Mi perro vegano

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Mi perro vegano

Mientras muchos pretenden hacer que sus canes se alimenten de vegetales, está claro que esto puede significar un malestar. El carnívoro no puede prescindir de la carne, apuntan los especialistas

La preocupación por comer bien se ha extendido como la pólvora. La caída de la popularidad de los alimentos ultraprocesados y el auge en la concientización sobre los efectos que puede tener un consumo masivo de azúcares, harinas no integrales y aceites vegetales refinados en el organismo es sólo la punta del iceberg de un movimiento que algunos extienden a todo el género que deriva de los animales.

La máxima de las personas veganas es que éstos son seres iguales a los humanos, y por eso se niegan a consumir productos que procedan directa o indirectamente de ellos. Ni alimentos ni cosméticos ni útiles de limpieza, ni siquiera medicamentos desarrollados por laboratorios que testan sus posibles efectos secundarios en ratones o conejos, que son la mayoría. A pesar de que sin duda se trata de una elección personal, algunos extienden este modo de vida a aquellos que no tienen capacidad para decidir por sí mismos. Aunque son infrecuentes, existen dietas específicas para bebés, pero la fiebre va más allá: también se pueden encontrar perros veganos.

Sobre si este tipo de alimentación es la adecuada para unos animales que son por naturaleza carnívoros hay opiniones para todos los gustos, y los expertos y los dueños no se ponen de acuerdo. Veterinarios especialistas en alimentación sostienen que excluir la carne de las pautas alimenticias no es lo más recomendable, pero los dueños aseguran que después de seguir durante meses una dieta en la que los productos cárnicos están de más, los análisis de sangre de sus mascotas no muestran ninguna anomalía.

“No es adecuado para la especie. El perro es un animal muy adaptativo y lo puede llegar a tolerar, pero esto no significa que sea lo apropiado; es lo mismo que pasa con una persona que fuma cuatro cajetillas de tabaco al día, que puede llegar a vivir 90 años”, indica Mónica González Tovar, especialista en Nutrición y Dietética Veterinaria.

Los canes son carnívoros y por ello toda su fisiología está adaptada para captar los nutrientes esenciales de la proteína animal.

“Pueden asimilar como máximo un 30% de carbohidratos sobre el total de su dieta, pero esa no puede ser su única fuente de alimento. La proteína es muy importante, y la que procede de los vegetales no la digieren igual”, añade González Tovar, quien especifica que tanto la dentadura como la flora bacteriana y el tracto digestivo de los perros son los propios de los carnívoros.

El segundo problema viene en la adquisición de los aminoácidos esenciales.

“El pienso vegano suple estas carencias utilizando productos sintéticos, pero no es lo mismo. Ni se absorben igual ni tienen la misma función”, aclara.

Dentro de los dueños que eligen una alimentación vegana para sus mascotas se pueden distinguir dos tipos: los que optan por los productos frescos y los que recurren a los piensos procesados elaborados sin compuestos animales.

La polémica está servida. En uno de los artículos que publica en su página web, González Tovar llega a calificar esta práctica como una forma de “maltrato”.

“Por supuesto que soy animalista, soy veterinaria, pero un carnívoro es un carnívoro. Es el mismo maltrato que si le echas a un caballo día tras día un conejo muerto, pero la diferencia es que este perecerá porque no se lo va a comer”.

Como consejo, y partiendo de la base de que considera los motivos que llevan a las personas a adoptar una alimentación vegana totalmente “válida”, esta especialista recomienda adoptar animales “herbívoros y 100% veganos por naturaleza”, como los conejos.

Aunque en los perros las dietas veganas pueden no ser perjudiciales hasta el extremo, se advierte que en los gatos puede tener consecuencias fatales: “Ellos enferman antes porque tienen otro metabolismo”.

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