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Rivadavia acertó a tiempo

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Rivadavia acertó a tiempo
Feliciano “Tanque” Barrera, quien le dio la victoria al “Verde”, le puntea la pelota a Olguín. El local fue contundente y obtuvo un valioso triunfo de local

Rivadavia acertó a tiempo con una efectividad asombrosa, el “Verde” venció 1 a 0 de local a Atlético Ticino con el gol del “Tanque” Barrera, a los 38 del segundo tiempo. Con el triunfo, el cabralense retornó al segundo puesto

Feliciano “Tanque” Barrera, quien le dio la victoria al “Verde”, le puntea la pelota a Olguín. El local fue contundente y obtuvo un valioso triunfo de local
Feliciano “Tanque” Barrera, quien le dio la victoria al “Verde”, le puntea la pelota a Olguín. El local fue contundente y obtuvo un valioso triunfo de local

Escribe: Fabio Morisetti

Un partido muy aburrido, Rivadavia capitalizó la única chance que tuvo para facturar y sumar tres puntos de oro ante Atlético Ticino en la ventosa tarde cabralense. El “Tanque” Feliciano Barrera definió muy bien ante la salida de Fantino sobre el final del partido para posicionar otra vez al “Verde” en los puestos de lucha.

El viento, factor fundamental, favorecía a Rivadavia en el primer tiempo, pero en el inicio mismo no podía usufructuar esa ventaja, porque Castro estaba desaparecido, y el resto no atinaba a dar dos pases seguidos en forma correcta. Algo similar pasaba en el equipo de Crespo, que tampoco le encontraba la vuelta al juego.

El partido era muy malo, con los arqueros como meros espectadores y, en el caso de Becco, en el sentido estricto de la palabra, ya que tocó el balón por primera vez a los 14 minutos, desviando en gran forma un remate de Zalazar, en lo que fue la primera aproximación seria a las áreas.

Diego Fantino también apareció luciéndose a los 21 ante un cabezazo de Grangetto que se colaba en las alturas. Sin embargo, el eterno “Gato” pegó el manotazo salvador para enviar el balón al córner.

A los 30, Ticino tuvo la más clara del primer tiempo, cuando Freytes se la bajó a Olguín en la puerta del área, pero el zurdazo del volante se fue desviado.

Seis minutos después se produjo la gran polémica de la etapa. Zalazar sacó una media vuelta que pegó claramente en la mano de Grangetto en forma totalmente casual. El árbitro Guzmán lo consideró así y dejó seguir las acciones pese a la protesta albirroja.

Fue todo lo que pasó en una etapa de trámite soporífero, que tuvo infinidad de pelotas tiradas hacia arriba sin destino fijo. Los pensadores no aparecieron, y así los 45 minutos fueron demasiado largos, señal inequívoca de que algo no andaba bien.

En el inicio de la etapa complementaria Rivadavia lució como más incisivo, al menos con un claro dominio territorial, pero todas las intenciones se diluían a la hora de pisar el área ajena.

Ticino ofrecía poco, continuando con el abuso del pelotazo como alternativa para avanzar. Apenas lograba algo de claridad cuando el balón pasaba por los pies de Zalazar, algo que ocurría muy esporádicamente.

Lejos de mejorar mínimamente, los 22 jugadores seguían aburriendo a la escasa cantidad de espectadores que se llegaron a la cancha. La pelota seguía en un prolongado ir y venir por el aire sin encontrar alguien que fuera capaz de pararla y darle un buen destino. Rivadavia quería, pero no podía. La visita, esperaba, consciente de que el gasto debía hacerlo su rival.

Sobre la media hora, Demarchi prefirió sacar un disparo débil cuando estaban tres contra tres en tres cuartos de cancha, desperdiciando una chance que, dado el contexto del partido, podía valer oro.

Y en una jugada aislada, y de otro partido, Ticino hilvanó cuatro pases seguidos y puso a un jugador frente a Becco, pero Freytes se demoró mucho y el arquero reaccionó de manera notable para mantener el cero.

A los 38, cuando todo hacía prever que la historia estaba cerrada, Demarchi le puso una gran pelota a Barrera, quien definió entrando al área ante el desesperado achique de Fantino para poner en ventaja al “Verde”.

El “Albirrojo” salió desesperado en busca del empate, y dos minutos después lo tuvo Freytas, pero su cabezazo se fue muy desviado.

Rivadavia defendió con uñas y dientes lo que había conseguido con tanto esfuerzo, sus defensores se multiplicaron a la hora de sacar todo lo que caía en el área, y terminó aguantando los seis minutos de adición que dio Carlos Guzmán.

La figura
Walter Grangetto El defensor se erigió en lo mejor del partido gracias a su seguridad en el fondo “verde”. El zaguero despejó todo lo que cayó en zona de riesgo e incluso tuvo tiempo para incursionar en ofensiva.

El árbitro
Carlos Guzmán Muy buen juego del referí. Dirigió de cerca, acertó con las amonestaciones y no tuvo mayores problemas en un cotejo muy limpio.

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