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“Nunca dejé de lado la idea de ser intendente”

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“Nunca dejé de lado la idea de ser intendente”
RAUL “RALLY” COSTA

Nació en Villa María, el 15 de enero de 1961. Es abogado, casado, dos hijos. Empezó su militancia en el peronismo durante su paso por la Universidad de Córdoba. Fue uno de los integrantes del Ateneo Arturo Jauretche en Villa María, fue presidente de la JP. Entre los cargos partidarios estuvo al frente del Consejo de Circuito y del Consejo Departamental. Hoy, es congresal provincial del PJ. De 1995 a 1999 fue concejal, luego por dos años senador provincial. Fue candidato a intendente de la ciudad en dos oportunidades. En 2011 fue electo convencional constituyente, de 2003 a 2007 integró la bancada oficialista en la unicameral, durante el primer gobierno de Juan Schiaretti presidió la Secretaría de Ambiente, en la actualidad es director y vicepresidente de Lotería de Córdoba

RAUL “RALLY” COSTA
RAUL “RALLY” COSTA

Escribe Nancy Musa
De nuestra Redacción

Para los que lo conocen es el Rally, un buen tipo que no guarda rencores y ha sabido ponerle el cuerpo con calma a los momentos más complejos de su carrera política. Es el mismo que un día decidió, a puro coraje, enfrentarse con la poderosa estructura de Eduardo Accastello y romper con una amistad de años. Es el Rally, el que no tiene problemas en confesar que en la escuela fue un rebelde o un indio total, la contraparte de un hermano “estudioso y aplicado”. Es el Rally, el de la sonrisa permanente, el optimista, el que se divierte recordando anécdotas y disfruta cada minuto con su familia.

Sí, es el Rally, un tipo que se siente orgulloso de ser peronista, que asume sus errores y no abandona su sueño de llegar algún día a la Intendencia, aunque las circunstancias hoy lo hayan llevado por otro camino.

-¿Cómo está viviendo esta etapa de ser vicepresidente de Lotería de Córdoba?

-Una experiencia interesante, para mí novedosa, nunca estuve vinculado a la industria del juego, pero en política tenés que estar preparado para lo que te ofrezcan o para donde haga falta.

El gobernador estimó que yo era útil ahí, y ahí estoy. Me gusta, me siento cómodo, estoy trabajando muy bien en el marco de un directorio donde somos cinco personas y tratando de hacer todos los días lo mejor para que la gestión del Gobierno provincial, en lo que a nosotros nos compete, sea lo más óptima posible.

-¿Están logrando resultados satisfactorios?

-Sí, creo que lo estamos logrando porque hemos mejorado los números con relación al año pasado, hemos mejorado las ventas, estamos terminando el hotel de Ansenuza que generó alguna polémica, lo estamos terminando de la mejor manera posible, se han agregado programas sociales merced a la mejora de nuestra recaudación, se ha elevado entre un 20% y 30% lo que se deposita en acción social, aspiramos a que ese mismo porcentaje se repita el año que viene. Así que estoy muy cómodo y haciendo la mejor gestión posible.

-¿Villa María y su región es muy fuerte en el ámbito del juego?

-No hay una realidad distinta por región, es muy homogéneo, en toda la provincia tanto la incidencia del juego legal como el ilegal es muy igualitaria. Nosotros tenemos delegaciones regionales en toda la provincia y la recaudación es muy similar, no hay una región que sobresalga sobre la otra. Hay una masa de dinero que se juega en toda la provincia, que puede fluctuar y se va para determinado juego porque se pone de moda.

La mayor masa hoy va al Quini 6 y a las tragamonedas. Y la quiniela que tiene su público tradicional.

-La movida que están haciendo con el juego ilegal…

-Eso fue una instrucción del Gobierno que tiene su base en lo que hablábamos recién, el 100% del producido del juego en la provincia se destina a la acción social. Si nosotros vemos que aproximadamente el juego ilegal mueve en la provincia 1.400 millones de pesos al año, es un monto que no va a la acción social.

Entonces esa es una razón fundamental por la que estamos atacando al juego clandestino, queremos que la gente juegue oficial para que ese dinero de los que no ganan se destine a ayudar a otros cordobeses que lo necesitan.

