Con gol del exfortinero Maximiliano Villa, Alumni perdió 1-0 en Córdoba frente a Racing y sumó su segunda derrota en condición de visitante

Escribe Federico Gazzoli

Si Alumni de Villa María pretende ser protagonista en el Federal B deberá comenzar a sumar fuera de casa. Luego del triunfo del pasado domingo en su primera vez como local, ayer el equipo de Hugo Mattea sumó su segunda derrota como visitante en igual cantidad de presentaciones que tuvo en tierras ajenas. Esta vez su verdugo fue Racing de Córdoba, que lo venció 1-0 en el Estadio Miguel Sancho con gol del exfortinero Maximiliano Villa.

Durante los primeros minutos del encuentro, que se jugó con un interesante marco de público, el equipo villamariense se plantó en la cancha intentando estar bien ordenado en la zona defensiva para tratar de generar algún contragolpe, cediéndole terreno y pelota a un Racing que, obligado a ser protagonista por el empuje de su gente, intentaba atacar por los costados aprovechando la velocidad de Martín Gómez por derecha y de Villa en la izquierda.

En ese contexto, más allá de que durante los primeros minutos prevaleció la propuesta de los dirigidos por Francisco Silva, la chance más clara de gol fue generada por la visita cuando a los 16’ Patricio Peñaloza remató de zurda, débilmente y a las manos de Emiliano Rodríguez.

Después de esa ocasión, Alumni tomó entusiasmo y se animó a ser más protagonista. Así se adelantó notablemente en el terreno de juego, pero comenzó a perder en las pelotas divididas que se disputaron en el mediocampo y a partir de esa diferencia el dueño de casa empezó a ser superior desde allí y hasta el final de la etapa inicial.

La primera situación manifiesta de gol que creó el local vino tras un centro de Gómez desde la derecha, por el segundo palo llegó Villa y remató de primera con su botín izquierdo un balón que Jonathan Scalzo despejó mediante un gran vuelo (18’).

Más tarde, rosando la media hora de juego, Mariano Martínez metió un derechazo que el uno fortinero mandó al córner tras un manotazo que metió volando sobre su palo izquierdo.

Antes del descanso, Diego Palleres intentó con un tiro libre que Scalzo controló sin problemas (38’) y el mismo mediocampista volvió a inquietar con un zurdazo desde larga distancia que pasó cerca del palo derecho (42’).

La primera mitad finalizó con una marcada superioridad del equipo de la capital provincial, ante un Alumni que no le encontraba la mano al partido y que se veía superado en la mitad de la cancha.

La infalible “ley del ex”

Durante los primeros instantes del segundo tiempo pareció que Alumni recuperó la calma y que le había tomado los tiempos a Racing, de hecho Leandro Martínez inquietó con un remate desde larga distancia que fue dominado por Rodríguez, pero sobre los 8’ de juego el equipo de Mattea se olvidó que Gómez estaba en una gran tarde, lo dejó profundizar nuevamente y esta vez el habilidoso delantero no perdonó. El Pelado le ganó por derecha la posición a Nicolás Roca, hizo la pausa justa, colocó centro que Pérez Tarifa no llegó a conectar en el corazón del área y por el segundo palo apareció Villa para rematar de zurda y poner el 1-0 académico.

Un golpe que dejó tambaleando a Alumni durante varios minutos, pero el dueño de casa no supo aprovechar el nerviosismo y la desesperación del rival para ampliar su ventaja.

El partido luego entró en el territorio de la fricción y en ese momento tuvo que surgir la figura del referí Fernando Márquez, que hasta allí venía teniendo una tarde tranquila, para tratar de ordenar el asunto. Sin embargo, en la primera acción en la que tuvo que marcar su presencia (17’), el juez de San Francisco se equivocó al dejar pasar un codazo que Alejandro Luna aplicó sobre el rostro de Agustín Martellotto y que ameritaba claramente expulsión para el mediocampista central cordobés.

En la siguiente maniobra, tres minutos después, Franco Flores fue con los dos pies para adelante sobre la humanidad del ingresado Pablo López y se ganó la tarjeta roja.

Alumni se quedaba con un hombre menos justo cuando más necesitaba reaccionar y salir rápidamente del asedio rival y lo terminaría pagando caro. Más allá de que los de Mattea fueron decididos a buscar el empate, poco hicieron para inquietar sobre el arco de Rodríguez. Casi todas las ideas que surgieron desde su desesperación no se vieron plasmadas en oportunidades para llegar al empate y así, con el correr de los minutos, el dueño de casa se fue aferrando cada vez más a la victoria.

Silva movió el banco para darle más piernas y oxígeno a los suyos, Mattea introdujo variantes que no surtieron el efecto deseado y así el reloj fue corriendo sin que el Albirrojo pudiera volver el tanteador a pardas. Solamente estuvo cerca desde los pies de Matías Francucci, que terminó jugando como centrodelantero, pero un remate del defensor se fue apenas arriba del travesaño y, en la última bola de la tarde (hasta Scalzo había ido a buscar al área rival), el marcador central cabeceó en el área contraria una pelota que Rodríguez tapó brillantemente, aunque todo estaba anulado por posición adelantada.

Márquez pitó el final en el octavo minuto de descuento y desató la fiesta académica en Nueva Italia, mientras que Alumni se fue a las duchas con la cabeza gacha y la tristeza de una nueva derrota como visitante.