Un hombre se ofreció a comprarle los volúmenes que le habían hurtado la semana pasada si a cambio narraba en asilos locales

En ocasiones, no siempre, los malos tragos que impone la vida pueden abrevar en situaciones jubilosas.

El joven y destacado escritor local Mauro Guzmán había sido víctima de un asalto en las primeras horas del jueves de la semana pasada, sobre bulevar Italia antes de llegar a la intersección de calle Jujuy.

Dos jóvenes en moto lo abordaron y le robaron el celular y la mochila, cuyo interior se hallaba repleto de libros y de un cuaderno personal con esbozos de escritos y anotaciones.

Entre los volúmenes se encontraban: “El Quijote” de Cervantes, “Manual de zoología fantástica” de Borges, “La tradición de los marginales” de Osvaldo Aguirre, “Himnos a la noche/Sonetos a Orfeo” de Rilke y “Con la esperanza entre los dientes” de John Berger. Este último, prestado por la artista plástica Gabriela Manfredi, le había servido a Guzmán de apoyatura principal para la presentación del espectáculo “Para estar acá”, del Coro Nonino de la UNVM en el Centro Favio, concretado horas antes del robo. Tras el episodio, el escritor difundió lo sucedido en su página de Facebook y su testimonio fue replicado por días en distintos medios de la ciudad. Al final de la versión de los hechos, Mauro ofrecía una recompensa: si alguien sabía algo sobre los libros hurtados, iba a pagarle leyendo cuentos.

Un hombre (que todavía se mantiene en el anonimato), se enteró a través de la misma red social, por medio de amistades en común. Citó a Guzmán en un café y le dijo: “Te voy a conseguir los libros, pero como contrapartida tenés que ir a narrar en geriátricos”. Poco después, cumplió con parte de lo prometido trayéndole copias de “El Quijote” y los “Sonetos…” de Rilke. Ahora, Mauro, espera con ansias acatar lo pactado. En ocasiones, en la mayoría de ellas, la literatura salva y por ello, se puede jactar de ofrecer finales felices.