgente traslado a la a la clínica Gregorio Marañon, de Villa María.

En esos largos cuatro días, su esposo, su compañero de la vida con el que llevaba 62 años casada, se había hecho a la idea de que el estado en el que ella se hallaba era irreversible. Y así lo comentaba con los suyos. La conocía demasiado…

Fueron cuatro largos días hasta la tarde del 31, cuando a pesar de los esfuerzos de los médicos que la atendieron, se fue de la vida.

Y otros cuatro días se tomó Julio para ir a su encuentro, lo que ocurrió este viernes 4 de agosto.

En definitiva:
muy rico soy de ti,
hay música en el aire
y en la cama,
todo valió la pena.
Jorge Riechmann

Seguramente, esta historia se nutre de muchas otras páginas dignas de ser contadas. Por ello, sus familiares y amigos tienen abiertas nuestras páginas para darlas a conocer cuando hayan realizado el duelo y lo consideren oportuno. De momento, cumplimos en informar como lo deseaban sus vecinos, en dar a conocer uno de esos episodios que nos ayudan a entender más del amor, que ensanchan las fronteras del sentimiento.

A aquellos niños de 13 años que se acariciaban con las miradas, a los abuelos de 88 queridos por todos, un beso, las gracias por el ejemplo de vida y que en paz descansen.

 

Poema

Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo,
porque yo te quiero           
Mario Benedetti

 

 

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