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Otro condenado por no cumplir una orden de restricción judicial

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Otro condenado por no cumplir una orden de restricción judicial
Como en octubre de 2015, Guillén volvió a sentarse ayer en el banquillo de los acusados de la Cámara del Crimen local, recibió su segunda condena y fue declarado reincidente (foto de archivo)

Cristian “Chucky” Guillén recibió una pena de cinco meses de prisión por hacer caso omiso a la disposición de la Justicia, pero como estaba debiendo parte de una condena anterior por un “robo calificado”, se le impuso una sanción unificada de dos años

Como en octubre de 2015, Guillén volvió a sentarse ayer en el banquillo de los acusados de la Cámara del Crimen local, recibió su segunda condena y fue declarado reincidente (foto de archivo)

Un joven cordobés domiciliado en Oliva fue condenado ayer a cinco meses de prisión de cumplimiento efectivo por incumplir una orden de la Justicia que le impedía acercarse a su pareja, pero como tenía pendiente parte de otra sanción penal, recibió una pena unificada de dos años de cárcel, con declaración de reincidencia.

Cristian Adrián Guillén (22) fue juzgado en la Cámara del Crimen de Villa María por hechos de “lesiones leves” y “desobediencia a la autoridad”, ocurridos en marzo y abril de 2016, respectivamente, aunque fue absuelto por el primero de ellos.

Guillén, apodado “Chucky”, está detenido desde que las autoridades judiciales establecieron que continuaba relacionándose con Mara Micaela Acuña (27), pese a que se había dictado una orden que le prohibía encontrarse o mantener cualquier tipo de contacto con la mujer, con la que tiene una hija de corta edad.

En rigor de verdad, tanto él como Acuña hicieron caso omiso a la disposición legal, por lo que ambos fueron procesados por “desobediencia a la autoridad”, sólo que ella no llegó a sentarse en el banquillo de los acusados porque solicitó una “probation” o suspensión del juicio a prueba.

En cambio Guillén quedó detenido porque se encontraba con “libertad condicional”, luego de cumplir parte de una condena de tres años de cárcel por dos hechos de “robo calificado por escalamiento”, uno de ellos en grado de tentativa.

 

Primera condena

Para más datos, el 16 de octubre de 2015 este joven trabajador de la construcción nacido en la capital provincial fue juzgado en los Tribunales villamarienses junto a Walter “Lagrimita” Burdino, también domiciliado en Oliva, por tres hechos delictivos perpetrados en aquella ciudad en marzo de 2014.

Ambos convictos recibieron la misma pena, aunque con distinto resultado: Burdino fue declarado reincidente y todavía se encuentra alojado en la cárcel de barrio Belgrano, mientras que Guillén pasó un año y cinco meses entre rejas y pudo recuperar la libertad porque aquella fue su primera sanción penal.

Luego de obtener la “condicional”, Guillén reanudó la relación sentimental con Acuña, pero después de unos meses ella lo denunció por hechos de violencia familiar y la Justicia ordenó la restricción de acercamiento.

En marzo del año pasado incluso fue acusado de haber golpeado a la pequeña hija de ambos, pero durante la audiencia de la víspera fue absuelto por el “beneficio de la duda” ya que las pruebas colectadas en el expediente eran insuficientes.

Guillén negó ese hecho y tanto el fiscal Horacio Vázquez como la asesora letrada Silvina Muñoz coincidieron en pedir la absolución con respecto al delito de “lesiones leves”. Sin embargo, admitió su responsabilidad penal con respecto a la “desobediencia a la autoridad”, lo que derivó en la condena a cinco meses de prisión por ese incumplimiento judicial.

A la hora de los alegatos, el fiscal Vázquez pidió que esa sanción de cinco meses se unificara en dos años con el año y siete meses que estaba debiendo del juicio anterior (pena que finalmente se aplicó y que completará en abril de 2018), mientras que la defensora oficial solicitó una condena única de un año y nueve meses.

Como lleva 13 meses “a la sombra”, Guillén podrá solicitar la “libertad asistida” cuando falten seis meses para el cumplimiento total de la pena, es decir a mediados de octubre próximo. Claro que para que se le conceda dicho beneficio excarcelatorio, deberá observar buena conducta y, en su momento, sortear con éxito una pericia psicológica que determine que está apto para reinsertarse socialmente.

Cabe añadir que, en la actualidad, el ahora convicto reincidente y Acuña siguen siendo pareja, e incluso ella está embarazada y espera un segundo hijo de Guillén.

El juicio oral y público fue presidido por René Gandarillas, mientras que Marcela Mattalía intervino como secretaria.

 

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