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Le dijo a su patrón que tenía cáncer y al día siguiente lo despidieron

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Le dijo a su patrón que tenía cáncer y al día siguiente lo despidieron
Miriam Cejas y su compañero Pedro Garay están desolados frente a la situación de salud y laboral

Pedro Garay es un humilde trabajador rural a quien el 19 de septiembre le extirparán un riñón. El 11 del mismo mes debe dejar la casa de campo en la que vive, porque fue despedido justo el día después que comunicó la noticia de su enfermedad

Miriam Cejas y su compañero Pedro Garay están desolados frente a la situación de salud y laboral
Miriam Cejas y su compañero Pedro Garay están desolados frente a la situación de salud y laboral

Ellos son entrerrianos y llegaron a la provincia de Córdoba a buscar un futuro mejor. Fueron forjando sus proyectos en base al trabajo de Pedro Garay (50) y de su compañera Miriam Cejas (41). Desde hace seis años trabajan en un campo de la zona rural de Arroyo Algodón. “Soy tractorista y me encargo de la alimentación de los animales. Son muchos porque hay un tambo y tienen recría”, dijo Garay al ser consultado por EL DIARIO.

Garay se encuentra hoy atravesando uno de los peores momentos que puede vivir una persona, dado que el cáncer que parecía controlado se disparó hacia un riñón y, en consecuencia, deberán hacerle una nefroctomía (extirparle un riñón) para evitar que el mal se propague por el resto del cuerpo. Ya tienen fecha de operación: será el 19 de septiembre, en la Clínica Cruz Azul.

Con el pesar que le causó la mala noticia, la mujer habló con su empleador, Daniel Piva. Le contó con tristeza el diagnóstico médico y le informó que uno de esos días tenían que ir al pueblo para hacer el examen prequirúrgico: “No se haga problema, que antes le dejamos la comida a los animales”, le dijeron al patrón.

La respuesta llegó al día siguiente, y vino de manos del juez de Paz de Las Mojarras, Jorge Roberto Ricardo, quien le entregó la nota firmada por Piva, por la cual le comunican a Garay que “sin causa” está despedido. En la misma nota le dan un mes de plazo -como estipula la ley- para que abandone la casa que habitan como trabajadores rurales.

Así las cosas, hoy se encuentran sin casa, sin trabajo y con una enfermedad que afrontar.

 

Reclamo

Garay y su mujer viven con el menor de sus hijos en la casa del campo Piva. Cada día realiza la tarea, alimentando los animales del lugar.

“Cuando venimos al médico dejamos todo hecho, para que no tengan que venir los hijos del patrón a trabajar”, relataron. Incluso, muchas veces optaron por no pasar vacaciones o fiestas con familiares “para no dejar las vacas”. Sin horarios ni francos, se dedica a las tareas rurales como único empleado del establecimiento: “Hay veces se rompen las máquinas y te quedás renegando hasta la santa hora”, relató Garay.

Hoy, pese a todo ese esfuerzo, se encuentran con las manos vacías. “Mi marido tiene el sueldo en blanco y gana 6.000 pesos y algo. No tenemos plata para alquilar en Villa María y en Algodón no hay muchas casas para alquilar. Además, mi hijo va a la escuela allá y sería un cambio difícil mudarnos”, dijo la mujer.

“Con don Piva nunca habíamos tenido problemas. Con el hijo sí, porque cree que uno no tiene derecho a descansar”, expresó.

Desolados con la nota de despido, pidieron el asesoramiento de una abogada, Laura Ruedi, quien los guió en todo el proceso legal que hace que vayan y vengan cartas documentos en las que Piva dice desconocer la enfermedad de Garay y Garay le dice que ahora que sabe, que lo reinstale en su puesto de trabajo. Y ahí terminó la correspondencia, sin la respuesta esperada.

También recurrieron al INADI, porque entienden que el despido es discriminatorio, dado que se da justo al día siguiente de haber comunicado verbalmente los resultados de la enfermedad. “En seis años, no conocemos la casa de Piva. Siempre hablamos todo en el campo, cuando él venía”, dijeron.

Seguramente, con el tiempo, la Justicia podrá darle la razón, cobrará una indemnización y conseguirá otro trabajo. Pero ahora, con la urgencia que requiere su caso, no tiene respuesta. “Nos dolió mucho, porque le pedimos que nos diera un tiempo al menos. ¿Dónde va a ir a buscar trabajo él ahora? ¿Dónde vamos a ir a vivir para que se recupere de la operación?”, se preguntó Cejas. Todas preguntas sin respuestas.

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