-¿Cuántos procedimientos llevan realizados?

-Nosotros llevamos hechos 32 ó 34 procedimientos y todos han sido exitosos y es un dato que es bueno que la gente lo sepa. Nosotros habilitamos un 0800, allí se hacen las denuncias y después de una etapa de investigación hacemos el procedimiento y todos fueron exitosos.

O sea que la actividad existe y tratamos de combatirla, no con el ánimo de desterrarla porque es tan vieja como el juego mismo, pero sí por lo menos de generar conciencia en el apostador.

Y en esto tengo que aportar otro dato muy importante que felizmente no es el caso de Villa María. Aquí se hicieron varios procedimientos y no se detectó nada de lo que voy a decir.

En algunos procedimientos se encontraron elementos de delitos mucho más importantes que el juego clandestino (que es una contravención), como el narcotráfico y la trata de personas.

Habiendo comprobación semiprobada del juego con delitos muchos más graves, en algunos lugares, es una motivación más para seguir haciendo estos procedimientos y pasar todo a la Justicia.

-¿Vamos a la faz partidaria, en qué situación se encuentra el PJ cordobés en este momento?

-El primer año de gobierno es precisamente de gestión, no ha sido un año de política. De manera que la actividad partidaria provincial está un tanto aletargada. El partido ha tenido pocas reuniones, se han renovado las autoridades partidarias y no hay una actividad plena que es la que da los procesos electorales.

Por supuesto esto a partir de marzo va a cambiar porque el año que viene hay una elección que para algunos no es tan importante, pero para mí tiene una gran significancia.

Porque estas elecciones de medio término se utilizan para, por un lado evaluar a los gobiernos y por otro castigar o no al gobernante de turno.

Y como integrante del Gobierno provincial aspiro a que tenga un fuerte respaldo en las urnas. Y a nivel nacional todavía no está claro el rol que va a jugar el peronismo de Córdoba pero creo que será un rol opositor porque el peronismo tendrá sus representantes a la Cámara de Diputados.

-¿De la Sota qué rol está jugando en esta etapa?

-No ha tenido demasiada incidencia porque como vos sabés bien, ha estado en el exterior y ha retornado recién en estos días y no ha hecho ningún pronunciamiento. Cuando uno ve que los medios dicen que será candidato o no, son especulaciones. El no ha dicho nada, se fue a mitad de año a España y retornó en estos días.

Ahora todos estamos esperando el pronunciamiento de Schiaretti y De la Sota que son los máximos referentes, para ver el posicionamiento del peronismo en las elecciones del año que viene.

Se lo observa a De la Sota mucho más opositor al Gobierno nacional que Schiaretti, pero esto no significa para nada que Unión Córdoba el año que viene no vaya con una lista opositora, pero una oposición constructiva, con propuestas o aportes como hizo siempre.

-¿Qué mirada tiene sobre el peronismo a nivel nacional siendo que todavía están latente los 12 años del gobierno de Néstor y Cristina?

-Los últimos 12 años han sido muy fuertes, van a seguir teniendo resonancia en los próximos meses o en los próximos años. Yo nunca milité en las filas del kirchnerismo, pero creo que como tal va a seguir existiendo, ya no como una expresión mayoritaria del peronismo, posiblemente como una expresión minoritaria.

Pero va a seguir existiendo porque esos 12 años han marcado a toda una generación, de muchos jóvenes que militan convencidos.

Particularmente, el peronismo se encuentra en una etapa de recuperarse de una derrota electoral, algunos se sintieron más parte de la derrota, y después viene la reorganización para llevar a 2019 el mejor candidato, las mejores propuestas.

-De cualquier forma el peronismo cordobés sigue siendo uno de los ganadores.

-Es muy fuerte y cada vez más. Por eso decía que la elección del año que viene para mí es muy importante, porque si vuelve a imponerse en el marco de lo que fue una avalancha de votos para Macri, seguirá dando señales muy claras. Así se marcó cuando De la Sota fue el candidato, luego con Massa y finalmente en Río Cuarto cuando Macri en la plenitud de su popularidad perdió con el candidato del justicialismo.

