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“Los chicos de la Tecnoteca han creado una comunidad no sólo virtual, sino real”

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“Los chicos de la Tecnoteca han creado una comunidad no sólo virtual, sino real”

P18-f1El programador Gustavo Cierra, encargado de la Tecnoteca, y la licenciada Silvia Longo, directora del área de Cultura de la Municipalidad, hablaron de “tecnología y niñez” en un espacio que reúne a unos 300 niños y adolescentes cada día

Las tardes en la Tecnoteca tienen el clima de un recreo interminable en el colegio, el audio de un “ciber” y el colorido de camisetas de fútbol conviviendo con la remera de la “Promo”. Y es que entre sus muros tiene lugar una fabulosa cita cotidiana: la de los chicos recién salidos de la escuela que, junto a los del turno mañana, convergen en las máquinas. “Vos los ves jugando entretenidísimos pero en realidad están aprendiendo todo el tiempo -comenta el encargado de la Tecnoteca, Gustavo Cierra- y es que todos estos juegos tienen un fin educativo, probado y aprobado por la Nación y el municipio. Estamos haciendo una campaña muy fuerte sobre el aprendizaje a través de los videojuegos y actividades interactivas. Por eso es que estar en la Tecnoteca no tiene nada que ver con estar en un ciber. Esta semana nos sumamos a una campaña mundial para que los chicos aprendan a programar y que se llama La hora del código. Todos los años tenemos cerca de dos mil alumnos participando de esta campaña. Trabajamos también con software libre Linux y Wayra y programas como el Scratch o el Alice, donde se aprende la lógica de la programación que luego se pueden aplicar a muchas actividades”.

Respecto a la población de la Tecnoteca, los números que arroja Gustavo dan cuenta de un espacio cuyo uso es intensivo. “En épocas escolares tenemos ocho talleres diarios con grupos de 20 a 25 chicos por la mañana, lo que te da un promedio de casi 200 chicos. A la tarde no vienen las escuelas, sino niños y adolescentes de forma particular, y siempre tenemos entre 70 y 100. El pico llega en las vacaciones de invierno con más de 500 chicos por día”.

Y la directora de Cultura de la Municipalidad, licenciada Silvia Longo, agrega un dato por demás interesante: “Cuando se inauguró la Tecnoteca en 2011 se la diseñó para que convivieran unos 200 chicos, pero a veces nos vemos desbordados. Por suerte vienen escuelas de toda la provincia e incluso de Córdoba capital. Se toman este lugar como un espacio educativo y eso nos propone un desafío enorme”.

Jugar y programar

-¿Qué requisito deben cumplir los juegos en red que instalan?

Gustavo: -Seleccionamos que no haya violencia y que no sea un mero pasatiempo, sino que sea para aprender. Estamos en permanente comunicación con la Fundación Sadosky que impulsa la programación y también con Conectar Igualdad, que desarrolla el Wayra (software libre argentino). En cuanto al reciclaje, formateamos las máquinas dos veces por año. Así que en junio y en diciembre instalamos juegos nuevos. Los chicos no se terminan de cansar que ya tienen otros nuevos.

-Además de la programación, ¿en qué otro ítem están trabajando?

Gustavo: -En el que acaso sea el mayor clic tecnológico de los últimos tiempos: la impresión en 3D. Y acá podés diseñar y fabricar lo que quieras que luego lo imprimimos en el “Laboratorio de fabricación digital”.

Y Gustavo me muestra la impresora 3D, “una de las cuatro o cinco que hay en la ciudad”. Se trata de un “cubo mágico abierto” sobre el que penden carreteles de hilos plásticos de colores alimentando la máquina como si fuesen cartuchos de tinta. Sólo que de la fundición de ese plástico salen objetos maravillosos: repuestos de autos, piezas de diseño y hasta una mano ortopédica. “Para que te des una idea de las posibilidades de esta maravilla -continúa Cierra- hay un chico de la Escuela del Trabajo que está imprimiendo todas las piezas para fabricarse una impresora 3D en su casa. También hacen sus trabajos prácticos los estudiantes de ingeniería de la UTN y varios alumnos de Diseño Industrial de Córdoba. Hace poco, una señora nos trajo las piezas de un lavarropa que ya no consigue y se las hicimos. Y un chico acaba de diseñar un llavero con las iniciales de su hermano con el Tinkercad, un programa que le enseñamos a usar nosotros…”.

Y Longo agrega que “con la impresora 3D se ha generado una demanda social que nunca imaginamos; pero por suerte la Tecnoteca está dando respuesta. Somos el único espacio público que brinda este servicio en la ciudad y la región”.

-¿Qué piensan de los chicos que pasan tantas horas en la computadora?

Gustavo: -Que no tienen ningún problema, el problema es de los grandes que no los saben orientar. Muchas veces los padres no tienen tiempo o no conocen lo suficiente de informática. Lo que sí te puedo decir es que los chicos trabajan con el mismo entusiasmo con un programa malo que con uno bueno. Y está en el adulto mostrarles cuál es el bueno.

Silvia: -Por eso trabajamos muy fuerte desde nuestro equipo, para generar un clima de contención donde los chicos estén fuera de la calle, en un espacio lúdico y a la vez educativo. Hay madres que no entienden por qué sus hijos eligen venir a acá si en la casa tienen una computadora mejor. Y es porque en la Tecnoteca han hecho una comunidad no sólo virtual, sino real. Como los turnos son de una hora y luego tienen una hora más de espera, en ese tiempo salen a jugar afuera o van a la Medioteca.

Y Gustavo concluye con una reflexión sobre las fortalezas y debilidades de los juegos en red. “La computadora se vuelve improductiva cuando los chicos hacen un movimiento repetitivo. Pero cuando eso sucede, se cansan y pasan a otra cosa. Ellos buscan permanentemente el desafío, un estímulo para el cerebro. Si los chicos están frente a la pantalla y no se van a jugar al fútbol, es porque el juego le está sirviendo todavía”.

Iván Wielikosielek

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