Aunque en la fase regular les costó tenerlos a los tres juntos en cancha, ante una lesión de Tomás Pratti, Universitario dejó otra vez en claro que tiene tres atacantes de lujo, que están siendo determinantes en estás instancias definitorias, y en su objetivo de clasificar a su tercera final consecutiva, para sacarse la espina del año pasado.

En lo estadístico, sus números son infalibles: entre los tres llevan anotados 21 de los 25 goles que marcó Universitario en el Apertura, es decir, el 84 por ciento de los goles (Pratti 9, Barengo 8 y Moyano 4).

Pratti y Barengo, precisamente, anotaron los goles en los cruces con Playosa, y Moyano supo hacer un aporte colectivo vital, tanto en su función de centrodelantero, como bajando metros y organizando, componiendo un triangulo en el círculo central junto al “doble cinco”.

Y ayer, cuando el 0 a 1 parecía complicar las cosas, aparecieron en su esplendor, para revertir el marcador adverso, y darle una diferencia de dos goles muy importante a La Uni de cara a la revancha. Moyano estampó el 1 a 1 en el cierre del primer tiempo y en el segundo tiempo, Barengo anotó la diferencia; y en el cierre, Pratti, con un guiño de suerte por el desvió en un rival, liquidó el pleito. Sin dudas, Universitario tuvo en el Campus muy en claro sus ideas, apuntalado por sus tres mosqueteros, que dejan en claro el concepto de dicha novela: “todos para uno, uno para todos”. Y con un D’artagnan determinante, como Juan Acosta.