No es menor la fuerza que tiene el peronismo cordobés y me sigo lamentando que pasen los años y no podamos imponerla a nivel nacional, pero como peronista trato todos los días de cuidar eso.

-¿Cuándo comenzó a identificarse con el peronismo?

-Supongo que desde muy chico, yo tenía en mi casa una especie de dicotomía. Mi viejo era peronista y si bien no era militante, era un peronista comprometido y llegó a tener problemas por la actividad que hacía de la publicidad callejera con el Gobierno militar.

Y mi vieja era de familia radical, muy radical. Esa dicotomía estaba bien planteada en las elecciones del 73, donde yo todavía no votaba y recuerdo bien marcada esa dicotomía.

Supongo que ha sido mayor la influencia de mi viejo, lo cierto es que desde chiquito empecé a leer y a interesarme por la causa del peronismo.

Y otra cosa que me marcó mucho fue la muerte de Perón y recuerdo haber regresado de la escuela y ver a mi viejo en la forma que lloraba.

O sea que la militancia en el peronismo la tuve siempre y nunca la dudé, ni aun cuando tuve que ser candidato a intendente por otro partido, ni aun así dejé de ser afiliado al peronismo. Si no lo dejé de ser en esas circunstancias extremas, no lo voy a dejar de ser nunca.

-Siendo niño y escuchando las voces del antiperonismo, que eran muy fuertes, ¿qué es lo que lo atrapó del peronismo?

-No tengo duda que esa cosa tan vinculada a los trabajadores, a los más humildes. A lo mejor por la edad no tenía la capacidad de discernir si eso era demagogia, si estaba bien o mal, pero llegaba a mi corazón, llega hoy al corazón, como no abrazar causas que defiendan a los que no tienen y eso siempre lo encarnó el peronismo. El peronismo hizo una bandera de eso y otros partidos no.

Esos valores, las históricas banderas del justicialismo me atraparon.

-¿Y la política le gustó siempre, desde chiquito?

-Siempre me gustó. Si bien de chico es muy poco lo que se puede hacer y pienso que influyó a la hora de elegir la carrera de Abogacía. Porque en aquel tiempo todos los presidentes y gobernadores eran abogados. Un poco por eso y porque veía que la Facultad de Derecho tenía que ver mucho con lo político. Lo pienso ahora a raíz de la pregunta tuya (se ríe), nunca me lo había planteado.

-Su infancia ¿qué recuerdos tiene, cómo la vivió?

-Pienso que ha sido la típica infancia de clase media. Mi viejo laburó toda la vida, mi vieja era ama de casa y lo acompañaba a mi viejo, la perdí pronto pero hasta donde yo recuerdo lo acompañaba en todo a mi viejo. Mi viejo laburaba con la publicidad callejera, tenía tres estancieras y andaba todo el día en la calle, me crié en ese ambiente de trabajo y con mucho fútbol en los campitos. Vivía en el bulevar Sarmiento, al frente está el barrio Rivadavia, hoy cuesta encontrar un campito pero en ese momento había cientos y yo me los conocía a todos (risas).

Terminaba de jugar en uno y me iba a otro. Era salir de la escuela y hasta que se hacía de noche todo fútbol.

-¿Con su hermano era muy compañero?

-Sí, con las peleas propias de dos hermanos varones que se llevan menos de dos años. El es más grande, pero fuimos muy compinches, él también era muy futbolero.

-¿Cuándo piensa en esa Villa María del campito, de jugar a la pelota con los vecinos y la ve ahora, le genera algún sentimiento en especial?

-Sí, por supuesto. Hoy Villa María es una ciudad, hermosa, después podemos discutir cómo llegó a esto, pero hoy es una gran ciudad y para mí es el mejor lugar para vivir. He conocido otros lugares del mundo pero no cambio ninguno por Villa María. Es el mejor lugar para vivir en el mundo, siempre lo digo.

Indudablemente cambió muchísimo desde mi infancia a hoy. Hablo de la cancha Sarmiento donde ahora es la Terminal, del bulevar Sarmiento que era de tierra, imaginate, jugábamos al fútbol en el bulevar porque pasaba un auto cada tanto.

