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“Ser docente se lleva en el alma”

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“Ser docente se lleva en el alma”
Luego de 38 años de trayectoria en la docencia, Celia tuvo ayer su despedida
Luego de 38 años de trayectoria en la docencia, Celia tuvo ayer su despedida
Luego de 38 años de trayectoria en la docencia, Celia tuvo ayer su despedida

La ceremonia se realizó ayer en la Escuela Juan Bautista Alberdi con presencia de autoridades, familiares, excompañeros y docentes

 

Ayer por la tarde se llevó a cabo una ceremonia especial dedicada a la exdocente y flamante directora jubilada María Celia Squizzato en el salón central de la Escuela Doctor Juan Bautista Alberdi.

Frente a la comunidad educativa y ante autoridades, excompañeros y referentes del ámbito escolar, la “señorita María Celia” tuvo su merecido homenaje luego de 38 años de trayectoria en las aulas.

En diálogo previo con EL DIARIO, comentó que hacía exactamente 28 días que había recibido su notificación de jubilación y que la institución la había convocado al acto simbólico de despedida un día antes de cumplirse un nuevo aniversario del natalicio de Alberdi.

Durante 10 años, Squizzato estuvo al frente de la escuela ubicada sobre calle Carlos Pellegrini al 400, la que ahora cuenta con 563 alumnos y un plantel docente de más de 39 profesionales encabezado por la actual directora Beatriz Martínez. Entre los logros alcanzados en su gestión recordó haber trabajado en el mantenimiento y mejora del edificio, incluyendo la instalación de aires acondicionado en todas las salas. “Los chicos inician en febrero y terminan en diciembre, con seis horas diarias, por eso había que mejorar las condiciones”, indicó.

En lo pedagógico, remarcó las distintas presentaciones realizadas en Jornadas Extendidas, como también lo desarrollado en la Feria Provincial de Ciencias. “Entre 2005 y 2006 hicimos el mejor proyecto en lectura-escritura de Córdoba”, destacó.

 

La crisis y el sistema

Su carrera docente inició a los 18 años en Tío Pujio como maestra de Música. “Yo era profesora de Piano y mientras estudiaba el Profesorado en Educación, ya empezaba a dar clases”, rememoró.

Luego ofició de docente y vicedirectora en la Escuela Rivadavia, de barrio San Justo; directora de la Arturo M. Bas, directora de la Alberdi, supervisora escolar y, finalmente, directora nuevamente en el establecimiento que la homenajeara, durante cuatro años.

Consultada sobre su vocación ligada al Nivel Primario, precisó: “Me interesan los niños y el fundamento de mi carrera estuvo puesto en trabajar para ellos. Sabemos que hace varios años vivimos en una crisis estructural muy fuerte, por todo lo que implica el conflicto social, y en la cual los chicos son los más desprotegidos. Pero hay esperanzas todavía porque la niñez siempre está puesta a futuro. Además, no es sólo un problema de la escuela primaria, sino de todo el sistema educativo que es muy amplio”.

Asimismo, adelantó que aunque esté alejada de las aulas, continuará trabajando en pos de los más pequeños en tareas solidarias o comunitarias.

Por último, y en la misma línea, acotó que “esto no significa una despedida porque ser docente se lleva en el alma”.

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