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Noche de 1900 recuerdos

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Noche de 1900 recuerdos
Altamirano recreó “Los amantes de Córdoba” frente a una pareja que interpretó el tema
Altamirano recreó “Los amantes de Córdoba” frente a una pareja que interpretó el tema

Tras el acto realizado frente a la exsede de la peña Ctalamochita, se desarrolló la segunda ceremonia en recuerdo de las Bodas de Oro del Festival.

Ante un gran marco de público, se homenajeó al compositor Daniel Altamirano, autor de “Los amantes de Córdoba”, cuyas primeras líneas refieren al mítico café La Madrileña.

Precisamente, frente al bar (que estrenó un cartel ornamentado para la ocasión), ubicado en calle San Martín, en plena área Peatonal, Altamirano junto a sus músicos recrearon aquella pieza escrita en 1972, mientras la pareja de baile de Julieta Tacconi y Roberto Zabala (del Instituto Integral de Arte) interpretaba coreográficamente la escena. Antes, el escritor y amigo del cantante, Eduardo Belloccio, introducía con sus palabras al “joven trovador de poesía profunda”. En tanto, Altamirano, antes de regalar “Dios a la una”, recordó que “en este bar pasábamos el tiempo antes de actuar en el Festival, con Chango Nieto, Los Tucu Tucu, entre otros”.

Beatriz y Susana Colombero

“Somos las chicas del balcón…”

Hernán Figueroa Reyes había escrito en la “Zamba para Villa María”: “Y de balcón en balcón / la copla se vuelve fiesta”.

Era extraño que a fines de los 60 la Villa tuviese balcones. Pero efectivamente, frente a donde funcionaba la peña Ctalamochita se hallaba la casa de la familia Colombero, donde las pequeñas Beatriz y Susana escuchaban desde sus dormitorios, ubicados en la planta alta, cómo los músicos canturreaban hasta altas horas de la madrugada en la cuadra del frente. “Somos las chicas del balcón”, comenta Susana a EL DIARIO, quien alquila ahora el piso superior de la casona a unas jóvenes. “Abajo, nuestro padre tenía su negocio y nosotras veíamos a los artistas como Figueroa Reyes, que salían de la peña, pero nunca entramos, porque éramos muy chicas”, acota. También recuerda que en la Ctalamochita antes residía un odontólogo de apellido Villagra y luego se convirtió en un restaurante.

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