Hablamos de la sirena de Baudino, de cuando ir al Sport era ir al campo, o ir a lo que es hoy el barrio Santa Ana era toda una aventura entre cañaverales. Y yo que era muy indio… nos gustaba ir al desagüe y era toda una aventura.

Cambió muchísimo. De aquella pequeña ciudad de inmigrantes, y me remonto a sus comienzos. Vos pensá que los primeros cuatro intendentes que tuvo Villa María eran extranjeros. No es casual, fueron tres italianos y un español y es porque en los primeros años de la ciudad no había argentinos. Son los que vinieron a fundarla y poblarla, eso se mantuvo en las décadas posteriores. Por eso pensá que de aquella ciudad de inmigrantes llegamos a lo que es hoy, una ciudad universitaria, pujante, con una zona muy rica, una ciudad que si sabemos explotar la situación geográfica tenemos muchas cosas por aprovechar. Es una ciudad bendecida.

-¿Tiene alguna anécdota de la infancia que le haya quedado muy grabada?

-Muchísimas, muchas vinculadas al deporte, al fútbol y a los amigos. Muchísimas. Una que viene muy rápida, una de las cosas que más hacíamos eran las carreras de bicicletas dando vuelta a la manzana, y nos caíamos mucho, chocábamos vecinos, las mujeres que se sentaban en la vereda nos puteaban porque les pasábamos a pocos centímetros de los pies (risas).

Y recuerdo que un vecino en una de estas andanzas se cae en una esquina, andaba con pantalones cortos y se cae arriba de un hormiguero, de hormigas rojas. Edgardo Verderone, lo voy a quemar (se ríe), y salió gritando, imaginate, llorando.

Las anécdotas del Mar Rojo, porque nunca se sabía cómo terminaban los partidos porque los arcos eran dos ladrillos y las discusiones si pasó más acá o más allá, si el arquero era petiso, todos pasaban por arriba (risas).

-¿Era buen alumno o era medio indio?

-(Risas). Indio total. Ese fue un karma en mi infancia, porque mi hermano que iba dos años antes que yo era excelente y lo sigue siendo, todo prolijidad, educación, estudio y dejaba una huella. Ibamos a la Escuela Alberdi, y en el secundario a la Anselmo Ocampo. Y como yo iba detrás de él, cuando llegaba el primer año las maestras decían “ay, el hermano de Alberto, debés ser como él, buen alumno” y yo era un desastre (se ríe).

Terminaba la clase y llegaba a mi casa con el guardapolvo roto, me ensuciaba porque me ponía a jugar al fútbol, en un tironeo se me perdía algún botón, perdía las carpetas.

Pasaba de grado, pero creo que era porque tenía mucho gancho (se ríe). Me debo haber hecho querer por las maestras, más la influencia de mi hermano que era tan buen alumno (se ríe).

-¿Cuándo se empezó a ordenar un poco?

-Antes de responder eso te digo algo. Mi viejo fue muy participativo en las escuelas, una vez me tocó ser abanderado y creo que fue una gestión de él. Nunca vi una bandera de cerca y de pronto en el último acto de la primaria, aparecí yo de abanderado, tengo la foto, pero no me explico cómo (risas).

Algunas maestras de mi época se acordaban de eso, voy a nombrar una que quise mucho. María del Carmen Comini, siempre me decía que entré siendo un desastre y terminé siendo un desastre, “no seguiste el ejemplo de tu hermano me decía” (risas).

Y vos me preguntaste cuándo me encarrilé. En el secundario seguí siendo un desastre, yo tenía cierta facilidad para aprobar las materias, o sea que varias veces hice lo imposible para llevármelas, una cosa insólita (se ríe). Con Caligrafía hice lo imposible para llevármela, hacía la letra mal, no hacía las tareas, te juro (risas), rebeldía, no sé qué era.

Seguía siendo revoltoso, todos los años terminaba con las amonestaciones al límite, supongo que en la facultad me debo haber empezado a ordenar.

-¿Cuándo decidió ser abogado?

-Muy sobre la hora, en los últimos meses del secundario. No tenía claro ninguna carrera en particular y fue muy al borde. Te quiero agregar que mientras la tuve viva, la que más sufrió con mis cosas fue mi vieja. Porque mi viejo creo que se divertía, pero a mi mamá la debo haber hecho sufrir mucho, porque recuerdo que mi hermano era un ejemplo, iba peinado al colegio y volvía con el mismo peinado.

