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“Sueño con dirigir un Mundial”

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“Sueño con dirigir un Mundial”
“Lograr ser árbitro de AFA no fue nada fácil”, contó el joven villamariense

Tiene 24 años, realizó el curso de árbitro en AVAF y en mayo firmó contrato con la entidad madre del fútbol nacional. Ya dirigió algunos encuentros de reserva y en 2017 anhela seguir creciendo

“Lograr ser árbitro de AFA no fue nada fácil”, contó el joven villamariense

Habitualmente se dice que la carrera de árbitro de fútbol es muy ingrata, pero historias como la de Fabián Jaimes echan por tierra esa teoría. Se trata de un joven villamariense de 24 años que está atravesando un gran presente en el referato y que tiene grandes sueños de seguir creciendo.

El mismo contó a EL DIARIO su biografía arbitral, que comenzó con una frustrada intención de dedicar su vida a ser futbolista.

Al respecto comenzó relatando que “hice inferiores en Alumni hasta los 18 años y cuando terminé el secundario decidí dedicarme de lleno al fútbol para ver si podía triunfar como jugador, pero como vi que esa chance no prosperaba en 2011 decidí comenzar a estudiar el Profesorado de Educación Física aquí en Villa María”.

“Allí me tocó hacer las veces de árbitro de diferentes disciplinas en algunos encuentros, lo que me encendió una chispa para pensar en ser árbitro y con ello seguir dentro de una cancha de fútbol”, contó.

Luego relató que “ese mismo año un amigo, Iván Reyna, me comentó que había comenzado el curso de árbitro con Jorge Candia. Me comuniqué con él y a mitad de año comencé a hacer el curso”.

“Rápidamente me enseñaron la regla 11, referida al fuera de juego. Al mes debuté como asistente en un partido de inferiores en Colazo y al día siguiente hice lo propio en un encuentro de Reserva en la Liga de San Francisco, en la localidad de El Arañado”, detalló y a la vez recordó entre risas: “Ese fue un día clave para mí, porque todo el partido aguanté a una persona que me insultó constantemente. Ese día me dije que, si aguantaba eso, realmente podría dirigir”.

 

“Todos en AVAF me viven dando muchos consejos y por eso, además de grandes árbitros, los considero grandes personas”.

 

A la derecha, Fabián Jaimes en la previa del encuentro de reserva entre Estudiantes de La Plata y Talleres de Córdoba

Su llegada a Buenos Aires

En lo que fue la trascendencia del ámbito local, Jaimes relató que todo inició “cuando un compañero, Hermes Gigante, se fue a Buenos Aires para practicar atletismo, pero al mismo tiempo le ofrecieron realizar el curso de árbitro de AFA. Siempre seguía los partidos que le tocaban dirigir y eso me incentivó a querer hacer lo mismo”.

“El me explicó cómo era el tema del curso y me advirtió sobre la edad, que mientras más joven hiciera el curso tendría más chances de trascender en la profesión”, sostuvo.

Fue así como “al finalizar el tercer año del Profesorado de Educación Física tomé la decisión de emprender viaje hacia la capital”.

“Fue duro convencer a mis padres, quienes querían que finalizara mis estudios aquí, pero pude convencerlos de que en un futuro iban a verse los frutos”, relató.

A continuación mencionó: “En el 2014 me fui sólo a Buenos Aires, pero Jorge Candia me consiguió donde alojarme. Sin conocerme me dieron un lugar para vivir, me atendieron muy bien y nunca tuve que pagar un peso”.

“Ese año me la pasé viajando. Lunes y miércoles cursaba en Buenos Aires y jueves y viernes estaba en Villa María haciendo materias del profesorado”, expresó.

A la vez contó: “Cuando estaba acá dirigía algunos partidos en AFUCO, pero en un momento encontré la necesidad de tener más experiencia y por ello empecé a irme la capital los días sábados, para hacer las pasantías del curso como cronometrista de fútbol de salón (futsal)”.

“A finales de 2014 fui nombrado abanderado en el curso y en 2015 ya comencé a hacer las veces de árbitro en las inferiores del futsal, dirigiendo a clubes grandes como River, Boca o San Lorenzo, por nombrar a algunos”, sostuvo.

El comienzo del camino

Superada la instancia de cursado, Jaimes aseguró que “lograr ser árbitro de AFA no fue nada fácil, porque una vez finalizado el curso se debe realizar un examen teórico, un físico y uno médico, todos ellos muy rigurosos y en los cuales no se podía tener ninguna falla”.

“Luego la espera para saber si quedaba, o no, se hizo muy larga porque en ese momento se produjo la crisis institucional en AFA”, contó y relató que “en mayo de este año me notificaron que quedé como árbitro de AFA y en ese momento me tuve que instalar definitivamente en Buenos Aires”.

Con el contrato asegurado, manifestó: “Los primeros meses dirigí infantiles, pero lo más lindo fue cuando el 10 de octubre me tocó ser segundo asistente en un partido en la Primera D entre Juventud Unida y Puerto Nuevo”.

“Fue una linda experiencia, porque los partidos se juegan con una buen marco de público, como si fuese un Torneo Federal B. Obviamente recibí insultos de todo tipo, pero uno tiene que meterse en el partido y no reaccionar”, destacó.

Sobre ello, recordó con alegría que “una vez Marcelo Villagra me dijo que el mejor espectador de un partido de fútbol es el árbitro, porque está disfrutando el espectáculo bien de adentro. Así como él, todos en AVAF me viven dando muchos consejos y por eso, además de grandes árbitros, los considero grandes personas”.

 

Un 2017 intenso

En cuanto a los desafíos que se le pueden llegar a presentar el próximo año, indicó: “Ahora estoy de vacaciones, pero cargando pilas para el año que se viene, tratando de mantener el nivel actual”.

“Estoy siendo asistente en muchos partidos de Reserva y el primero de ellos fue Arsenal frente a Banfield en Sarandí. También estuve en Estudiantes contra Talleres en La Plata”, agregó

 

Un sueño mundial

En cuanto a sus sueños personales dentro de la profesión arbitral, confesó: “Tengo muchos, pero quiero ir paso a paso”.

“El primero es llegar a dirigir en Primera División y después ser internacional. Sueño con dirigir un Mundial”, anheló.

A la vez aclaró: “Me gusta mucho ser árbitro, pero se que por mi estatura eso no será fácil. Están pidiendo árbitros de 1,80 metros para arriba y yo mido 1,69”.

“Disfruto ser juez de línea para asistir al juez principal y aspiro a llegar a los más alto con el banderín. Las responsabilidades entre un árbitro y un asistente son diferentes, pero ambas pueden influir de la misma manera”, analizó.

 

La familia es lo primero

En la parte final de la entrevista, pero no la menos importante, destacó: “Siempre tengo el apoyo de mi familia, que está firme al pie del cañón tanto en lo económico como en lo afectivo. Mi novia y mis cuñados también siempre están en cada detalle para hacerme sentir menos la distancia que hay entre Buenos Aires y Villa María”.

“Su apoyo y su aliento, así como lo hacen desde la AVAF, son fundamentales para mí”, redondeó.

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