Una gran repercusión tuvo el fallecimiento del artista César Bravín en las redes sociales.

A poco de conocido su deceso, sus colegas músicos, sus alumnos, amigos, y simples admiradores, volcaron sus comentarios, cruzados por el dolor de la pérdida no solo de un calificado profesional de la música y la plástica, sino también por la partida de quien consideran una persona de bien.

Uno de los que se hizo eco de la noticia fue el músico Pablo Cordero, quien en Instagram escribió “La amistad, la música, el Jim Beam (N. de la R.: una bebida), el arte, los proyectos compartidos, las risas. Te voy a extrañar mucho Titina querido”.

También Enrique Aiello escribió en Facebook: “Que en paz descanses Titina César Bravín. Mis sentidas condolencias a su familia”.

En tanto, las autoridades del IPEA 214, de San Antonio de Litín, resaltaron que ese colegio “está muy triste por la partida de nuestro querido profe César Bravín. Te recordaremos en cada aula, en cada mural realizado con tus alumnos y sobre todo con el de Molina Campos el cual fue un pedido especial y fue realizada el año pasado con tus alumnos de cuarto año. Pero por sobre todo te recordaremos con esa sonrisa que te caracterizaba en el aula, sala de profes y en cada paso que dabas. Nuestras condolencias a su familia, Dios le dé las fortalezas necesarias para sobrellevar tan dolorosa pérdida”.

El peluquero Marcos Carriazo escribió a su vez: “Qué más te puedo decir querido amigo; hemos compartido más de 35 años y has estado en uno de los momentos más felices de mi vida en los últimos años; nos reuníamos todos los miércoles a tomar buen vino y buena comida. Gracias por tu amistad y ha sido un orgullo ser el encargado de esa cabellera y un gran placer haber compartido la vida. Mil gracias: estás recibiendo tantos aplausos como te merecés”.

Alejandro Toledo, un cordobés que compartió días de internación en un nosocomio de la capital provincial, recordó que “quedó pendiente vernos, amigo. Me parece ayer cuando entraste con la silla de ruedas a la habitación que compartimos en el hospital Ferreyra. Horas de noche charlamos. Gracias por esas horas y días. Juntos nos cagábamos de risa. Capo, un grande como persona y como artista”.

Jairo Costabella: “Triste. Hace unos años, 12 aproximadamente, yo era un pibe de 17 años, ya con inclinación al rock. Por aquellos años ya se hacía en noviembre la tarde de rock de los domingos. Cómo olvidar esa bandera de Motorblues colgada al fondo del escenario. Fuiste para mí una de mis grandes influencias, un gran artista y una excelente persona. Hasta siempre”.

Andrea Fontanella: “Si hay algo y alguien que jamás, voy a olvidar en todo mi paso por la secundaria es a vos. Hoy, una estrella más, para mí, brilla en el cielo. Fuiste, sos y serás, el mejor profe de dibujo. Hoy, también te encontrarás con un alumno tuyo, y se van a sentir acompañados, se va a encargar de hacerte recordar, todas las veces que te hicimos renegar, pero lo más lindos es, que sacaste de nuestro corazón el arte más bello, lo esculpiste y lo pintaste de amor, haciendo que todo brille a nuestro alrededor. Por siempre en nuestros corazones”.

Verónica Olivo Largeaud: “Inolvidable ese momento. Secundario, año 2001. Terminó la clase de plástica, con un profe artista y talentoso. Salí al recreo. Me fui a la vereda, capaz buscando esa libertad que siempre ansiaba. Se acerca y me dice: «Vero, te estaba buscando. Escuchá esto» y me da su celular. Era un mensaje, que le habían dejado en el contestador. «Hola querido César. Bueno, seguro estás ocupado.» (Abrí los ojos tan grandes como pude. Me bastaron tres palabras para reconocer la voz). «Quería saber cómo andabas y decirte que vengas así nos juntamos a tocar y armar algo. Te mando un abrazo. Hablamos después». Le devolví el celular con la boca abierta. Que ya de por sí es bastante grande aunque esté cerrada. Y le ví los ojos llenos de lágrimas. El mensaje era de Pappo. Uno de sus grandes ídolos. Supongo que quería compartir con alguien su alegría y buscó a su alumna más artista. Fui muy feliz por él. Y lo hubiera abrazado fuerte si no fuera porque estábamos en la escuela y éramos alumna y profesor. Siempre me alentó a seguir luchando por mis sueños. Siempre nos entendimos. Siempre lo recuerdo. Y lo admiro.

Hasta siempre. Que te esperen con un buen blues allá arriba”.

El periodista especializado Juan José Mercado recordó que fue uno de los primeros músicos locales que entrevistó para el ciclo de Radio Universidad “Costumbres Argentinas” allá por 2010. Simple, sencillo, claro y directo. Nos cruzamos unas cuantas veces en distintos escenarios. Hoy todos recibimos «un sillazo por el lomo», buen viaje César Bravín”.