En cambio yo creo que la hice sufrir con mis desastres. Y en la facultad la carrera me fue gustando y la terminé a full, yo hice dos años en uno. Y es más, siempre cuento que me recibí con diez, cinco y cinco, porque las dos últimas materias las rendí el mismo día y me saqué dos cinco (risas).

Me recibí con cinco a las once de la mañana y tuve que ir rendir la otra sin corbata, porque en aquel tiempo se iba a rendir con saco y corbata.

Como todos se recibían con Internacional privado y muy pocos sabían que a mí me quedaba otra el mismo día, entonces cuando termino de rendir la primera todos vinieron con los huevazos, me cortaron la corbata y yo gritaba paren que tengo que rendir la otra (se ríe).

Me fui al departamento a cambiar la ropa y volví a rendir Navegación.

-Ahí comienza su militancia activa política.

-Sí, y se hace mucho más activa cuando vuelvo a Villa María ya recibido y con un grupo de compañeros fundamos el Ateneo Arturo Jauretche.

-¿En algún momento se planteó qué errores cometió para no llegar a la Intendencia en 2007 estando tan cerca?

-Y sí, uno comete errores permanentemente, quien no reconozca esto es un necio, en la política y en la vida siempre se cometen errores y debo haber cometido muchos. Lo que hice en ese momento fue en parte un acto de rebeldía y también un acto de justicia para un montón de compañeros que habíamos sido defraudados.

Luego, mirado a la distancia tal vez haya sido un error porque si me hubiera quedado dentro del esquema, me hubiera quedado callado, a lo mejor en ese turno electoral no era intendente, pero muy probable en el siguiente o ahora que es Gill y viene del mismo equipo.

Puede haber sido un error pero una cosa es un error y otra un arrepentimiento.

No me arrepiento de lo que hice, para nada, porque fue un acto que revalorizó la política, en lo personal me dio muchas satisfacciones, a veces en política se gana perdiendo, se gana respeto, consideración y creo que gané en eso a partir de la voluntad de enfrentar el poder del accastellismo, vinculado al kirchnerismo en la cresta de la ola y era prácticamente suicida enfrentar eso.

Yo lo enfrenté y no me arrepiento.

-¿Su relación hoy con Eduardo Accastello existe o es nula?

-Existe, creo que los dos hemos pasado por un montón de cosas, no vamos a volver a ser amigos nunca, pero nos encontramos en la calle y nos saludamos cordialmente.

Creo que ya pasó, como también ocurre y lo digo de corazón que ahora que él está pasando por algunas dificultades judiciales algunos vienen y me dicen “estarás contento que tu adversario pase por esto” y no, para nada.

Me entristece que algún exfuncionario o compañero tenga problemas porque la política se degrada, porque los efectos negativos nos afectan a todos.

Si la expresidenta o un exintendente terminan presos nos degrada a todos, aún a los que hemos militado en contra de esa persona porque degrada a la actividad política y no me puedo alegrar por eso.

Y en lo personal, porque fue un momento de la vida política que ya pasó y no tengo ni rencor, ni deseos de que le vaya mal y la relación es cordial.

-¿Dejó de lado el deseo de ser intendente?

-No, nunca lo voy a dejar de lado. Siempre lo dije, y a vos te lo dije muchas veces, que es el cargo más honorífico que existe en la política. Vos podés llegar a ser presidente y el 90% de la población no te conoce personalmente, lo mismo un gobernador, con buenas campañas publicitarias y un partido detrás llega, pero para ser intendente se requiere de otras cosas.

A vos te tiene que votar la maestra que te tuvo en la escuela, la vecina que sale a barrer la calle y sabe a qué te dedicás, el que te debe o vos lo debés, es el cargo más honorífico ser intendente de Villa María.

Nunca lo voy a dejar de lado, pero si vos me preguntás, si tengo la misma pasión o la misma voluntad de dar pelea como la tuve en 2007, te diría que no. Pero en el fondo nunca voy a dejar de tener esa idea, con lo cual estoy dejando la puerta abierta de volver a intentarlo.

