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Juzgan a dos jóvenes por un asalto, pero ellos niegan haberlo cometido

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Juzgan a dos jóvenes por un asalto, pero ellos niegan haberlo cometido

Maximiliano Zucarelli y Kevin Salas están acusados de haber perpetrado un robo a mano armada en un minimercado de Villa Nueva. Ayer, los dos insistieron que son inocentes y que no tienen nada que ver. Luego declararon cuatro testigos

Kevin Salas (a la izquierda) y Maximiliano Zucarelli en el banquillo. Ayer volvieron a decir que son inocentes

Comenzó ayer en la Cámara del Crimen de Villa María un juicio en el que comparecen dos jóvenes a los que se les atribuye haber asaltado un comercio villanovense, aunque ellos volvieron a negar enfáticamente su participación en el hecho.

Se trata de Maximiliano Daniel Zucarelli Milanesse (26) y Kevin René Salas (23), quienes se encuentran detenidos desde hace poco más de 13 meses, imputados como presuntos coautores de “robo calificado por uso de arma”.

A poco de iniciado el debate y tras la lectura de la pieza acusatoria, tanto Zucarelli como Salas prestaron declaración y negaron -una vez más- haber intervenido en el atraco perpetrado por tres sujetos que, la noche del sábado 24 de septiembre de 2016, irrumpieron armados en el “Súper La Negrita”, ubicado en la esquina de Marcos Juárez y Ascasubi de la vecina ciudad.

Y decimos “una vez más”, porque durante toda la instrucción de la causa, tanto los sospechosos como sus familiares y amigos reiteraron hasta el cansancio que son inocentes y que están presos porque llevaban ropas muy parecidas a las que usaban los delincuentes y circulaban en una moto de la misma marca y color.

Sin embargo, ninguno de los testigos presenciales del asalto pudo identificar a los acusados en la rueda de reconocimiento realizada en la cárcel local pocos días después del audaz golpe, en el cual los ladrones se llevaron 1.800 pesos en efectivo, un teléfono celular y otros elementos de menor valor.

Además, durante la audiencia de la víspera comparecieron cuatro testigos (dos policías, el dueño del negocio y una clienta) y posteriormente el presidente del tribunal unipersonal, Félix Martínez, dispuso un cuarto intermedio hasta hoy a las 9, oportunidad en la que se realizará una inspección judicial en el lugar de los hechos.

Concluida la medida procesal, el juez y las partes volverán a constituirse en el quinto piso del edificio de Tribunales para escuchar a seis nuevos testigos, mientras que por la tarde formularán sus alegatos el fiscal Francisco Márquez y los abogados David Bazán, Marcelo Castro (codefensores de Zucarelli) y Daniel Volpe (asiste a Salas).

Aunque todavía no está decidido, es probable que la “última palabra” de los acusados y el dictado de la sentencia pasen para el lunes a primera hora, ya que ese mismo día está programado el inicio de otro juicio.

 

Tres asaltantes

De acuerdo con la requisitoria fiscal de elevación a juicio, tres sujetos armados (uno de los cuales tapaba su rostro con un pasamontaña y los otros usaban bufandas para cubrirlos parcialmente) irrumpieron en el local del minimercado y, bajo amenazas, obligaron al cajero a entregarles la recaudación del día.

No conformes con ese botín, también le quitaron la cartera a Tania Grossi, una mujer que al momento del asalto estaba realizando unas compras. Pero aún así, ni esa clienta ni las otras personas que se hallaban en el salón de ventas pudieron identificar a los sospechosos durante la rueda de reconocimiento de personas realizada en la cárcel algunos días después del hecho.

En cambio, los elementos de prueba que incriminan a Zucarelli y a Salas son las prendas de vestir que llevaban esa noche, muy similares a las usadas por los asaltantes, y la motocicleta Honda CG Titán roja, idéntica a la que emplearon los malvivientes para llegar al súper y luego darse a la fuga.

Después de que los acusados prestaran declaración, testimoniaron los policías Luis Nicolás Mélida y Gustavo Javier Chevarría; el propietario de “La Negrita”, Norberto Domingo Amante, y la mencionada clienta Grossi.

Los uniformados comparecieron en relación a la tarea funcional que desarrollaron esa noche, ya que el primero fue quien detuvo a Maximiliano y a Kevin en una rotisería cercana, mientras que el segundo trasladó la moto a la Comisaría.

A su turno, el dueño del negocio relató que al momento de producirse el asalto él estaba en su oficina, ubicada en la parte trasera del salón. Amante dijo que escuchó gritos y que se asomó, pero al percatarse que se trataba de un robo volvió sobre sus pasos y le pidió a su esposa que llamara a la Policía. Asimismo, señaló que no vio los rostros de los ladrones.

Finalmente, Tania Grossi sostuvo que no pudo identificar a ninguno de los tres delincuentes en la rueda de presos, pero sí las ropas que vestían y sus rasgos fisonómicos. Dijo que uno de ellos tenía labios gruesos y otro era muy alto. El primero de los aspectos coincide con Salas, pero tanto él como Zucarelli son de mediana estatura.

La testigo añadió que cuando entraron los asaltantes, ella estaba pagando en la caja. Uno tenía un pasamontaña y los otros cubrían parcialmente sus rostros con bufandas. Además, admitió que conocía a Maximiliano porque había sido su maestra.

 

Papá de Luna Viera

Mientras declaraba en la sala, negando su participación en el hecho, Zucarelli afirmó que durante el tiempo que lleva privado de la libertad se produjeron dos hechos muy significativos para su vida: hace unos nueve meses nació su segunda hija, una nena que tiene con Jésica Salas, hermana de Kevin, y el 19 de julio pasado sufrió la muerte de su primera hija, la pequeña Luna Viera (5), abusada y asesinada en Tío Pujio.

En efecto, durante 2011 Maximiliano mantuvo una relación de pareja con Gabriela Viera, de cuya unión nació la criatura que fue hallada muerta en la vecina localidad.

 

La coartada que siempre sostuvieron Maxi y Kevin

Desde que fueron detenidos, Maximiliano y Kevin sostuvieron que la noche del asalto se encontraban en una rotisería ubicada a pocos metros del minimercado, donde habían comprado unas milanesas. Ambos dijeron que alrededor de las 9 de la noche fueron a la casa de comidas, hicieron el pedido y lo pagaron, aunque debían esperar unos 20 minutos. Fue así que salieron del negocio y regresaron poco antes de las 21.30. En ese momento fueron detenidos por el policía Mélida en base a los datos aportados por los testigos (las prendas de vestir y la moto). Zucarelli y Salas dijeron que recién el martes siguiente se enteraron que estaban acusados de asaltar el “Súper La Negrita”.

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