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Manual antiagresiones

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Manual antiagresiones
Ante el ataque no hay que realizar movimientos bruscos ni salir corriendo

Entre Perros y Gatos – Tras el caso de un vecino atacado por una jauría, repasamos punto por punto cómo hay que reaccionar ante casos extremos ante perros que se tornan violentos. Correr, un grueso error

 

La noticia de un vecino villamariense mordido salvajemente por una jauría despertó nuevamente el alerta sobre cómo nos debemos cuidar del animal cuando es o se encuentra agresivo.

El caso particular del vecino no sería el más correcto porque, concretamente, los perros eran de su hermana, es decir, conocidos por el agredido. Pero en varias oportunidades la situación se da con perros que se encuentran en la calle y reaccionan por distintas razones.

Al respecto, el portal “de ayuda mundial” Wiki How lanzó días atrás una serie de recomendaciones para saber cómo lidiar en estas situaciones ante uno o más perros que atacan a las personas.

En este suple, quisimos aportar también a la causa, para no equivocar el camino.

 

Protección

1- Para protegerse de un ataque no entres en pánico. Hay algo de cierto en el viejo refrán que dice que los perros y los otros animales pueden “olfatear el miedo”. Si te agitas y corres o gritas, puedes hacer que el perro se sienta más confiado cuando te ataque o, peor aún, puede considerarte una amenaza. Ninguna de estas situaciones es buena.

2- Ponte rígido y no te muevas. Cuando un perro se acerque, quédate completamente inmóvil con tus manos a los costados, como un árbol, y desvía la mirada. En muchos casos, el perro perderá el interés y se alejará si lo ignoras.

No agites los brazos ni patees, el perro puede percibir estas acciones como amenazantes.

No hagas contacto visual, ya que esto también podría hacer que el perro se lance contra ti.

Párate de costado al perro y mantenlo en tu visión periférica, en lugar de estar frente a él y hacer contacto visual. Esto le indicará al perro que no eres una amenaza.

No abras tus manos y tus brazos extendiéndolos cuando vaya a morderte. Mantén tus dedos doblados formando puños para evitar que te los muerda. El perro puede acercarse mucho, incluso olfatearte, sin llegar a morderte.

3- No trates de correr. Correr puede despertar el instinto cazador del perro que hace que persiga y atrape a animales. El podría perseguirte de forma enérgica incluso si su intención inicial solo era jugar. Además, no podrás correr más rápido que la mayoría de los perros. Incluso si estás en una bicicleta, muchos perros son capaces de atraparte.

 

4- Distrae al perro con otro objeto. Si el perro sigue amenazándote, ofrécele algo que pueda masticar, como tu mochila o una botella de agua, cualquier cosa menos tu brazo o tu pierna. Esto puede distraerlo lo suficiente como para darte algo de tiempo para escapar.

Puedes llevar golosinas o juguetes cuando viajes a áreas en la que sepas que hay perros peligrosos. Si un perro furioso se te acerca, arroja tus golosinas o juguetes lejos de ti. El perro podría perseguirlos en lugar de a ti.

 

Defensa

1- Enfrenta al perro y dale la orden “atrás”. Si el perro sigue comportándose de forma agresiva e ignorarlo o apaciguarlo ya no funciona, enfréntalo y ordénale con severidad que se vaya.

Usa una voz de mando fuerte, profunda y segura.

Continúa evitando el contacto visual.

El perro podría desanimarse o intimidarse e irse.

 

2- Respóndele a un perro que te ataca. Si el perro empieza a morderte, debes defenderte. Golpea o patea al perro en la garganta, la nariz y en la parte posterior de la cabeza. Esto paralizará al perro y te dará tiempo para escapar.

Puedes alzar la voz en este punto. Grita para pedir ayuda mientras respondas al ataque. Con suerte, otras personas te escucharán y acudirán a tu ayuda; sin embargo, evita gritar, ya que esto puede hacer que el perro intensifique su ataque.

No golpees al perro en la parte superior de su cabeza, ya que la mayoría de los perros tienen cráneos muy gruesos y solo harás que el animal se enfurezca más.

 

3- Saca ventaja de tu peso. Usa todo tu peso corporal para resistir al animal, en especial para empujarlo hacia abajo con los puntos sólidos de tus rodillas o tus codos. Los perros son violentos cuando muerden, pero no pueden luchar, así que trata de adoptar una posición ventajosa. Colócate sobre el animal y concentra tu fuerza en áreas como la garganta o las costillas mientras tienes cuidado de mantener tu rostro alejado del rango de sus garras y sus mordeduras.

 

4- Si caes al suelo durante el ataque, no solo es más difícil luchar contra el perro furioso, sino que las áreas vitales como tu torso, tu cabeza y tu cuello se vuelven más vulnerables a un ataque. Estos son los puntos más importantes de tu cuerpo que debes proteger, ya que las mordeduras en estos lugares infligirán el mayor daño.

Protege tus partes vitales, agachándote sobre tu estómago, encogiendo tus rodillas y llevando tus manos hacia tus orejas.

Resiste el deseo de gritar o alejarte, ya que estas acciones pueden incentivar más al perro.

 

5- Abandona el área de forma lenta y cuidadosa. Cuando el perro pierda interés en ti, deja el lugar del ataque lentamente retrocediendo sin realizar movimientos bruscos.

Permanecer calmado e inmóvil puede ser un verdadero reto para tu valor en una situación estresante como esa.

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