Lo que dejó la consulta a 500 usuarios de distintas plataformas (Parte II)

El nuevo contexto que surge del uso de las redes sociales, cómo quedó expuesto tras la publicación de ayer de la primera parte de la encuesta, nos plantea dilemas a considerar “Diálogo: ¿virtual o presencial?” y “Reflexión: ¿surfear o bucear?”. Para aproximar algunos indicios a tales conjeturas, recurrimos a la mirada del sociólogo Zygmunt Bauman

En ciertas ocasiones, algunas miradas parecen más direccionadas al celular que al interlocutor con el que se comparte un espacio. Esta persona en algunas oportunidades suele plantear su desagrado, otras veces ocultarlo, y en ciertas circunstancias adoptar el mismo comportamiento que le desagrada en otros, y entonces dirige su mirada hacia su propio celular. Estos comportamientos se espejan en las imágenes que solemos ver en reuniones de trabajo, amigos, y en la familia.

El mundo virtual nos demanda la adquisición de nuevas herramientas para relacionarnos en él, y a la vez el desafío de no resignar las habilidades sociales requeridas para mantener el diálogo cara a cara que exige el mundo real. Al respecto el sociólogo Zygmunt Bauman sugiere que el individuo pertenece a una comunidad, en tanto que la red le pertenece al individuo.  En la red es factible añadir y borrar “amigos” con un solo clip, por lo que se puede correr el riesgo de generar un espacio cerrado, en el que se escuchan opiniones clonadas a las propias, ya que aquellas que resuenan con acordes disonantes suelen ser omitidas y/o eliminadas.

Respeto por la divergencia

Por lo anterior, Bauman comenta que las redes sociales son una trampa, en la que solo escuchamos el eco de nuestra propia voz. Por ello, sería plausible complementar ambos tipos de escenarios, es decir aprovechar las ventajas que nos brindan las redes, y a la vez potenciar las habilidades sociales que se ejercen en la comunidad, y aún más, trasladar esas habilidades de respeto por la divergencia y hacer uso de ellas en las redes sociales.

Asimismo, Bauman afirma que “el dialogo real no es hablar con gente que piensa lo mismo que tú”, para lo cual sería pertinente involucrarnos en la conversación, partiendo de una escucha atenta que nos permita reconocer al otro, sus razones desde una práctica empática, y a partir de allí generar nuestros propios argumentos y/o aprender de las posiciones del interlocutor, que muchas veces puede generar un propio aprendizaje. Todo un desafío en estos tiempos …

Reflexión: ¿surfear o bucear?

Las generaciones antiguas solían tratar un tema en profundidad, como buceando en sus contenidos y consecuencias, en cambio las generaciones actuales parecen surfear y tocar todo por encima. Por lo cual vale cuestionarnos cómo actuamos en ese espacio: ¿surfeamos o buceamos?

Zygmunt Bauman dice que “en el intento de adaptarnos a las condiciones creadas por Internet, nuestra atención se vuelve más frágil y, sobre todo, cambiante; incapaz de permanecer quieta durante un tiempo prolongado”. Es así que muchos corremos el riesgo de surfear por un mar inmenso, tocando todo superficialmente, sin profundizar en nada.

En la realidad virtual, los mensajes deben acortarse y simplificarse de modo que puedan tener una posibilidad de ser atendidos, lo cual dificulta toda posibilidad de transmitir ideas complejas que requieren de razonamientos y pensamientos complejos.

Estar conectados es la onda del momento, no estarlo suele ser motivo de cuestionamientos, pero permanecer cuasi full time en línea, puede acarrear consecuencias negativas con las personas cercanas, y a ello debemos sumarle la carencia de reflexiones profundas que por momentos la vida nos exige. El desafío actual es hacer las dos cosas, surfear por momentos, pero también bucear en otros; discriminar las circunstancias en que debemos realizar una u otra actividad, corresponde a cada uno de nosotros.

*Profesor universitario

Los conceptos vertidos en este artículo surgen como resultado del análisis de un sondeo realizado a través de una encuesta estructurada con preguntas cerradas, realizada entre el 7 de junio y el 7 de julio de 2017 (y procesadas luego) en las mismas redes sociales, la que fue publicada en nuestra edición de ayer. 

La muestra abarcó 500 casos, como parte de una actividad correspondiente a la asignatura Deontología Profesional, de la carrera Diseño Gráfico y Publicitario de la Escuela Superior de Artes Aplicadas Lino Enea Spilimbergo de la Universidad Provincial de Córdoba.