-¿El Partido Villamariense sigue activo?

-Sí, vive, existe. Tiene por cuatro años autoridades constituidas, preside Federico Sanz, tiene un consejo político, sus estructuras y si bien nunca lo integré soy en todo caso su referente, estoy al tanto de su vida interna.

Integra el Consejo de partidos políticos y es una decisión que debemos agradecerle al intendente Martín Gill porque en principio se armó con los partidos que habían participado en la última elección, pero nosotros planteamos que teníamos vida propia y lo entendió y nos dio plena participación.

-¿La relación con Darío Capitani continúa?

-Sí, y sigue siendo buena, él fue concejal en la lista mía, cuando todos decían que iba a asumir y nos iba a dar la espalda, no lo hizo, lo hicieron otros antes, y eso siempre lo valoré.

Tenemos una muy buena relación que va más allá de la política, va a lo personal, a lo familiar, nos hemos juntado en oportunidades a comer, ahora lo veo poco porque estamos muy ocupados, pero seguimos en contacto telefónico.

-¿Qué piensa de las personas que lo traicionaron después de llegar a una banca en su lista?

Mirá, hoy es tan común eso en la política. En su momento me dio bronca, obvio, pero hoy es tan común, se ven traiciones todos los días. En todo caso si de algo puedo jactarme es que estuve siempre en el mismo lugar, creo no haber cambiado en mi forma de pensar ni en mi lealtad al peronismo. Quien ha cambiado, por así decirlo, a esta altura qué te puedo decir.

Borocotó fue famoso porque fue el primero, pero fue un santo a la par de los pases que se hacen ahora.

Que hagan su vida, el que traicionó ni siquiera sé a qué se dedica hoy, han desaparecido de la política y tal vez fue una consecuencia de aquello.

El que traiciona o hace las cosas de malas artes, fijate la realidad política de cada uno y medí cuánto beneficio te da traicionar.

-¿Le sorprendió que Nora Bedano se vaya de su bloque y se sume a Unión por Córdoba?

-No, porque lo venía viendo desde hace meses. Ahí tenés otro ejemplo, ella traicionó a la gente que la votó en este caso y no me sorprendió porque desde el momento mismo que asumió le vengo viendo actitudes muy cercanas a la posición de Unión por Córdoba.

Si lo hace desde la convicción bienvenida sea, si lo hace sólo desde la conveniencia serán sus compañeros los que le deberán reclamar, no es cuestión mía, a mí no me compete para nada.

-¿Qué análisis hace sobre el PJ villamariense en la actualidad?

-Sigo creyendo que debe abrirse mucho más, debe tener una actitud, que la empieza a tener de algún modo, pero que debe acentuarla y abrirla a todas las expresiones del peronismo y no sólo a los afines de quien conduce.

Y voy a poner un ejemplo muy claro, fue un error haberlo llevado a Moreno y a Milani al partido porque quienes estamos lejos de Moreno y Milani nos alejamos aún más. ¿Qué ganas podemos tener de ir a una reunión partidaria después de que hayan estado estos dos personajes que nada tienen que ver con el peronismo, al menos con el que milito?

Creo que tienen que tener otras actitudes que nos pueda involucrar más a todos. Si bien hubo una apertura y compañeros míos integran la lista, este tipo de actitudes obedecen a épocas pasadas y no terminan de brindar una apertura completa.

Apertura que sí observo en el intendente Gill.

-¿Qué mirada tiene sobre la situación del país hoy?

-La veo complicada. Creo que el Gobierno nacional ha llegado con una gran expectativa de la gente y esa expectativa no se está cumpliendo. Muy complicada en lo económico, creo que los apoyos se le van diluyendo, si ha logrado mantenerlos en un año de gestión ha sido más por la presencia de la expresidenta que sigue apareciendo en los medios y saturando a buena parte del electorado que lo ve a Macri como la antítesis de aquello, pero con cada día menos espalda propia y menos apoyo genuino.

Veo que no acierta con las políticas que le den mejor bienestar al pueblo argentino y mejor calidad de vida.

Creo que ha gozado de un apoyo durante un año calendario, que es mucho tiempo, más por cuestiones ajenas que por las propias y ese apoyo se va a ir diluyendo si no acierta.

