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“Las enfermedades son emociones ocultas”

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“Las enfermedades son emociones ocultas”
Molina: “Mi creencia hizo que ocultara mi emoción y mi emoción oculta hizo que me enfermara”

 Adrián Molina encabezó un taller sobre la creación de las creencias

Molina: “Mi creencia hizo que ocultara mi emoción y mi emoción oculta hizo que me enfermara”
Molina: “Mi creencia hizo que ocultara mi emoción y mi emoción oculta hizo que me enfermara”

El acompañante en bioneuroemociones, Adrián Molina, disertó ayer en el Centro Cultural Comunitario Leonardo Favio sobre la “creación de tus creencias”, actividad que anunció EL DIARIO en su edición del viernes.

“Una creencia es una construcción interna que he ido reforzando y, por lo general, no es nuestra, la hemos tomado, la hemos ido modificando, pero a algunas no puedo verlas o no me doy cuenta”, describió.

“Cada vez que hago una afirmación, estoy hablando de una creencia; por ejemplo, al decir que todos los hombres son iguales. La cuestión es cuáles de las creencias son las que no estoy viendo. Puedo estar creando una vida de pobreza o enfermedad a través de ella”, sostuvo al adentrarse en un tema que cada vez despierta más interés.

Molina señaló que las creencias ocultas pueden notarse “cada vez que hay rigidez de opinión, cuando hago una afirmación en general, cada vez que tengo que defender mucho una idea, cada vez que me siento agredido ante una opinión contraria”.

En ese marco, recalcó que “nadie vive sin creencias” porque, por ejemplo, la creencia de un ateo es no creer en Dios. Pero más allá de esto, advirtió que hay personas que son más flexibles a cambiar o aceptar y otras, más rígidas.

Molina sostuvo que una enfermedad se genera ante una emoción oculta. “Me surge un odio, pero me han enseñado que el odio es malo, la creencia es que el odio es malo, entonces lo oculto y muestro otra cosa. Coloco el odio en lo que nosotros llamamos sombra, pero esa sombra siempre busca salir, entonces, va a aparecer y la reprimo. De repente, voy a tener un problema de vesícula: he ocultado mi odio hasta que mi biología me lo informó de alguna manera y me provocó algún problema en la vesícula biliar. Mi creencia hizo que ocultara mi emoción y mi emoción oculta hizo que me enfermara”, describió.

Para el especialista, la totalidad de las enfermedades son emocionales, incluso causadas por “emociones que no son mías”. En ese último aspecto, indicó que “soy una célula de mi mamá, un óvulo de mi mamá y mi mamá lo es de mi abuela. La célula tiene memoria, por lo que voy a traer conmigo una cantidad de memoria que ni siquiera sé que la tengo”.

Ejemplificó: “Puedo tener una alergia de un medicamento porque mi abuela sufrió con ese medicamento”.

Para trabajar sobre esto, explicó que “hay que interesarse por la historia familiar”.

¿Entonces podemos “aprender” a vivir y tendríamos buena calidad de vida? “Claro, nosotros buscamos propiciar un cambio en la conciencia de cómo vemos las cosas, por lo tanto, un cambio en las creencias”.

Entre los tips con recomendaciones, enunció la de ser flexibles en las opiniones. “No digo que hay cambiar de opinión, pero sí escuchar al otro. Tenemos rápidamente el juicio de bueno o malo, el decir ‘esto es bueno, esto es malo’. Puedo, en cambio, decir que una situación ‘es’, no catalogarla de buena ni de mala”, aconsejó.

“Otra cosa que podemos hacer es poner en duda, porque la creencia se vuelve dogma, la he creído tanto tiempo que defino que eso es así. Hay que poner en duda la afirmación, por ejemplo la de que ‘las mujeres no saben manejar’. Esta es una creencia superficial, pero podemos ir a lo profundo, como la de que mi mamá a los 50 sufría mucho entonces, tengo 47 años y ya empiezo a sufrir como mi madre decía. Las enfermedades como la osteosporosis después del climaterio en una mujer tienen mucho que ver con las creencias: se piensa “ya soy vieja, estructuralmente no soy la misma””, precisó.

También se habló sobre el código de la enfermedad y las somatizaciones.

“Estoy aprendiendo la metodología del doctor Salomón Sellam, que tiene una metodología psicosomática clínica, habla mucho de la conversión: la emoción que yo tengo la convierto en un síntoma porque evidentemente no puedo verla”.

Una patología en el páncreas “tiene que ver con las deshonestidades que ha tenido la familia conmigo, familia real o virtual (compañeros, amigos). Las rodillas tiene que ver con sumisión”, apuntó, aclarando que habla en forma general.

Los resfríos o gripes están vinculados a situaciones frías, el estornudo con marcar territorio, “el toser es ladrar al otro, hay una bronca guardada ahí. La bronquitis es bronca”, fue explicando ante preguntas de EL DIARIO.

En cuanto a las alergias, precisó que es algo muy personal: hay que ver cuál es el alérgeno y cuando fue la primera vez que se dio la reacción, que “es una defensa del inconsciente”.

Ejemplificó con estar comiendo nueces y recibir una mala noticia “entonces el inconsciente toma a las nueces como peligrosas”. La alergia al polen “casi siempre tiene que ver con un conflicto sexual”.

En todo esto, descubrir el origen y la razón de la enfermedad es clave. “Tengo que ir al momento en que se inició, el desencadenante. Para que se desencadenara ese conflicto tuvo que existir un programante, entonces, tengo que ir otra vez para atrás a buscar otro conflicto parecido y ese programante tiene que venir en mi árbol genealógico”, especificó.

Advirtió que tras detectar la raíz hay que hacer cambios en la vida, como mudarse o modificar hábitos porque si no “muchas veces el problema vuelve”.

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