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“Seguro que tenés algún macho; si te descubro, te voy a degollar”

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“Seguro que tenés algún macho; si te descubro, te voy a degollar”
El juez René Gandarillas presidió la audiencia en la que fue condenado Claudio Bianchi (foto de Facebook)

Condena y libertad – Un nuevo caso de violencia de género llegó a Tribunales

Claudio Bianchi amenazó de muerte a su pareja cuando la mujer le dijo que quería separarse. No conforme con eso, pocas horas antes de la pasada Nochebuena le produjo heridas cortantes al romper la ventanilla del auto de una trompada

Un vecino de barrio San Martín fue condenado ayer a dos años y medio de prisión en suspenso y pudo recuperar la libertad después de poco más de cinco meses, luego de haber protagonizado una serie de violentos episodios cometidos en perjuicio de quien había sido su esposa por tres décadas.

Se trata de Claudio Ernesto Bianchi (50), quien se declaró culpable de los hechos ocurridos en diciembre pasado, cuando amenazó de muerte y le ocasionó heridas cortantes a Marcela del Valle Tejeda después de que ella decidiera poner fin al matrimonio.

Bianchi, nacido en la vecina localidad de Morrison el 28 de julio de 1967, pero desde hace muchos años domiciliado en Ayacucho 565 de Villa María, llegó a juicio imputado de los delitos de “amenazas reiteradas”, “lesiones leves calificadas” y “desobediencia a la autoridad”.

La confesión lisa y llana de los hechos, sumada a la ausencia de antecedentes penales, le permitieron a este convicto primario acceder a una sanción de ejecución condicional y, con ella, la excarcelación ni bien concluyó la audiencia.

Previo al debate, el fiscal Correccional, Horacio Vázquez, y la abogada defensora, Florencia Vottero, habían acordado solicitar la pena finalmente impuesta por el camarista René Gandarillas si el acusado admitía la autoría de los incidentes ocurridos en esta ciudad a comienzos de diciembre del año pasado y horas antes de la Nochebuena.

 

Amenazas en casa

El primero de los sucesos se produjo el lunes 4 de ese mes, alrededor de las 10.30, cuando la pareja se encontraba en la vivienda de barrio San Martín.

Hubo una discusión y Bianchi le dijo: “Vos te querés separar porque seguro tenés otro macho… Yo de acá no me voy a ir, andate vos si querés; si me voy yo, primero te mato, te quemo la casa y el auto”. Y seguidamente, con términos igualmente intimidatorios, le advirtió: “Seguro tenés algún macho… Si yo te descubro con alguno, te voy a degollar”.

Atemorizada por lo que le pudiera suceder, la mujer radicó la denuncia penal y pocas horas después la jueza de Violencia Familiar, Inés Mariel, dictó una orden de restricción intimando a Bianchi para que no se acercara ni mantuviera ningún tipo de contacto con la víctima por 10 meses.

 

Violencia en la calle

En tanto, el domingo 24 de diciembre, a eso de las 19.30, el irascible sujeto interceptó a Tejeda en las inmediaciones de avenida Porfirio Seppey y Mendoza, donde protagonizó el segundo hecho de violencia (esta vez física), lo que derivó en su detención.

Conduciéndose en una Zanella e incumpliendo la disposición judicial que le impedía acercarse a su expareja, Bianchi llegó hasta la casa de calle Ayacucho y vio que ella salía en el Chevrolet Meriva de la familia, por lo que decidió seguirla. Luego de unas cuadras la mujer se detuvo en el semáforo de la referida esquina, el agresor se puso a la par, se bajó de la moto y con el puño comenzó a golpear el vidrio de la puerta delantera izquierda del auto hasta que lo hizo estallar.

La temeraria acción asustó a Tejeda, quien en un desesperado intento por escapar del lugar, hizo marcha atrás y el Chevrolet impactó contra otro vehículo que también esperaba la luz verde para avanzar.

Como consecuencia de ambos hechos (el vidrio roto y el posterior choque), la mujer sufrió pequeños cortes en el rostro y en el antebrazo derecho y algunas contusiones leves, heridas que le demandaron cinco días de curación.

Pero el incidente callejero no concluyó ahí. El conductor del rodado que estaba detrás del auto de Tejeda, llamado Pablo Javier Fabre, vio lo que estaba sucediendo y, lejos de amilanarse, se bajó y sujetó a Bianchi por la espalda, evitando así que la agresión continuara.

En esas circunstancias, el iracundo motociclista volvió a amenazar a su exesposa, pero esta vez dirigiéndose al hombre que lo retenía: “¡La voy a matar a la culiada esa!”

Pocos minutos después llegó al lugar una comisión policial que detuvo a Bianchi en flagrancia y lo llevó a la Comisaría de Distrito. Allí se constató que estaba vigente una orden de restricción judicial, por lo que el fiscal interviniente dispuso que fuera alojado en  la alcaidía y unos días más tarde fue trasladado a la cárcel.

 

Reglas de conducta

Al dictar la sentencia condenatoria de la víspera, el juez Gandarillas también dispuso que Bianchi cumpla una serie de reglas de conducta si quiere mantener la libertad. La más importante de todas es que deberá abstenerse de mantener cualquier contacto con Tejeda; de no hacerlo, volverá automáticamente a prisión, donde tendrá que cumplir la condena impuesta de manera efectiva.

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