Y eso lo veo con mucha preocupación porque uno quisiera que le vaya bien.

-Sin embargo la provincia lo apoyó masivamente a Macri.

-Porque fue muy grande el desprecio que le hizo la expresidenta a Córdoba durante muchos años. Fundamentalmente por eso, porque la expresidenta se cansó de basurear a Córdoba como provincia.

Y Córdoba es una provincia muy especial.

-¿Qué diferencia ve entre De la Sota y Schiaretti?

-Son estilos diferentes, pero los dos han luchado por los intereses de los cordobeses y por privilegiar los intereses de la provincia, jamás se doblegaron.

Pero en la concepción ideológica y de unidad de gestión tienen una concepción uniforme.

-Usted dijo que le entristecía ver que no se pudiera solucionar las desigualdades ¿por qué no se pueden solucionar?

-No sé, me entristece y me siento parte de ese fracaso porque con toda la militancia que tuve, con todos los cargos, cuestiono si realmente hice lo necesario para que se solucione.

Cómo no me voy a sentir entristecido si después de 33 años la pobreza va en aumento, la inflación va en aumento, la desocupación ha crecido y me siento mal, me siento parte de ese fracaso, es una gran deuda que tiene la política y ojalá la podamos saldar.

Soy optimista, estoy convencido que nunca más vamos a tener un golpe de Estado, y creo que la corrupción, los fracasos, las traiciones, los malos gobiernos generan conciencia y posiblemente podamos subsanar los errores. Y ojalá en las épocas venideras podamos ser lo que tenemos que ser con toda la potencialidad que tiene nuestro país.

 

Soy optimista

-¿Qué dirigentes jóvenes vislumbra para el futuro?

-Me voy a referir a los cordobeses, el peronismo hoy tiene un montón de intendentes, legisladores y empiezo con el vicegobernador: Martín Llaryora y sigo con Martín Gill; el intendente de Alta Gracia, Facundo Torres; el intendente de San Francisco, García Aresca; el de Río Cuarto, Llamosas; Rodrigo Rufeil, por nombrar los de ciudades grandes, pero hay muchos. Hay en el peronismo una generación de dirigentes de 35 a 45 años muy interesante y eso lo veo con optimismo.

-¿Qué decepciones fuertes tuvo, de esas que no se olvidan?

-Creo que ninguna tan fuerte que me haya generado un trauma. Hablábamos recién de las traiciones, obvio que en su momento fue una decepción, que una persona que está al lado tuyo y te genera confianza de la noche a la mañana y por cuestiones que uno intuye que tienen que ver con lo monetario te deja y va con quien le satisface esa necesidad de plata, obviamente que te decepciona, pero nada que me quite el sueño.

-La última, ¿qué sueño tiene por cumplir?

-Ni lo pienso, creo que el ser intendente de la ciudad ojalá sea un sueño que tengamos todos, qué puede ser más lindo que representar a tus vecinos. Ese es el sueño y seguirá siéndolo, más allá que la realidad política haga que uno prefiera otra cosa.

 

Opiniones

Mauricio Macri

Lo tocó la varita mágica de una Cristina desquiciada y de un kirchnerismo que había cansado a la gente y sólo por eso llegó a ser presidente.

No creo que repita, no creo que la varita mágica lo vuelva a tocar.

 

Juan Schiaretti

Mi referente en la política, sobre todo en los últimos años. Un compañero muy leal y un excelente gobernador.

 

Martín Gill

Compañero de militancia desde aquellas épocas de la juventud, le auguro y le deseo la mejor de las Intendencias.

Lo voy acompañar en todo cuanto pueda para que así sea.

 

Me gusta

Disfrutar de los amigos

 

Me encanta

Disfrutar todos los momentos posibles con mi familia

 

Me divierte

Los partidos de Boca, los veo a todos aunque a veces los sufro

 

Me entristece

La injusticia, la desigualdad social. Han pasado 33 años de democracia y seguimos con los mismos problemas

 

Me enoja

Me da impotencia la falta de soluciones a la desigualdad. Me pone muy mal. También me enoja la falsedad y la mentira.

 

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