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La maravilla, y más

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La maravilla, y más

DESTINOS /Misiones / Puerto Iguazú

Escribe Pepo Garay
ESPECIAL PARA EL DIARIO

1) Belleza mundial: qué decir de las Cataratas del Iguazú, una de las siete maravillas naturales del mundo. Joya cuya mejor cara se luce del lado argentino, más precisamente en el Parque Nacional Iguazú.

Dentro del espacio protegido, más de 250 saltos de agua (la Garganta del Diablo, de 80 metros de altura, es el más famoso de ellos), son admirados por turistas de los cinco continentes, gracias a un extenso circuito de pasarelas.

También se pueden realizar intensos y “húmedos” paseos en lanchas rápidas (que llevan prácticamente hasta el corazón de algunas cascadas), caminatas por los senderos selváticos (como el Macuco), safaris en jeep, viajes en el célebre trencito, excursiones a la Isla San Martín y hasta paseos nocturnos (con guía), por ejemplo.

Otra opción es contemplar el espectáculo natural desde el lado brasileño, en las inmediaciones de Foz do Iguaçu  (sector que, en rigor, lejos está de  ofrecer las panorámicas que se generan desde Argentina).

2) Panorámicas del Iguazú  y el Paraná: antes o después de recorrer el Parque Nacional Iguazú, bien viene caminar el agradable centro de Puerto Iguazú, ciudad muy bien pertrechada de hoteles, restaurantes, tiendas de recuerdos y productos típicos y otros emprendimientos especialmente pensados para el turismo (por caso, la Casa de las Botellas, una vivienda hecha íntegramente con botellas).

Amén de los paseos por el apacible centro, donde también se descubren los usos locales, hay que dirigirse a la avenida costanera. Allí, lindero al pequeño puerto, brilla con luz propia el inmenso río Iguazú, y las parcelas selváticas del lado argentino y brasileño.

Ya en el cercano hito Tres Fronteras (escueto monumento acompañado de tiendas de artesanos), también es posible contemplar desde las alturas al río Paraná, la vegetación que irradia Paraguay y el perfil urbano de Ciudad del Este.

3) Triple frontera, triple cultura: al pasear por la zona de los ríos, surge inevitable el deseo de aprovechar la ubicación privilegiada de Puerto Iguazú para visitar las otras dos ciudades que componen la triple frontera: Foz do Iguaçu (Brasil) y Ciudad del Este (Paraguay).

Amén que ninguna de las dos urbes presenta el cuadro amigable y ameno del municipio argentino, sirven para darse un baño de cultura brasileña y paraguaya. Para el viajero de ley, el tándem se torna irresistible.

Tras pasar por Foz, tomar una cerveza en los barcitos del centro y practicar algo de portugués, el cruce a Ciudad del Este convida con eso: un monstruo de cemento, grandes edificios y cientos de comercios ideales para comprar artículos de todo tipo (el rubro electrónico es la vedette), a precios muy convenientes (en promedio, la mitad de lo que salen en Argentina).

La metrópoli no se destaca por su belleza, pero sí regala unas pinturas de frontera, intenso movimiento y aura internacional que más de uno sabrá agradecer.

4)Naturaleza, más allá de las Cataratas: la naturaleza de Puerto Iguazú no solo habita en las Cataratas. Aquello queda claro cuando el visitante comienza a desandar la zona, descubriendo que los paisajes de selva y tierra rojiza se reparten por todo el plano.

Aquella oferta es acompañada por una serie de emprendimientos que ayudan a introducirse aún más en el universo de vida y verde. Al respecto, hay que nombrar propuestas como el Refugio Güira Oga (o “Casa de los Pájaros” en el idioma guaraní), el Orquidario del Indio Solitario (exótico vivero ubicado cerca del centro), el Biocentro Iguazú (que incluye reptilario, acuario, tortuguero,  mariposario y laguna con aves), y el Jardín de los Picaflores.

También merecen mención el complejo Selva Viva (ofrece juegos diurnos y shows nocturnos entre la tupida vegetación misionera), las cabalgatas ecológicas y el safari por el Camino de los Pioneros (conecta con el Parque Nacional por una ruta alternativa) y el Parque Aripuca (que sobresale con una singular construcción hecha con 500 mil kilos de madera), entre otras.

5)Aldeas guaraníes: íntimamente relacionado con el tópico anterior, las excursiones a las aldeas de nativos guaraníes logran conectar al viajero con modos de vida ancestrales. Siempre en torno a la exuberante naturaleza de la región, varios caseríos habitados por comunidades originarias abren sus puertas para generar una conexión de civilizaciones vital.

En ese sentido, sobresalen pueblitos o comarcas como Yyryapú (que además cuenta con senderos por la selva, espectáculos corales y feria de artesanías),  Fortín M’Bororé (poblado donde residen casi 140 familias, cuyos miembros enseñan técnicas de cacería, usos de plantas medicinales y algo de idioma guaraní) y  la selva de los Kerembas (quienes organizan un paseo por la jungla en transporte especialmente adaptado).

 

MINI GUIA

Ubicación: Noroeste de Misiones

Distancias: 1.350 Kilómetros al noreste de Villa María

Población: 40 mil habitantes

 

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