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Para la Asamblea, las entradas de cortesía no deberían existir

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Para la Asamblea, las entradas de cortesía no deberían existir

La Secretaría de Prensa de la Asamblea contra la Corrupción y la Impunidad envió un comunicado a nuestra Redacción, dando su opinión sobre la intención manifestada por el hijo de una funcionaria de vender por Internet entradas de cortesía para el Festival de Peñas.

“En la mañana del día martes 9 de febrero nos desayunamos con la noticia de que el hijo de la auditora general de la ciudad, Alicia Peressutti, ofreció vender por Internet dos entradas de cortesía que la Municipalidad le entregara a dicha funcionaria para concurrir al Festival Internacional de Peñas en la noche de apertura.

Como es sabido, la señora Peressutti logró ser candidata a auditora general de la ciudad por su relación con instituciones intermedias y organizaciones sociales, lo que enfatizaría su compromiso con la verdad y la justicia e implicaría coetáneamente una actitud de defensa de la moral social que se encuentra hoy en abierta lucha contra la corrupción y la impunidad.

Aún cuando algunos legisladores califican el hecho como una ‘travesura familiar’ o ‘un grave error que no debe suceder’, lo cierto es que el hecho desnuda varias situaciones.

En primer lugar, las entradas de cortesía no deberían existir. Los funcionarios municipales deberían pagar por asistir al Festival como cualquier otro vecino.

En segundo lugar, de estimarse que para la inauguración se deben dar entradas de cortesía, éstas deberían ser personalizadas e intransferibles. No resulta correcto que los funcionarios regalen las entradas a sus familiares, amigos o vecinos. La entrada de cortesía se otorga por la función pública de la persona favorecida, no para favorecer a sus hijos o conocidos. Es incorrecto otorgar entradas de cortesía impersonales, que pueden ser usadas por terceros, a título gratuito u oneroso, por lo que se debe terminar con esa práctica.

En tercer lugar, ¿si el señor Picatto hubiera vendido las entradas sin ofrecerlas por Internet, acaso alguien se habría enterado? ¿No habrá sucedido lo mismo con otras entradas? ¿Acaso las butacas estaban ocupadas sólo por funcionarios?

p4 f2 entradas festivalEn definitiva: la conducta del señor Picatto denota el grado de corrupción existente en algunos funcionarios municipales, que afectan su grado de credibilidad. Es tan elevado, que el nombrado, luego del escándalo recién tomó conciencia de la magnitud del hecho. Para el señor Picatto vender las entradas de cortesía no era un acto corrupto, era un pequeño negocio que podía hacer aprovechando las circunstancias.

No es calificando de ‘travesuras’ la conducta de una persona adulta, que tiene por lo tanto todos los derechos y obligaciones que la ley acuerda a los ciudadanos, el modo en que vamos a concluir con la corrupción.

Seguramente dirán: sólo intentó vender dos entradas, comparando con otros hechos de corrupción, no es nada. La cuestión no es si comparativamente es un acto inmoral de poca importancia, el asunto es que si seguimos tolerando la corrupción, de cualquier magnitud que sea, nunca terminaremos con ella.

Si se detuvo a tres personas por intentar revender entradas en los accesos al Anfiteatro y se les aplicó el Código de Faltas, ¿cuál sería la sanción que se debería aplicar a quien intenta vender entradas de cortesía por Internet? ¿O estas contravenciones se solucionan con un pedido de disculpas por Internet?”, dice el texto completo.

Por el hecho al que hace alusión el comunicado de la Asamblea, el joven aludido posteó una disculpa pública en su cuenta de Facebook: “Quería explicar lo que pasó para que no haya un malentendido con mi vieja. El viernes a las 7 de la tarde me llamó mi vieja que estaba saliendo de Rosario para decirme que le retirara las dos entradas suyas de cortesía en la Municipalidad. A eso de las 8 me dijo que no iba a llegar para asistir al Festival. Me puse a ver la grilla de artistas que había y como no me gustaban tanto tuve la pésima idea de ponerlas en Trato Hecho. Eran casi las 9 cuando me llamó mi vieja enojadísima pidiéndome que retire la publicación urgentemente. Eliminé la publicación y me quedé con las entradas.

Quisiera pedir disculpas a la gente por la estupidez que hice. Y sobre todo a mi vieja, que no tuvo nada que ver y que cuando se enteró de lo que estaba haciendo se enojó muchísimo. Tengo las entradas (…) para que puedan ver que efectivamente no las vendí”.

 

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