Escribe Beto Arce

Sonrisas en el Pozo en un día especial. River venció a 9 de Julio de Pasco 2-1 y dejó una buena imagen más allá de la victoria. Con el niño interior abrazado, con las ganas de jugar… y un festejo lleno de ilusiones

River se dio uno de esos gustos que saben a mucho. Porque ganar es bueno, pero ganar bien y con superioridad deja otras sensaciones de cara al futuro. Después de empatar los dos juegos que disputó, venció en el Pozo a 9 de Julio de Pasco con una gran muestra colectiva que por momentos ilusionó con camino hacia una goleada.

En su cancha, con el sol a pleno, con el previo triunfo de la reserva, con las ganas de ganar el primero del campeonato, con la clásica arenga en el vestuario que vocifera sacrificio, esfuerzo, y mucho amor propio. Con algunas remodelaciones que dignifican la tarea de los pocos que empujan en el club, con el sueño aferrado, con las bengalas de humo para recibir al equipo, con los voluntarios de siempre detrás del alambrado y con los aplausos ese puñado de seguidores… y solo ellos saben cuánto cuesta la vida deportiva y social de River.

Dos refuerzos con “chapa” que no cobran un mango y se subieron al carro de la ilusión sacrificada también son puntos positivos para el ánimo de un equipo que no renuncia al sueño de que la cosa cambie. El Pato Luna y el Chupita Pedernera encabezaron la zaga central de un Millonario que seguramente será más difícil de vulnerar. El regreso de Dino Gagliese, tras su paso por el Verde cabralense, también asegura que a alguien se la pueden dar y que el equipo puede pensar en el arco de enfrente.

En la cancha River fue más que 9 de Julio y no solo lo justificó con el resultado, sino que en cantidad de llegadas superó ampliamente al Patriota, que, sin embargo, estuvo cerca del empate por la falta de precisión del dueño de casa. Tenencia de pelota repartida, pero más precisión en el elenco de Bengoa, que supo profundizar, aunque no culminar las opciones que dispuso. Poca creatividad y lejanía del campo rival en 9 de Julio, que comenzó tibió, ganó confianza luego y terminó con 10 soñando (se lesionó Torres con los tres cambios ya realizados), pero solo soñando… con la igualdad.

La única jugada discutida la tarde fue el presunto penal que cometió Carlos Rodríguez al tocarla con la mano dentro del área. El volante estaba detrás de Luna, que no alcanzó a capturarla, y sin intención el balón le dio en la extremidad. Pidieron, pero el juez dejó seguir a los 26 m. Un minuto más tarde probó Torres con un tremendo disparo desde fuera del área que salió muy cerca del ángulo.

Hasta que a los 28 m el Millonario abriría la cuenta. La inició Julián López cambiando de lado a posición de César López, que sin egoísmo se la bajó a Gagliese para que con un certero toque de zurda pusiera el 1-0 ante el esfuerzo en vano del portero Suárez. Pudo aumentar con un taco elevado de Julián López (31 m), con un tiro fuerte y bajo de César López que Suárez desvió al costado (32 m), con un cabezazo de Luna que salió cerca (33 m) y un mano a mano de Tissera (34 m). La diferencia estaba marcada pero el resultado solo mostraba una mínima distancia entre ambos.

En el inicio del complemento (18 segundos) César López se comió un gol increíble bajo el arco tras un centro de zurda del Puma Rodríguez. En soledad cabeceó con tibieza perdiendo una clara oportunidad. Otra inexplicable quedó en los pies de García tras un centro-remate de Tissera por derecha y el rebote que dejó Suárez. Intentó reventar el arco Julián López con total libertad y tiempo para definir, pero la bola salió desviada (25 m). Lo mejor de Pasco, el precioso túnel de Torres a De Castro con firulete incluido… pero nada más.

El segundo broche de la tarde llegó por intermedio de una buena maniobra colectiva: Tissera la bajó de cabeza a Gagliese; éste fabricó una gran asistencia a Julián López que optó por rematar, pero encontró la resistencia de Suárez. Tissera no había abandonado la jugada y obtuvo su premio: le quedó servida y empujó al vacío para poner el 2-0. El volante pudo anotar el tercero pero una apresurada definición sepultó la ilusión (35 m).

Gritó “mía” el portero Garofani, pero no se entendió con Pedernera, que en el intentó de bajarla con el pecho y cedérsela, encontró la rapidez de Carlos Rodríguez para marcar el descuento ante este error decisivo: 2-1. Quedó tiempo para el travesaño que se comió García ejecutando un potente cabezazo bajo el arco, luego de una fenomenal apilada de Gagliese por la derecha.

Ganó River y lo festejó en los renovados vestuarios, que son símbolo de un sueño que no se apaga. Quién sabe cuánto tiempo le quedará a River en el barrio, quién sabe cuánto emprendedor inmobiliario ya tenga un proyecto para esa esquina… quién sabe cuánto esfuerzo hay detrás de este club que siempre tiene una ramita para que el fuego no se apague…

El dato

En su presentación como local en el actual Clausura, River estrenó ayer nueva camiseta, con la banda roja tradicional y el fondo blanco y con la novedad de que repite el número en el frente de la casaca. Además, renovó el sector de vestuarios con trabajos de pintura.

La figura

Dino Gagliese

Fue determinante para la primera victoria de River. Reapareció tras su paso por Rivadavia con un gol y la gestación del segundo. Participativo y con presencia. César López desniveló con frecuencia y hubo puntos positivos generales en el esquema de Bengoa.

El árbitro

Fabián González

No tuvo una tarea complicada, aunque con el correr del juego fue ganando intensidad y eso generó algunos detalles que no trascendieron porque el resultado no se alteró. Mostró una particularidad al exhibir con mucha paciencia todas las amarillas. Cumplió.